Cäpïtülö 17

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Narra Martina:

Salí de mi habitación y ahí estaba, en uno de los sillones del living.

-¿Qué haces acá? – Pregunté sorprendida –

-Yo… - Suspiró – Solo pasaba por acá y vi tu casa y… no sé qué es lo que hago acá, mejor me voy – Se levantó del sillón tomo su bolso y se dirigió hasta la puerta

-No, espera- Se dio vuelta – No hay una razón por la cual viniste, es como antes, ¿No extrañas eso? ¿No extrañas pasar por esta zona, ver mi casa y tocar timbre?

-No creo que deba estar acá.

-¿Pero por qué? – Me acerque a ella – Dame una razón por la cual ya no me hablas, una buena razón - Mercedes miro el piso sin querer hacer contacto visual conmigo – Decime – Dije suavemente, ella levanto la vista, me miro y me abrazó. Uno de esos abrazos emotivos de los que les das a las personas después de no haberlas visto por mucho tiempo.

-Ni yo entiendo la razón por la cual me aleje de vos pero si la razón por la que estoy acá- Dijo aún abrazándome – Te extrañe mucho.

-Yo también te extrañe tanto, y me sentí vacía sin vos-

Mer me soltó del abrazo.

-Y yo no te das una idea.

-Ven, vamos a sentarnos a hablar.

Nos sentamos en el sillón.

-¿Qué nos pasó? –Pregunté.

-Es mi culpa.

-No, no la es.

-Si la es, yo me enoje y me distancié.

-Pero, ¿Por qué te enojaste?

-No sé, primero no quise juntarme con Yoyi, asesino a Pablo y no era bien visto estar cerca de él.

-Pero… ¿por qué te distanciaste de mí?

-Porque vos te ibas con Jorge, dejándome sola, y yo no quería estar con Jorge, perdón que te diga esto…

-No- Dije pensativa – Yo te pido perdón, sin darme cuenta yo también me distancié así que…

-Ya está – Me interrumpió – Perdón yo, perdón vos, olvidemos todo eso, ¿sí? Olvidemos que alguna vez nos distanciamos y recuperemos el tiempo perdido – Sonreí y la abrace – Y Decime, que hay de Jorge, ¿te seguís hablando con él? No lo vi más.

-Ay Mechita – Suspiré – Hay tanto que contarte.

-Tengo tiempo – Respondió ella sonriente.

Y así fue, le conté todo lo que pasó todo este tiempo y ella a mí me conto lo suyo, luego cambiamos de tema.

-¿Y qué hay de Xabiani? Esta cada vez más sexy –

Justo Xabi salía de su habitación y llego a escuchar lo que Mer dijo.

Xabi se dirigió a la puerta, Mer estaba ruborizada y muda. Al abrir la puerta Xabiani sin girarse para mirarla le dijo

-Ah y Mechi, vos te ves linda- Cerro la puerta y se fue.

Comencé a reír desenfrenadamente

-¿De qué te reís tarada?- Preguntó aún ruborizada.

-“Esta cada vez más sexy” – La imite – Y ahí salía mi hermano de su habitación – Reí más todavía, ella se unió a la risa.

-Está bien quede muy mal – Dijo entre risas – Pero al menos me dijo linda-

-¿Y al final que pasó la noche del bar? No me pudiste decir nada- Pregunté.

-Bueno, esto es lo que pasó, le tire indirectas de las cuales pocas capto, pero me trato de nenita, solo porque yo tengo 16 y el 20.

-Bueno, Xabiani es así, para él hay diferencia, aunque ni siquiera tiene la madurez de un chico de su edad – Reí.

-¡No seas mala Martinita! – Dijo riendo.

Narra Jorge:

El tiempo puede pasar muy lento así como puede pasar muy rápido.

¿A mí como me pasa? Son depende los momentos ¿Cierto?

Cuando sufrís el tiempo se hace eterno, un mal momento puede durar solo un minuto pero lo sentís como un año, queda en tu memoria, y queres que ese mal momento termine ya, en ese mismo momento.

Pero si hablo de como pase estos últimos 10 meses, fácilmente digo, rápido, se pasaron volando.

Dije que iba a disfrutar de mi libertad, mi vida, y eso es lo que estuve haciendo, eso es lo que hago.

Salir de mi casa, ver películas en el cine, ir al parque, lugares de aire libre, deportes, todo tipo de deportes, estar con mi familia, ir a la playa, montar un caballo inclusive monte un elefante, es increíble la vista cuando estas montado encima de un elefante, la altura, la sensación.

Pasar noches durmiendo abrazado a mi novia, recordándole que es hermosa y cuanto la amo, besar sus labios con toda la ternura que puedo entregarle, reír a más no poder, llorar de alegría, sonreír, abrazar a la gente que quiero, comer lo más rico. Ir a montañas rusas. Pasar tiempo con tus amigos, molestar a Rugge alborotándole el jopo, amigarme con Mer, que me acepte como persona y amigo, amar a Tinita con risas, con abrazos, besos.

Si… alguna vez tuve mis bajos en estos 10 meses pero ella siempre estuvo.

¿Ir al colegio? ¿Para qué? Ahora ir al colegio ya no me sirve, es algo que te prepara para el futuro, algo que odio decir y aceptar… yo no tengo, bueno, algo así, si es que no tengo mi libertad.

Me dirigí a Mechi y a Tini que estaban esperándome en la entrada del parque acuático en donde pasaríamos todo el sábado.

-Y una casa en la playa, las casas en la playa son lindas, con la vista al mar… - Dijo Martina.

-¿Una casa en la playa? – Pregunte a la vez que le tomaba la cintura, ella se sobresaltó.

-Ay Yoyi, no sabía que llegaste – Dio la vuelta y me beso.

-Hola ¿No? –Dijo Mercedes, reí y la salude con un beso en la mejilla.

Narra Martina:

-Ahora sí, ¿de que hablaban? – Preguntó Jorge curioso con una sonrisa que rara vez se borra.

-Del futuro, de lo que nos gustaría – Respondió Mer.

Y extrañamente, aquella sonrisa “Imborrable” se borró.

-¿Pasa algo? – Preguntamos Mechi y yo al unísono preocupadas.

Stay- JORTINI (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora