Capitulo 18

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Sexta Etapa: Déjala vivir bien.

Narra Martina:

-No, no me pasa nada- Dijo Jorge volviendo a sonreír –Miren ahí viene Ruggero – Lo señalo.

Rugge nos vio y corrió hacía nosotros sonriendo, salto hacía nosotros brutalmente.

-¡Amigos! – Exclamó – ¿Es un lindo día cierto?

-¿Y porque tan alegre? – Pregunté.

-¡Porque soy feliz!- Gritó haciendo que todas las personas que estén en los alrededores se den vuelta a mirarlo.

-Bueno Rugge, no hace falta que grites – Dijo Mer avergonzada

-Bueno, mejor entremos al parque – Propuso Jorge.

Entramos a ese enorme parque, con gran variedad de actividades acuáticas.

-Más vale que gastar tanta plata lo valga, eh – Advirtió Mechi con una sonrisa.

Narra Jorge:

Rugge y Mer se miraron cómplices al ver aquel gigante tobogán de agua. Sonrieron y salieron corriendo para la fila como nenes pequeños.

-Ja, infantiles – Comento Tini riéndose.

-¿Alguna duda? – Respondí riendo

Nos quedamos viéndolos fijamente, luego nos miramos nosotros e hicimos una sonrisa picara

-Tobogán, allá voy- Dijo Tinita y salió corriendo de la misma manera que Ruggero y Mercedes, fui tras ella.

En la fila Mechi estaba delante de Ruggero atrás de Ruggero Tini y detrás yo.

La fila se mueve rápido, vamos subiendo la gran especie de colina para ir quedando a más altura.

Esto es genial, ¿Qué lo puede cambiar? Solo disfrutar… no lo recuerdes.

Golpe en la nariz, golpe en la boca, golpe en la cabeza.

¡No lo recuerdes! Solo olvídalo.

-¿Pasa algo? – Preguntó Tinita preocupada – Estas serio y muy callado.

“Hablábamos de nuestro futuro” suenan las palabras de Mechi en mi cabeza.

Tienen derecho a soñar un futuro, Martina tiene un futuro, tiene sueños.

-No, nada.

Un rato de silencio.

-Una pregunta… -Dije rompiendo el silencio.

-¿Cuál?

-¿Qué quieres en un futuro?

Martina sonrió

-¡Puff! Tantas cosas – Dijo, solo me limite a devolverle una sonrisa aunque lo único que quiero ahora es llorar.

-Pero decime algunas en especial –

-Bueno, em… una casa en la playa, como ya escuchaste – Asentí – me gustaría un perro, son lindos y 3 hijos.

Nuevamente silencio.

-¿Seguro que no te pasa nada? –Preguntó preocupada.

-No… - Dije y por su expresión note que no me creyó – Es solo que no me siento muy bien, me siento algo mareado y me duele la cabeza – Mentí.

-¿Quieres que volvamos?

-No, bueno, yo prefiero irme.

-Te acompaño.

-No, mejor no, vos quédate disfrutando, ¿sí? –

-¿Seguro?

-Seguro, vos disfruta el día con los locos – Sonreí al ver a Ruggero y Mer

-Bueno, si vos queres.

-Nos vemos luego, linda – Me despedí con un largo y tierno beso, hundiendo mi labios en los suyos sin querer despegarme en el placer de sentirla cerca, esa persona que tanto amo, que tanto me ama.

No quería soltarlos, nunca quiero soltarlos… pero esta vez es diferente, esta vez es un beso de despedida. Mi amor aunque no lo sepas, lo es.

Llegue a mi casa, mis padres notaron mi expresión de tristeza y les dije la misma excusa que a Tini.

Subí directo las escaleras a mi habitación. Cerré las persianas sin dejar ningún rastro de luz solar.

La puerta entornada de mi habitación dejando que entre algo de luz del pasillo.

Observe mi cama deshecha, me senté en ella, me deshice de mis zapatillas y las deje a un lado.

Suspirando observe la puerta y me levante a cerrarla. Volví a mi cama esta vez tirándome en ella boca abajo.

Dije que disfrutaría mi libertad y eso hice… hasta hoy.

Ella habla de un futuro, ella habla de una casa en la playa, de un perro, de tres hijos.

En otras circunstancias hubiera podido soñar un futuro con Tini, pero cuando recuerdo cuales son mis circunstancias…

Una lágrima rodo por mi mejilla.

Yo no puedo darle nada de eso, ¿Qué se supone? Ella me cuenta sus deseos para un futuro.

Mientras que mi futuro es estar encerrado en una cárcel.

Otra lágrima se asomó por mi mejilla.

Dije que disfrutaría junto a la chica que amo, pero ¿Y su futuro soñado? Junto a mí no va a ser.

No quiero que ella sufra, no quiero que al cumplir los 18 ella me vaya a visitar a la cárcel en vez de a mi casa. No voy a dejar que eso pase.

Más lágrimas, llanto.

Tocan mi puerta, se asoma la cabeza de mi papá.

-¿Estas bien? – Dijo desde el marco de la puerta.

-Si estoy perfecto – Mentí nuevamente –. Solo quiero dormir.

-Ah bueno, tu mamá y yo vamos a salir y quizás volvamos tarde.

-Bueno, gracias por avisar.

Cerró la puerta. Completa oscuridad, otra vez, en la cama, silencio, mucho silencio.

Podría dormir, pero lo que menos tengo en estos momentos es sueño.

Solo pensar… ¿Qué es lo que diría a Martina cuando nos veamos? ¿Cómo se lo diría?

Stay- JORTINI (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora