Día 2: Lencería

6.7K 540 344
                                    

El frío invernal se colaba a través de la pequeña abertura de la ventana, a tiritones la cerró y su cuerpo recibió el cálido calor de la cocina encendida mientras preparaba la cena: curry de cerdo y un huevo encima.

Ese día salió antes del entrenamiento con los BJ por lo que se ofreció a cocinar y tener todo listo para cuando llegase su conviviente. Dejó de revolver la pequeña olla y comenzó a divagar, últimamente las cosas estaban bastantes extrañas, sobre todo cuando tenían entrenamiento juntos.

Ambos fueron llamados para las próximas olimpiadas y ser partícipes del equipo nacional, aunque seguían asistiendo con frecuencia a los entrenamientos de sus equipos actuales, tenían la oportunidad de practicar juntos, con más seleccionados, algunos días de la semana.

Gracias a eso, comenzaron hace unas semanas a vivir juntos, porque para nadie le era extraño que el dúo de raros estuviesen juntos en cada momento, considerando que ambos eran unos fanáticos excesivos por el vóleibol y hacían de todo para mejorar. Pasaba desapercibido para el comité, entrenadores, la prensa, para el mundo que fuesen algo más, a los ojos de todos solo eran amigos de preparatoria, eternos rivales y compañeros de equipo nacional.

Nadie sospechaba la realidad, nadie se daba cuenta que en realidad estaban juntos como novios desde hace unos meses. 

Sus senpais del Karasuno y amigos más cercanos estaban al tanto, para tener una relación más llevadera y cómoda en presencia de conocidos altamente de confianza. Aunque el inicio fue más tortuoso, partiendo por el hecho de aceptar esos extraños sentimientos de amor, que ahora toda su extravagante convivencia se les agregaba una rama más, viéndose las tardes después de entrenar, juntándose a jugar vóley en la plaza más cercana, salir a servirse algo entre los dos o a veces con más gente; mediante el tiempo avanzaba, las cosas se iban acomodando de mejor manera hasta que un día, el más alto le sugirió vivir juntos. Pasaban todo el tiempo uno al lado del otro prácticamente, incluso se turnaban para dormir en el departamento del otro, sin embargo las ansias de querer formalizar y no seguir de un lado a otro fueron más grandes, terminando en la actual situación.

A pesar de ese gran paso, Hinata no se sentía del todo seguro con su relación, no dudaba de su amor, él había sido el primero en declararse días después del partido contra los Schweiden Adlers y lo aceptaron sin chistar. Durante los dos años en Brasil redescubrió lo que sentía por su mejor aliado, extrañaba a todos sus amigos, pero la falta que le hacía Kageyama era aun más notoria. Pensaba todo el día en él, lo veía cuando jugaba, extrañaba sus pases, lo recordaba al ver las últimas fotos a su lado en las noches solitarias y llenas de nostalgia.

Fue un impulso, las palabras estrujaban su corazón y no aguantó más, el te amo se escapó de sus labios y fue felizmente correspondido, sin embargo, desde que empezaron a entrenar juntos, Tobio ha estado actuando extraño, específicamente días atrás. Pasa desapercibido para muchos, continúa con sus insultos de siempre, las peleas tontas y discusiones infantiles, lo normal entre los dos, pero hay momento que nota su mirada, como inspeccionándolo parte por parte, sus ojos adquieren un brillo, y hay algo más, algo que Shōyō aun no logra descifrar.

Terminó de cocinar y mira el calendario de reojo, estaban en plena época navideña, los días estaban avanzando, quedaba poco para noche buena, el día que se reunirían todos los del equipo de la preparatoria como una forma de pasarlo en familia en el departamento compartido.

No obstante, la fecha que más próxima estaba era el cumpleaños de su novio, y desde ya Hinata estaba pensando en qué regalarle, quería sorprenderlo, quería que notara el amor que siente por él y ser correspondido. Sus inseguridades estaban a flor de piel, lo llenaba de temores y el principal miedo era que Kageyama en realidad no lo amaba y solo estaba con él para satisfacerse.

Kinktober ☆ [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora