Hoy el sol se escondió
Y no quiso salir
Te vio despertar
Y le dio miedo de morirEra una nueva mañana, el amanecer se hacía presente, los halos de luz atravesaban la ventana, reflejándose en su rostro dormitado, volviéndolo más brillante ante sus ojos, su cabello anaranjado resaltaba aun más.
Para Tobio Kageyama disfrutar de aquel espectáculo cada día en su propia cama, era el mejor deleite, sobre todo cuando empezaba a despertar, acurrucándose como un niño pequeño, buscando a tientas su pecho y afirmando su cabeza en él, mientras le repartía pequeños besos en la coronilla.
El sol y su intensidad pasaba a segundo plano, para Kageyama el resplandor de Shōyō Hinata era mucho más descomunal, tanto como para volverse aquella estrella enorme del sistema solar, pero en su vida.
Aunque estuviese nublado, y el sol se escondiera detrás de las nubes, Hinata seguía brillando para él.
Abriste los ojos
Y el sol guardo su pincel
Porque tu pintas el paisaje
Mejor que élEl pelinegro observaba como levantaba los párpados lentamente, aun somnoliento, formulando una pequeña sonrisa perezosa más parecida a una mueca. Un buenos días escapa de sus labios, y estos son recibidos en un tierno beso, fundiéndose en caricias dulces.
El panorama de su vida al inicio de la secundaria, se fue oscureciendo poco a poco, fue inmaduro en aquella época, su equipo le dio la espalda, y después de años pudo hacer las pases con sus compañeros de esos años.
Ingresar al Karasuno significó una nueva oportunidad para hacer las cosas bien, encontrando dentro de él, al mejor y más torpe artista en la vida, pintando su mundo de colores, arrastrándolo hacia fuera del hoyo negro que había caído por la soledad.
Cuando amanece, tu lindura
Cualquier constelación se pone insegura
Tu belleza huele a mañana
Y me da de comer
Durante toda la semanaSi algo siempre llamó su atención, era el simple hecho de que Hinata le parecía la persona más linda y tierna sobre la faz de la tierra —quizás con quién competiría sería con su propia hermana, pero básicamente para Kageyama eran la misma apariencia dulce—, admirándola desde años, rebobinando a veces en su cara redonda, suave y esponjosa.
Su quijada que fue adquiriendo líneas maduras con el tiempo, y aun así con veintiséis años aun conservaba algo de aquellas mejillas blandas, inflándose con pucheros ante cualquier molestia.
Inhalaba la esencia del chico a través de sus hebras, impregnándose de él; sus fosas nasales llevaba aquel aroma a todo su cuerpo a través de sus neurotransmisores, recorriendo cada nervio de su anatomía, y sintiendo una sensación de lleno tanto en el corazón como en el estómago.
Tus ojos hacen magia, son magos
Los abriste y ahora se reflejan las montañas
En los lagos, la única verdad absoluta es
Que cuando naciste tú
A los arboles le nacieron frutas
Naranja dulceSus iris brillan con intensidad, lo mejor era amanecer junto a su amado, perdiéndose en esos ojos rasgados, azules, viendo su propio reflejo, sintiendo como Kageyama lo mira con el mismo amor que él le otorga a través de los ojos.
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Kinktober ☆ [KageHina]
RomansCada día tienen una temática distinta por lo que será una historia corta según la palabra que corresponda. --------------------------- Los personajes no me pertenecen. Crédito a Haruichi Furudate por Haikyuu!!