Las pistas ardían bajos las llantas, las farolas iluminaban las lúgubres calles junto a la luna, la música resonaba en los parlantes dentro del baúl de distintos vehículos, las motos se alineaban en la línea de salida, el vendaje estaba puesto en sus ojos, su casco en su cabeza asegurado, el peso de otra persona detrás de él posicionándose en su lugar rodeándolo por la cintura firmemente, su vista era una cabeza más arriba así que contemplaba toda la deriva.
— ¿Estás listo?
— Yo nací listo, tonto
— Confío en ti, Kageyama
La chica se posicionó adelante con una bandera en lo alto, las luces de salida improvisadas cambiaban del rojo al verde, la tela bajó violentamente y aceleraron hacia adelante.
Hacía un tiempo Hinata estaba dentro del mundo de las carreras ilegales en motocicleta, la adrenalina era su alimento y no le importaba el sentido de la vida. A pesar que mantenía una vida universitaria, mostrándose calmado para la actividad que realizaba, sus noches de diversión no se las perdía.
Lo mantenía como secreto, si alguna autoridad de la facultad se enteraba, podrían denunciarlo por ir contra la ley, y había una beca de música que mantener. Era increíble como pasó de tocar música clásica en el gran piano de su casa, a montar una moto con chaqueta de cuero y muchas veces sin casco puesto.
Hubo una carrera con su antiguo novio en su respaldo, no se le había ocurrido algo mejor, que romper con él en medio del recorrido a 200 km/h. Por supuesto hizo lo posible por mantenerse estoico dentro de la calle, pero sus nervios jugaron en contra y casi tuvieron un accidente, desde entonces decidió usar casco por lo menos al competir.
Tiempo después un chico del departamento de artes coincidió con él en la facultad, se veían en algunos momentos, y empezaron a conversar al compartir un electivo. Hinata no estaba interesado en relaciones después de lo vivido, la euforia corriendo con su moto era mucho más emocionante, y este creía que le llenaba.
El secreto dejó de ser tan oculto para Kageyama, cuando lo siguió curioso una noche al verlo pasar en moto cerca de la tienda mientras compraba su cena. Hizo lo posible por no perderlo de vista, llegando a uno de las tantas carreteras cerradas por arreglos, perfectas para carreras con obstáculos.
Hinata no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, encontrando al chico alto de pelo negro a su lado, mirándolo incrédulo. Fue aun más sorpresivo cuando este le dijo que también manejaba una moto.
Con una especie de mueca, le tendió el casco después que Kageyama insistió una y otra vez que podía ganar una carrera. No quería ser mala persona, lo más terrible era que se accidentara o su moto saliera dañada. Decidió confiar en él y darle una oportunidad, para su buena fortuna logró ganar y sin un rasguño.
Desde entonces comenzaron a asistir los dos, cada carrera subía de nivel, la más popular en ese tiempo era conducir con un guía y ojos vendados, solo para probar la confianza hacia tu compañero y por supuesto recorrer con mucha más adrenalina.
Kageyama lo envalentonaba, después de meses siendo amigos creía ciegamente en él, y no dudo en pedirle que fuese su compañero de carreras. Este aceptó.
No eran novios, le tenía recelos a las relaciones, mas eso no impidió el comenzar a reforzar la amistad con besos subidos de tonos, toqueteos sucios por todo el cuerpo, y follando cada vez que podían, sin importarles ser descubiertos en algún lugar público, porque Hinata vivía de la adrenalina, y Kageyama lo aceptaba, porque lo quería.
El plan del pelinegro era declararse y pedirle que salieran formalmente. Estaba consciente de los temores en el más bajo, carecía de confianza hacia una pareja, por eso le demostraba de distintas maneras que permanecería a su lado, y podía depositar en él toda llaneza.
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Kinktober ☆ [KageHina]
Roman d'amourCada día tienen una temática distinta por lo que será una historia corta según la palabra que corresponda. --------------------------- Los personajes no me pertenecen. Crédito a Haruichi Furudate por Haikyuu!!