Kinktober ☆ [KageHina]

Día 28: Regadera

Hace dos años no se veían, supo de su regreso por Yamaguchi, quien fue a buscarlo al aeropuerto, gracias al grupo que mantenían los cinco del mismo grado en Line, por el mismo donde se enteraba un poco sobre su vida.

Cuando se enteró que ingresó a un equipo de la V-League, se emocionó en sobremanera, se sentía orgulloso de saber que por fin lo había alcanzado. Durante el tiempo de entrenamiento no habían podido reunirse, los horarios no coincidían, y en realidad el contrario no quería que se vieran aún, hasta que llegase el momento decisivo. 

Quiso reclamarle en un principio, pero Tobio Kageyama aceptó en silencio, de algún modo lo entendía, había ocurrido lo mismo cuando fue a Brasil.

"Aún no soy digno para tu encuentro"

Le molestó mucho al principio que le dijese eso, más todavía si perfectamente pudo estar con Tōru Oikawa en su estadía por aquel país, sin embargo el simplemente se excusó que fue una coincidencia.

En ese momento Kageyama no sabía, pero ambos pensaban realmente lo mismo

"¿Será realmente todo esto una casualidad?"

Que el punto de inflexión para ellos dos haya sido el Karasuno hace varios años atrás, después de su primer enfrentamiento en secundaria, definitivamente era un hecho fortuito, considerando que Tobio no tenía intenciones de caer en aquella preparatoria, ya que él estaba apuntando hacia Shiratorizawa.

Pero las cosas no resultan siempre como uno quiere, y el destino se había encargado de unirlos nuevamente, lanzándolos a un abismo totalmente desconocido, aprendiendo a trabajar juntos, e ir escalando hasta salir completamente de aquel lugar.

Pasaron muchas cosas, tuvieron muchas vivencias juntos, crecieron juntos como jugadores, como personas. La ayuda mutua les sirvió para enfrentar cada desafío que enfrentaban como equipo.

Su separación fue inevitable, sus caminos se dividían, pero el final de estos era el mismo; como un lazo inquebrantable, guiándolos, uniéndolos, enrollándolos, tiñéndose de rojo en cada año, en cada proceso.

El compañerismo que adquirieron en su primer año perduraba después con el tiempo; no eran tan comunicativos —en realidad nunca lo fueron, al menos con las palabras—, pero se entendían, se complementaban, con una mirada sabían que quería el otro.

El torneo de la V-League inició, avanzando entre partidos, acercándose al encuentro inevitable.

"MSBY Black Jackals vs Schweiden Adlers"

La gigantografía mostraba a varios jugadores, pero no a él. Aún así, Kageyama sabía que él estaría allí, el mismo Kōrai Hoshiumi lo había corroborado al ingresar a la página del equipo contrario, buscando la ficha de datos que contenía toda la información de su compañero y rival.

Era un partido decisivo, el que ganaba avanzaba a la final de la liga, y sin embargo ganase o perdiese, Tobio solo quería jugar con él nuevamente, aunque estuviesen en lados contrario de la cancha, solo quería divertirse, y disfrutar del vóleibol con un viejo amigo.

Como si fuese una tradición, al igual como se conocieron la primera vez, en el largo pasillo hacia el baño se reencontraron, y por fin pudo ver de nuevo a Shōyō Hinata en persona.

Más alto, más musculoso, más grande, su cabello corto y desordenado, su quijada marcada, sus mejillas aún se notaban blanda a la vista, y por sobre todo agradecido por algo que nunca cambió: su sonrisa.

Esa mueca que tanto lo representaba, ahí estaba frente a él, con una de las comisuras de sus labios levantadas, ladinas, desafiantes, con ojos brillantes, expectantes. Parado con posición lista para todo, para ganar.