Día 11: Choking

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Cuando estaba en la preparatoria, con su grupo de amigos decidió formar una banda. Siempre le había apasionado la guitarra, su abuelo le había regalado la suya a la edad de ocho años y desde entonces no la soltó más.

Consiguió trabajar varias veces en su vida estudiantil, ahorró lo suficiente y adquirió por fin su tan anhelada guitarra eléctrica Gibson negra, más adelante compró un pedal para darle efecto a su música e inició sus pequeñas prácticas encerrado en su pieza.

El día en que Kuroo le anunció sobre su batería, y Bokuto consiguió comprarse un bajo, le pidieron al Miya que se uniese como vocalista y guitarrista. El cuarteto estaba empecinado en ensayar y grabar covers. De a poco sus habilidades mejoraban, encajaban como engranajes, y los pubs los invitaban a tocar con alcohol de paga, más un pequeño salario.

Las cosas ciertamente iban andando bien, todo parecía en perfecta armonía, hasta que Tobio comenzó a tener problemas con Atsumu por la atención de los fans. Para el pelinegro era algo super tonto y absurdo enojarse por ello, poco le importaba que lo tuviesen catalogado como un fuck boy, los rumores sobre él diciendo que se metía con muchas mujeres y hombres, y poco menos andaba cumpliendo fetiches sexuales.

La realidad era que si había estado con un par de tipos, uno de ellos fue Kita, el interés del rubio. No se sentía culpable, lo supo después de acostarse con él, Miya no aguantó más y dejó la banda.

Los ensayos entre los tres se limitaban a tocar en una sala que arrendaban, las participaciones en lugares públicos habían disminuido por la falta de vocalista, y los ánimos estaban decayendo.

Un día Bokuto apareció feliz con un chico bajo a comparación de ellos, rondando el metro setenta; se notaba un poco nervioso, pero al hablar su voz chillona iluminó todo el lugar. Decidieron ponerlo a prueba, lo oyeron cantar en silencio hasta que terminó, y entre los tres se dirigían miradas sorprendidas

— Bro, ¡de dónde lo sacaste!

— Es amigo de Akaashi. — le revolvió el cabello al más bajo — Le contó a Hinata, que necesitábamos vocalista, y no sé como lo convenció para unirse a nosotros

— Aun no hemos decidido si se une o no — enarcó una ceja mirando fijamente al chico de hebras anaranjadas, notando como se removía incómodo en su lugar por la intensa mirada.

— No seas amargado Kags, a mi me gustó como cantó — sonrío con una mirada felina —, y por lo visto a Bokuto también porque no para de mimarlo

— ¡Ay es que Hinata es como mi hijo adoptivo con Akaashi! ¡O mi pequeño aprendiz!

- Bokuto-san — río mientras lo apretaba con un abrazo —, Kageyama tiene razón, aun no deciden si soy parte o no. Más que todo vine porque quería echarte una mano

— ¡Ves lo solecito qué es! Vamos, adoptémoslo en la banda. ¡Por favor! — juntó sus manos en una forma de súplica mientras alargaba la o, procediendo a realizar un pequeño puchero.

— Esas caras no funcionan conmigo Bokuto — rodó los ojos —, pero supongo que está bien. Tú lo quieres dentro del grupo, y Kuroo también le gustó, así que no me queda más de aceptar. Bienvenido a la banda Hinata

Los papeles se volvían a llenar con letras, los ensayos ahora eran con cantos, las invitaciones volvían a llegar y la banda por fin estaba despegando.

Se sentía como estar en la fama máxima, Hinata no se esperaba todo eso y más. Siempre cantaba a escondidas en la ducha, le daba vergüenza que alguien lo oyese. Akaashi lo escuchó una vez por casualidad; al contarle a su novio este empezó a insistir en que cantara algo para él. Muy apenado aceptó y ambos quedaron maravillados.

Kinktober ☆ [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora