Kinktober ☆ [KageHina]

Día 13: Spanks

Kenma estaba emocionado, durante todo el día estuvo chillando y rogando por Hinata para que lo acompañase a ver a su nuevo novio tocar en una banda. 

Él nunca fue de ese ambiente, pero tampoco quería quedarse otra noche llorando por su ex novio que lo engañaba, quizás podría conocer a alguien para pasar el rato, beber un trago, borrarse un poco del mundo, y de su increíble mala suerte en las relaciones amorosas.

No recuerda como fue que lo conoció, simplemente un día Kozume le envió un mensaje diciendo

Kuroo me pidió salir, ahora estamos juntos 

Reía recordando ello, se alegraba por su mejor amigo, estaba feliz de que haya encontrado alguien con quien compartir su vida. Los planes que hicieron alguna vez cuando adolescentes de tener citas dobles no se pudo concretar aún, y sinceramente Hinata no tenía mucho ánimo de amarrarse otra vez.

El ruido estruendoso de una guitarra llamó la atención de los asistentes en el lugar, las vitoreas comenzaron, la gente aclamaba por la banda y una voz ronca se escuchaba a través del micrófono. Kozume lo tomó del brazo guiándolo a la parte delantera del escenario con la excusa de tener una mejor visión.

El vocalista tocaba la guitarra con furia, los orbes azules brillaban gracias a las luces de neón, su pelo se movía junto a su cabeza, la melodía cubría el cuerpo de Hinata, y sus ojos no podían quitarse de encima, hipnotizado mirando a aquel chico alto de cabello azabache, quien notó como se encontraba el más bajo pegado hacia él, dirigiéndole una pequeña sonrisa.

Cuando terminó el show, se dirigieron tras bambalinas, corriendo a causa de Kenma, para felicitar a su novio por el debut. 

Charlaban de lo más acaramelados, encerrándose ambos en su burbuja de amor, los otros integrantes de la banda reían mientras guardaban sus instrumentos, y Hinata se sentía el mal tercio. Soltó un pequeño suspiro decidido a marcharse de ese lugar, hasta que sintió una presencia a su lado.

— ¿Ya te vas naranjín?

— Si. — paró de golpe girando su cuerpo para verlo — ¿Qué clase de apodo es ese?

— No sé tu nombre — se encogió de hombros —, solo sé que tienes un pelo muy naranjo, y que nuestros amigos están por allá tragándose

— Sabía que no debía acompañar a Kenma — arrugó la nariz —, de todas maneras me llamo Shōyō Hinata, y creo que me iré

— Espera, te invito un trago

— Pero, no nos conocemos

— Y nadie dice que no podemos llegar a conocernos — se agachó quedando a su altura, sonriéndole muy cerca del rostro — soy Tobio Kageyama, mucho gusto naranjín

Dudo un poco de aceptar aquella oferta, su celular vibro con una notificación mostrando como su ex novio estaba con otra persona. Sus ojos se cristalizaron por un momento, bloqueó todo lo relacionado con él, tomó una bocarada de aire y aceptó la invitación.

El pequeño acto realizado por el chico, no pasó desapercibido por Kageyama, se imaginó que estaba pasando por alguna pena pero no quiso hondear más allá, no quería ser confianzudo.

Mientras estaban los dos sentados en la barra tomando shots de tequila, el pelinegro lo miraba sin una pizca de vergüenza,  notando su cabello rapado en la nuca como un degradé, hasta sus cortas hebras desordenadas y naranjas, aún más con las luces del lugar. Bajaba a su oreja notando sus pircings y luego una mirada hacia la nada, conteniendo un tumulto de sentimientos.

— Oye, si quieres hablar... — se mordió el labio, paseando sus dedos por la nuca del contrario — Digo, tienes cara de querer llorar. Sé que nos acabamos de conocer pero...