Bull corría a toda velocidad esperando encontrar a Colt en su habitación, tocó la puerta con desesperación pero solo salió aquel esqueleto que alguna vez intentó golpear.
- Hola... -Intentó disimular sus nervios- ¿Se encuentra Colt?
- No, se fue hace un rato -Dijo fríamente.
- No sabes dónde...
- Déjalo en paz maldito abusador -Interrumpió abruptamente- Espero que te lleven preso.
Poco cerró la puerta de golpe y puso llave a la perilla, el grandote solo se quedó en shock frente a la puerta preguntándose si en verdad merecía la cárcel. Salió corriendo de ahí tratando de escapar de miles de miradas que lo juzgaban, no sabía a dónde iba a parar, solo seguía sus torpes pies mientras trataba de aminorar los pensamientos de culpa en su cabeza cuando... ¡Crash! Había chocado contra alguien.
- ¡Por favor no me lleven! -Se quedó tirado en el piso cubriéndose la cara mientras mantenía los ojos cerrados.
- ¿A dónde te llevaría, hermano? -Una voz conocida le respondía, era El Primo que lo miraba confundió mientras el grandullón se destapaba los ojos.
- ¡Primo! ¡Eres tú! Gracias al cielo -Suspiró aliviado
- Aún estás algo alterado, ven -El Primo apoyó en sus brazos a Bull y lo llevó hasta el árbol más cercano- Bien, descansa aquí -Buscó algo en su maleta de entrenamiento, al parecer era una botella con agua la cuál obsequio al pelinegro- Toma, bebe un poco.
- Gracias... -Bull tomó un sorbo del líquido cristalino.
- Ahora si ¿Que está pasando?¿Dónde estabas?¿Por qué pareces tan consternado?
- Yo... Yo... -El grandullón no podía articular palabra alguna.
- Tranquilo, no hay prisa.
- Mira -Suspiró- Mira tu teléfono.
- Mi... ¿Teléfono? -El moreno sacó su dispositivo y empezó a checar las notificaciones que llegaban, todas llevaban al mismo enlace en alguna página de Internet- Esto es... -El luchador quedó atónito ante lo que veía en aquél sitió web.
- Todo es una confusión ¡Eso nunca pasó!
- Entonces esto...
- No pasó... Solo son un montón de imágenes sacadas de contexto.
-Suspiró- Muy bien, te creo pero, supongo que no que todos aquí están a tu favor, ve al dormitorio y no salgas de ahí, intentaré averiguar quién hizo esto.
- Muy bien ¿Me acompañas? Por favor
- De acuerdo.
Ambos amigos se encaminaron a su respectivo cuarto, El Primo parecía un guardia escoltando a su rey y como buen escolta protegía a Bull de los comentarios y amenazas que algunas personas le iban gritando. Al moreno le dolía ver tan frágil a su amado, parecía un pequeño cachorro indefenso a sus ojos, el cuál quería proteger a toda costa.
Una vez en su habitación, Bull se encerró en esta y se tendió directo en su respectiva cama, con esmero intentaba no pensar en todo lo que estaba pasando. Se distrajo un poco buscando su teléfono el cuál tenía mensajes a más no poder de parte de su hermana y Shelly, decidió apagar las notificaciones y recostarse un poco en su cama.
Al rededor de una hora había pasado, tal vez más, el grandullón no sabía pero aún se sentía mal y por más que intentaba, no podía conciliar el sueño a pesar de sentirse cansado, una insomnia muy grande se hizo presente en el haciendo que pensara en mil y un cosas que lo hacían sentir peor, como su primer año de escuela, su vida antes del colegio y... Su padre. Los pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de una llaves y las voces familiares de dos chicas.
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La otra cara de la moneda
FanfictionBull: Un tipo grande con problemas de actitud. Colt: El nuevo del lugar y un amante de lo justo. Los dos: Un duro inicio, una amistad en pleno crecimiento, unos corazones rotos y un secreto no tan secreto. ¿Que podría salir mal? Disclaimer. Esta his...