La otra cara de la moneda

11. Cosas del alcohol

Las luces de neón rodeaban el lugar, banderas color arcoiris estaban pegadas a las paredes, los chicos iban y venían del lugar mientras el toro e veía con melancolía su segundo vaso de Whisky en las rocas, a su vez trataba de no ceder ante la propuesta indecorosa del striper principal de aquella noche que miraba con ojos de deseo al toro.

Un tercer trago le estaba siendo servido, poco a poco iba mirando con deseo a aquel chico que se le insinuaba bailando en el tubo tan sensual y acordé a la música del lugar, cada trago incrementaba su libido y junto a los efectos del alcohol se estaba preparando para ir tras aquel chico como un león tras su presa pero algo lo hizo detenerse, una figura que tomaba el asiento a su lado y comenzaba a hablarle.

-No imaginaba que gustas de este tipo de lugares -Colt miró el espectáculo con una cara de satisfacción.

- No sabía que te gustaba jugar con cualquiera -Dijo con fastidio mientras tomaba un largo trago de la bebida color castaño

- ¿Jugar? No entiendo a qué te refieres - Su sonrisa burlona le hizo frente a el rostro enfadado de Bull.

- ¿No deberías estar con Piper? Seguro está esperando para complacerte.

- ¿Piper? Por qué... ¿La mencionas? -El pequeño pelirrojo cambió su expresión confiada a una de nerviosismo.

- Por favor ¿Crees que soy estúpido? Los ví besándose y abrazándose, podría jurar que hasta lo disfrutaste -dijo el toro muy tajante.

- ¿Y? Un beso no significa nada... -Habia cometido un gran error al decir esas palabras, aquellas le ardieron a Bull justo en el alma.

- Entonces... ¿No significa nada? -Bull estaba a su límite, estaba a punto de arremeter contra el pequeño.

- ¿Te piensas poner así por un simple beso?

- ¡A me pareció mucho más que un simple beso! -El pelinegro estrelló fuertemente si vaso en el piso y se acercaba lentamente a Colt- Así como el que tú y yo nos dimos en esa rueda... Significó mucho para mí -Bull trataba de no asesinar al pelirrojo.

- Y-y-yo... -Colt retrocedía, bajo otras circunstancias estaría calmado pero los ojos de Bull parecían querer enterrarlo vivo, sentía... ¿Miedo?

- Como sea... tienes razón, quizá un beso no significa nada -Bull podía ver el miedo en los ojos de Colt y decidió retroceder, volvió a la barra y pidió un vaso más al cantinero.

- Bull... -El menor recuperaba terreno y se acercaba cautelosamente a el- Yo no...

- Lárgate ya -Dijo cortante el grandullón.

- Es que yo...

- ¿Que? ¿Vas a dar una típica explicación de un típico chico de clóset? Déjame adivinar ¿Curiosidad? Que excusa tan común ¿Por qué no molestas a alguien de por aquí? Estoy seguro que podrían darte tanta verga como quieras, tal vez eso te quite la "curiosidad".

- Su bebida -El barman dejaba el vaso de cristal enfrente de Bull.

- Deja la botella -Dijo fríamente

-... -El pelirrojo no podría pronunciar palabra alguna, estaba tratando de acomodar sus ideas mientras tomaba asiento.

- ¡Heh! -Bull se burlaba declinando con la cabeza- ¿Quieres dejarme tranquilo? Ya te dije que seguro que hay alguien que pueda cumplir tu fantasia, en cuanto a mi -El grandote se terminó su bebida de un sorbo- No te preocupes puedo tener a cualquier perra dentro o fuera de este lugar, no te necesito para complacerme, chico bonito.

Bull se levantó de su asiento y se dirigió al baño esperando calmarse un poco más, terminó de orinar y se lavó las manos e incluso se echó un poco de agua a la cara esperando a que su enojo bajara. Una vez que terminó de mirarse al espejo salió de aquel cuarto de vuelta a su lugar esperando que el pelirrojo ya se hubiera ido sin embargo, sus esperanzas se vieron truncadas al ver al pequeño sentado aún en la barra, tomando de su botella de Whisky. Se rindió ante esto, el pelirrojo no se iba a dar por vencido tan fácil y daba crédito a eso, volvió con paso decidido y al llegar a la barra puso un par de billetes que el cantinero recogió sin preguntar pero parecía que era más que suficiente para cubrir todo lo que había consumido.