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Luffy caminaba alegremente por las calles de la ciudad, buscaba algún regalo para el cumpleaños de su amado hermano.

Pero no tenía la menor idea de que regalarle

Lo había pensado por mucho tiempo, al principio pensó que algo de carne estaría bien, ¿pues a quien no le gusta la carne?, pero esta era muy costosa y sus ahorros no daban para mucho.

También pensó en pedirle dinero a su padre, obviamente mintiéndole de que lo utilizaría para la escuela.

Le pediría ayuda a usopp para que este escribiera la mentira y su padre le creyera, era lo bueno de mentir por mensaje.

Pero debía de esperar que aquel azabache regresara de sus vacaciones, que según a palabras de usopp, se merecía, aunque estaban a mitad del ciclo escolar.

Suspiro rendido, se sentó en una de las bancas del parque al que había llegado.

Trataba de buscar alguna opción, algo que a ese rubio le gustara y como resultado le diera mimos.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando un hombre de aspecto sospechoso se sentó a su lado.

Hola -

Luffy volteo a mirarle con una ceja alzada, ¿por qué ese hombre le hablaba?

Lo observó de pies a cabeza, era un varón de gran altura, su cabello era de color granate, y utilizaba una bufanda que cubría su boca.

Te conozco? - fue lo primero que se le ocurrió decir, recordó las palabras de su hermano de nunca hablar con extraños, pero aquel cabello más esa bufanda le daban curiosidad.

No, pero observe que estabas algo preocupado - su mirada delineó el cuerpo del azabache.

Luffy se estremeció ante aquella mirada tan profunda, eran casi iguales a las de sabo cuando estaban solos.

Aja?... Y? - por unos instantes deseaba correr y lo quería hacer pero su cuerpo no reaccionaba.

Por qué no me cuentas, tal vez pueda ayudarte, soy muy bueno dando consejos -

Luffy dudo por algunos segundos pero después asintió.

Aquella sensación de peligro se había ido, eso era una buena señal ¿no?

Es que se acerca el cumpleaños de mi hermano mayor y no sé qué darle - su mirada estaba fija al suelo.

Recordaba los momentos con su sexy rubio, tratando de buscar alguna idea de que regalarle.

Qué tal si le das algún reloj o algo que a él le encante -

Luffy ladeo su cabeza - ¿algo que le encante?

Si, algo que siempre haga, no sé, tal vez un deporte, podrías regalarle algún objeto referente a ese deporte -

Luffy pensaba sobre qué cosas usualmente hacía sabo, lo único que recordaba es que su rubio sólo estudiaba y hacía la comida.

Frunció el ceño el tan sólo pensar en ayudarle con las tareas domésticas, ni aunque le dieran un millón de carne lo haría.

A sus pensamientos llegaron aquellas manos tan firmes y cálidas que tocaba su cuerpo, como en cada momento aquel rubio lo llevaba a la cama.

Un sonrojo abordó a sus mejillas, tal vez ya tenía su regalo.

Aquel comportamiento no pasó de desapercibido al extraño que sonrió al ver como Luffy bajaba la guardia.

Amor enfermizo- Sabo x LuffyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora