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Y así, los meses pasaban y pasaban.

Un mes=bastante doloroso.

Dos meses= no quería existir.

Tres meses= Olvidarme de ella.

Cuatro meses= Debo conseguir trabajo.

Cinco meses= Trabajé temporalmente en un despensa.

Seis meses= Algo color negro oscuro me salió en la parte de abajo del rostro, según Namjoon se hace llamar barba.

Siete meses= MAMÁ NO QUIERO MADURAR MÁS.

Ocho meses= Ya no soporto a Jimin.

Nueve meses= Comencé a trabajar en la empresa de mis padres.

Diez meses= Salir con el grupo dinamita los fin de semana se a volviendo una costumbre.

Once meses= Abbie es lesbiana y me uso para darle celos a una chica, fue tan gracioso de mi parte, por suerte salió todo bien.

Doce meses= Encontré nuevos hobbies, como el arte.

Un año= ¿quién es el Taehyung de temporada escolar? Ya no existe.






































—¡Escoba! —Grité emocionado.

—No otra vez—se quejó Hoseok.

—¡Cómo es posible que ganes siempre en este juego, Kim!—Renegó Jimin tirando sus cartas sobre la mesa.

—Buena victoria, Tae.—Abbie estiró su mano hasta la mía.

—Gracias.—Sonreí. Sin embargo, sabía que todos ellos morían de odio por dentro, y quien no si me lleve la mitad de su dinero. Ni yo me creía tan bueno en este juego. El casino siempre tiene su lado bueno.

—¿Ahora te pagarás la siguiente ronda de tragos, señor rico?—Propuso graciosamente, Jungkook.

—Va que va.—Les dejé un poco de dinero sobre la mesa—Iré al baño, pidan algo para todos, en mi ocasión algo fuerte, gracias.—Me puso de pie, acomode mi traje y caminé hasta los baños. No fue hasta que tropecé con una muchacha, lo cual provocó que su bebida cayera en mi costoso traje.

—Oh no...—susurró—¡Cuanto lo siento! Pido disculpas, no quise, digo no fue mi intención yo solo quería ir...

—Tranquila.—interrumpí.—Solo es algo de whisky, puedo mandarlo a la tintorería.

—No por favor, permítame darle algo de dinero ante este suceso.—Rogó.

—Le repito nuevamente que no se alarme, todo tiene solución.

—¿Seguro?

—Segurísimo, señorita. Ahora si me disculpa me dirigía hacia los baños.—di un paso al costado y antes de seguir con mi camino sentí una mano helado sobre mi muñeca. Era la misma jovencita.—¿Si?—La volteé a mirar serio.

—Déjame invitarte un copa por tal suceso.

—Lo lamento pero no...

—Vamos ¿acaso serás así de amargado conmigo?—Dio un paso adelante.

—La distancia, dama...

—Solo será una copa, nada más.—Se acerco a tal punto de rozar nuestros labios.

—Acepto.—Contesté intrigado.

—No te arrepentirás.

Hasta el día de hoy sigo sin comprender como de una copa pasamos a estar en su departamento, en su habitación, en su cama y desnudos. Por cierto, fue una gran noche. Pude descifrar que es una joven empoderada, valiente y decidida, perfecta.

HUG ME | KIM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora