Girasol se despertó adolorida. Había un silencio sepulcral en el ambiente, volteó a ver a los lados para adivinar en donde estaba, llegó a la conclusión que se encontraba en la enfermería de la universidad, no sabía cómo había llegado ahí y lo último que recordaba era cuando se quedó sin respiración y ya.
— ¿Hola? —preguntó para ver si alguien le respondía.
—Al fin despertaste.
—Ehh... —miró a la doctora—. ¿Qué me pasó?
—Te desmayaste.
— ¿Y cómo he llegado acá?
La doctora sonrió al recordar el rostro del chico que llevó a Girasol hasta ahí en sus brazos.
—Un chico bastante lindo te trajo.
— ¿Podría decirme el nombre de él?
—No, no puedo.
Girasol frunció el ceño a lo que la doctora respondió de inmediato para no meterse en algún mal entendido.
—Es que él se ha ido sin decirlo, pero... mencionó que no era de tu misma aula de clases.
Mientras que la doctora veía algunos documentos, volvió a preguntarle a Girasol cómo se sentía, la castaña respondió que bien y la doctora le comentó que ya podía volver a integrarse a sus clases con calma. Cuando Girasol salió de la enfermería comenzó a caminar lentamente en los pasillos, aún con un poco dolor de cabeza; supuso que le dolía por el golpe que se había llevado al caer pero después de unos minutos recordó que su cráneo nunca tocó el suelo, lo cual provocó que su curiosidad empezara a hacerse más grande y más si quería encontrar al chico que le había ayudado para así agradecerle, pero... ¡ni siquiera sabía nada! Ni quien era él ni mucho menos de lo que había pasado después.
Era casi la cuarta hora de clases, por lo tanto los pasillos estaban desérticos, Girasol tocó la puerta de su salón de clase y vio como el maestro de filosofía le miró asombrado, quien Interrumpió unos segundos su clase, se acercó a la puerta y le abrió alegremente.
— ¡Girasol! ¡Qué bueno que has vuelto!
Girasol sonrió tímidamente.
— ¡Adelante! ¡Adelante!
Cuando Girasol entró al aula de clases todos los alumnos la observaron como si estuviesen viendo a un famoso, los murmullos inundaron el salón. La castaña suspiró débilmente y comenzó a caminar hacia su lugar.
—Hola, Gi —susurró Jack.
Él era su mejor amigo y también era su compañero de lugar.
—Hola, Jack.
— ¿Cómo sigues?
—Bien...
Jack la miró confundido.
— ¿Pasa algo? —preguntó con voz firme provocando un eco en toda el aula.
—El hecho que se haya desmayado señorita Térran no significa que puede platicar libremente con el joven Tyson —dijo el profesor, enojado, mientras los miraba.
Ambos alzaron las miradas y vieron como todos los del salón los observaban.
—Lo sentimos —dijeron Jack y Girasol al unísono.
Después de aquello la mayoría volvió a centrarse en la clase. Jack miró aún confundido a su amiga.
—Tú... ¿viste quién me llevó a la enfermería?
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Girasol
Teen FictionGirasol es una chica. Sí, ese es su verdadero nombre. Mientras que la mitad de la universidad la considera bonita, la admira, ama su sonrisa, su carácter y hasta su nombre, la otra mitad odia hasta la última molécula que forma parte de ella. ¿Qué di...