Gruñón a bordo

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Habían pasado alrededor de tres horas desde lo de las pizzas y Jareth no había salido de su habitación, excepto que para darse una ducha.

Yo también me di un baño y comencé a arreglarme para la cena con su familia. Usé uno de los vestidos que me había comprado, el de color rosa palo, con un escote tipo barco, entallado al cuerpo y que me llegaba por debajo de las rodillas. También usé unas sandalias de tacón color blancas, dejé mi cabello suelto el cual lucía muy lindo por la visita anterior a la peluquería, me hice un maquillaje bien sencillo y tomé un pequeño bolso color blanco.

-Creo que ya está. - dije mirándome al espejo.

- ¿Lien, estás lista? - preguntó Jareth al otro lado de la puerta, y como ya había terminado, salí de la habitación.

- ¿Qué pasa? - le pregunté a Jareth que no paraba de mirarme.

- Nada, es que te ves muy bien.

- Tu no te ves mal. - Realmente nada mal.

En el viaje mis nervios comenzaban a aflorar, pero él no decía ni media palabra así que decidí tomar la iniciativa...

- ¿Jareth?

- Mmm

- ¿Estás enfadado conmigo?

- ¿Por qué estaría enfadado? ¿Hay alguna razón para estarlo?

- ¿Ves?, me hablas con una expresión más fría que un Iceberg. Pensé que nos estábamos volviendo amigos. - dije volviendo a imitar la cara tierna del Gato con Botas, a lo que él no pudo evitar sonreír.

- No, no estoy molesto, ¿contenta?; pero no olvides que no eres mi amiga, eres mi esposa.

- Uff ¡Estoy muy nerviosa! ¿Y si cometo algún error? ¿Y si les caigo mal? ¿Y si les caigo mal y me odian? - puse una exagerada expresión de pánico llevándome las palmas a las mejillas.

- No lo harán, sobretodo mi abuela, ella te va a adorar, eres de ¨ese tipo¨.

- ¿Ese tipo?

- Sí, ese tipo de persona. - dijo sonriendo y no dijo ni una palabra más en todo el trayecto. Yo mientras intentaba adivinar cuál era ese tipo de persona que dice que soy.

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- Hemos llegado. -dijo respirando profundo.

- Estoy muy nerviosa Jareth, qué debo hacer. ¿Cómo les hablaré? Hemos estado practicando, pero, no sé.

- Cálmate, mi padre habla algo de español con él podrás hablar cómodamente y con el resto trata de mantenerte tranquila, solo habla lo que creas necesario, yo mantendré todo bajo control.

- Uff ufff

- Lo único que debes fingir es que estamos muy enamorados y felizmente casados, el resto es solo mostrarte tal cual eres. - Tomó mi mano fuertemente y me indicó que saliera del auto. - ¿Estás lista señora Aydin? - dijo ofreciéndome su mano para caminar hacia la entrada.

- Evet. - dije y él sonrió.

Mis nervios habían sido calmados por las palabras de Jareth, además si había logrado convencer a mi familia no será tan difícil convencer a la de él. La casa era enorme, desde mi perspectiva era una mansión, pero Jareth negó esa idea. Se notaba que era una familia muy adinerada, Jareth es un hombre elegante y se nota a simple vista que vive bien pero nunca imaginé que, hasta este punto, digo, siempre pensé que los hijos de familias ricas eran arrogantes y andaban por el mundo presumiendo sus riquezas, pero él no es así, él es una persona bastante sencilla.

- ¡Jareth!

- ¡Papá! - dijo Jareth abrazando a un hombre que debía ser su padre, era un hombre alto, delgado, con un cabello oscuro ligeramente veteado por unas canas, era un señor bastante guapo para su edad, definitivamente debía ser el padre de Jareth.

Por siempre, Evet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora