Tu verdadera cara

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Tras lo sucedido terminamos en el bar de un hotel, Jareth no decía ni una palabra, había bebido mucho y no quería responder las llamadas de su familia.

-Jareth debes parar de beber.

-No te preocupes, no me voy a emborrachar con un par de tragos.

- Ya van como cinco vasos.

- Deberías beber algo también, para acompañarme.

- No, no, yo no puedo beber. - negué con las manos.

- Bueno, sí no lo haces tú, lo hago yo. Barman un vaso de whisky. - dijo alzando su vaso.

- No, no, no. Ni uno más. - dije apartando la bebida de él.

- No seas pesada, devuélvemelo.

- No, este lo beberé yo. -dije tapándome la nariz y bebiendo de un trago la bebida, que me quemó la garganta.

- ¿Qué haces, por qué bebiste eso así? - exclamó él abriendo los ojos como platos y apartando la bebida de mí.

- Te lo advierto, si pides algo más me lo tomaré yo y te arrepentirás por el resto de tu existencia.

- Testaruda. ¡Barman! - hizo una pausa para mirarme de reojo y notar mi mirada amenazante - deme un vaso con agua,... y hielo.

- ¡Perfecto! - grité aplaudiendo - Estás aprendiendo a comportarte Jareth Aydin, voy a domarte y a convertirte en un inofensivo cachorrito.

- Oh oh, ya noto los efectos del alcohol.

- Para nada, no estoy borracha. - dije poniéndome de pie y acercándome él mientras el mundo giraba en mis ojos.

- Es lo que siempre dicen los borrachos. Bebe el agua, te refrescará.

- No quiero. - dije imitando la voz de una niña mientras rodeaba el cuello de Jareth con mis brazos.

- Wou, wou. Estás mal. ¿tú abrazándome? Bebe el agua. -dijo empinándome el vaso para que bebiera a la fuerza.

- ¡Ya para! - me quejé luego de beber todo - Me agradas mucho Jareth, por qué no te abrazaría, somos socios. - dije sonriendo estúpidamente mientras capturaba su rostro con mis manos.

- Lo que faltaba eres una borracha cariñosa. -dijo intentando acomodarme en mi asiento.

- ¿Jareth?

- ¿Vas a hacerme preguntas ahora también? - lo miré molesta sacando el labio inferior y cruzando mis brazos. - Bueno, vale, dime.

- Sabes que tienes unos ojos muy lindos, son taaaaaaan negros que me podría perder. Cuando estás molesto o triste se ponen opacos, cuando estas feliz se vuelven muy brillantes.

- ¿Sí? Eso no me lo habían dicho.

- Si, hace un rato estaban opacos, pero estoy feliz de que ahora briiiillen como estrellas. - dije dejando caer mi cabeza en la barra, mientras no paraba de mirar a Jareth sonriendo como tonta. Él parecía que no se podía creer lo que estaba escuchando, estaba alucinando.

- ¡Una borracha cursi! - dijo la chica a mi lado riendo, desde que llegamos no le quitaba los ojos de encima a Jareth y ahora se burla de mí, mmm, pobre.

- ¿Qué dices envidiosa? Estoy segura de que no tienes a nadie que te diga cursilerías por eso estas aquí bebiendo sola y comiéndote con la mirada a los hombres ajenos. - Grité con todas mis fuerzas mientras subía encima de la barra del bar dando tumbos.

- ¡Está loca! -dijo la chica señalándome y riendo.

- ¿Loca? ¡Loca! ¡Ya verás Bambiiiiii! -grité lanzándome encima de la chica y jalándole el cabello.

Por siempre, Evet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora