🐺CAPÍTULO CUATRO🐺

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"Mi Omega"

Resuena una y otra vez en mi aturdida cabeza... ¡Pero qué demonios!

"¿E-eres tú... cachorro?" Me pregunto mentalmente, sin dar crédito a lo sucedido.

Entonces paso los siguientes segundos absorto en tu mirada que me consume por completo. Mientras el cosmos se alinea para que tus ojos castaños se compenetre con mis oscuras orbes... Orbes que desean que desean fervientemente mirarte por siempre. Solo por y para mí.

Entonces, una maldita sensación de posesión se adueña de mi cuerpo lentamente. Y la palabra "mío", aparece determinante en mi mente. Reaccionando posesivamente y entre sonoros gruñidos.

—E-es t-tu aroma... Que me nubla... me intoxica... —Confieso asombrado, pasmado y ensoñado en tu impronta. 

Y de alfa intimidante que se lleva a todos por delante, muto a un "lobito indefenso", al cual ladean a empujones en la pista y entre roces nada inocentes. Mientras sigo anonadado en tu presencia.

Porque si tu culo y contorneadas piernas cachorro, me parecieron un manjar digno de degustar... Tu maldito aroma, me enloquece...

Y apostando a mi escasa fortaleza, me aproximo a paso errante, con el único fin de agobiarme en tu hermosa sonrisa. Gesto que me regalas sin ser consciente de lo que me provocas.

—¡Jungkook! ¡Pero si aquí estas hombre! —Siento a Nam cogerme de los hombros y desplazarme hacia atrás. —Te me habías perdido —Dice quejoso.

—¿Ehhh? E-estaba... ¡Maldición Nam!—¿No tienes otra cosa que hacer? —Gruño molesto y totalmente indignado. Recordando a conciencia que me dirigía al sanitario en un principio Suéltame! Que voy a orinar.

—¡Wow! ¡Pero qué carácter lobito! Okey, ve tranquilo. Y cuando regreses, te espero en la barra azul, aquella de allí. Tengo que presentarte a alguien muy especial para mí —. Manifiesta Nam algo tímido y con su infundada sonrisa con hoyuelos.

Considerablemente asombrado, comienzo a alejarme. No sin antes otorgar una mirada, en dirección al dueño de mi perdición...

Pero él, no se encuentra más allí.

Entonces, disperso mis pensamientos de entrada al baño. "Maldito amigo inoportuno resultaste ser Nam" medito risueño de mí mismo. De no ser por él, me hubiera orinado encima al estar tan embobado.

Procedo a mojar mis manos. Mientras me doy una rápida mirada en el espejo para luego inclinarme en el lavado y así enjuagar mi sofocado rostro hasta que escucho: —¿Me buscabas?

Y para mi sorpresa, el rubio Omega  (mezcla de cielo e infierno y del cual me quiero aficionar hasta quedarme sin aliento) se encuentra reclinado al marco de la puerta de los sanitarios, observándome todo sexi y detallado.

Y me congelo...

—Debo admitir, que tu rostro empapado lobito... es sublime —.88. Anuncia aproximándose lentamente.

Y embriagado en su aroma que me trae completamente afligido, y aún sin poder moverme, gruño en mi defensa mientras largo: —No soy un lobito omega.

—¿No eres un lobito? —articula acercándose peligrosamente hacia mí cuerpo.

Peligrosamente para él. Porque mientras lo observo en el reflejo del espejo entre gruñidos excitados y molestos, mi respiración se vuelve errática y pesada.

—A mí, me pareció verte indefenso como un pequeño cachorro "lobito"  Dice esto último, arrastrando la voz en un suave susurro mientras su tóxico aroma me inunda por completo.

Me aferro al lavado haciendo acopio de todas mis fuerzas. Mientras, simultáneamente, cierro mis ojos para aspirar todo lo que pueda de su aroma.

—Eres adictivo —. Confieso ciego, completamente embelesado y perdido en él... Y me quedo así, hasta que percibo un apoyo sobre mi hombro.

—¿Tan así? —Cuestiona mientras su cálido aliento pegado a mi cuello, genera una tormenta eléctrica que recorre a lo largo mi columna vertebral.

Y pierdo completamente el control...

Y en un giro desesperado y anhelante, buscando fundirme en él, lo jalo desde sus glúteos para elevarlo a mi cadera y empotrar su cuerpo contra la pared.

—Sí...t-tan así y m-más cachorro... — Susurro entrecortado mientras relamo su barbilla, rozando y chupando todo a su alrededor.

Impregnándome necesitado de su aroma...

—Mmm...T-tú no serás lobito pero yo... —se queja entre pequeños gemidos —definitivamente, no soy cachorro —. Comenta suave y entrecortado. Regalándole a mis oídos, sus maravillosos sonidos eróticos.

🐺🐺🐺🐺

Y así, impresos en la lujuria compartida entre ambos desconocidos que se reconocen.

Uno provocador y otro menesteroso.

De un lobo aclamado por la desidia ajena.

Y una sensación de pertenencia ondeando fuertemente el ambiente.

Se ofrendan mutuamente a sus necesidades en un apasionado roce de labios...

Labios descarados que presionan sin sutileza. Buscando tomar del otro, todo lo necesario para recuperar el control absoluto...

Brazos que se aferran al anhelo de la asidua entrega, aunque no puedan empatizar del todo con el suceso que descontrola a sus lobos.

Se dejan ser con el otro.



















WOW! Este Omega me puedeee.🥰
Gracias por leer😍

"𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora