🐺CAPÍTULO VEINTICINCO🐺

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Altera mi escaso puto humor, las reiteradas veces que con algo de cuidado, me deshago del amalgamiento de dos Betas sin ningún resultado.

Insistentes y avasallantes sobre mi cuerpo alterando mi limitada paciencia. Y entre gruñidos, aparentemente sexis para ellas, las esquivo mientras percibo mi límite rebasar.

“Por mil demonios alteradas Betas” ocuparon mi maldito tiempo sin poder observar al único que me interesa, mi caliente Omega, dispuesto y resuelto como las brasas del infierno aquí en la Tierra.

Y por algún giro del destino, de ofuscado en medio de acosos y esquivadas, me transmuto a destinatario pasional.

Y ¡wow! El empotrado a la pared, está vez, manifiesto ser yo…

Mi Omega, totalmente desinhibido, arrasa con cada porción de mi acalorado cuerpo como entre espiritado y rabioso, posterior a la exclusión de la Beta ensimismada sobre mí como si de un liviano papel se tratase.

Sus roces constantes de agresivos y ardorosos labios, acrecientan mi afección. Y en un enredo de inquietas manos asgo sus firmes nalgas con denotada emoción.

—¡Maldita sea cachorro! había controlado mi erección… —susurro sobre sus tentadores belfos al momento de inhalar oxígeno para no perecer en el intento de seguir sus besos.

—Entonces, debería ocuparme de eso, mi Alfa —murmura mientras ciñe con su mano, mi abultado padecimiento sobre las telas y ante la vista de cualquiera.

Voltea, repentinamente, cogiendo mis brazos para aposentarlos a su cintura mientras descansa su acolchado culo sobre mi cadera.

Lo observo atento y provocativo y entre gruñidos, ahuyenta a las Betas que vegetaban en constante conmoción a mi alrededor.

—¿Marcando territorio cachorro? —rumoreo pegándome a su oído —¿sabes que soy tuyo, no?

—Yo lo sé, pero a esas Betas se lo acabo de dejar bien clarito lobito. Y con tu permiso, procedo a desempeñar mi única misión —articula y lo atisbo dubitativo, en tanto da inicio a mi remolque asiendo mi mano.

Y de un instante a otro, nos encontramos confinados en el mismo cubículo del baño precursor de esta íntima conexión…

Amparado al muro lateral mientras agarro sus escurridizos cabellos entre mis dedos, me deleito con la excelsa visión del hundimiento de mi falo en lo profundo de sus labios.

Una, dos, diez arremetidas a su cavidad, que me recibe gustosa, y observo sus vidriados fanales con una mirada terriblemente erótica a pesar del esfuerzo, acompañada de una pecaminosa lengua que me rodea sin recato.

Entonces, dictamino mi cúspide durante el apogeo de una potente eyección… Y me entrego al desahogo de mis menesteres rebasándolo mediante guturales gruñidos de satisfacción.

Y recuperando mi aliento (tras varias inhalaciones) observo cómo acomoda mis prendas. Resguardando todo en su lugar, para luego ascender soberbio como una impoluta deidad de la cual no me cansaré de rendir culto.

Y finalizando el aseo de sus comisuras con su sensorial lengua, se aproxima lentamente…

—Favor con favor se paga. Y a mí, no me agrada deber nada lobito —susurra sobre mi oído para luego gravitar sus labios contra los míos en un delicado beso... Beso que procede a dejarme absorto en la estela de la sensual sombra que deja su cuerpo en retirada.

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Como atropellado por un avasallante sueño, así me encuentro, entre tanto me acerco al lavado para humedecer mi acalorado rostro y ordenar mis cabellos antes de salir del baño.

"Estoy completamente perdido en ti, mi cachorro, mi hermoso Omega..." Medito soñador. “Necesito aclarar variados temas, esto que percibo en mi interior va más allá de una simple atracción. Y no puedo negar que nuestra conexión es sublime y que le he confesado que me gusta así como lo ha realizado él. Pero indudablemente, estoy comenzando a enamorarme de todo su ser y mi lobo se inquieta de solo pensar que no pod…”

Abruptamente suspendo mis pensamientos al advertirme más entusiasta de lo que debería. E inhalando, profundamente, trato de dominarme observando el reflejo que me devuelve el espejo.

—Tranquilo Alfa, lo estamos haciendo bien —le digo a mi reflejo mientras  rebusco en mi bolsillo, el paquete de cigarrillos. Así me encamino hacia el exterior en dirección a la barra.

🐺🐺🐺🐺

—Un agua por favor —solicito al barman de la otra barra. No quiero soportar las miradas recriminatorias del novio de mi amigo.

Observo a mi alrededor como todo transcurre con relativa normalidad, no quisiera sustraer a tirones algún lobo embriagado, enojado y molestoso, que no comprende el significado de un “no” como respuesta cuando quiere tocar.

Al recibir mi pedido, el barman me consulta cómo se desarrolla mi primera jornada “Si supieras que se desarrollo entre medio de mamadas” medito risueño, aunque creo que varios nos han divisado, aun así le resto importancia.

—Todo tranquilo, me retiro, nos vemos —y sin mas explicaciones, me desvío hacia las principales columnas del antro. No me interesa hacer amistad aquí, ya demasiado tengo conmigo.

La ajetreada y gozosa madrugada, comienza a llegar, finalmente, a su ocaso. Mientras diversos cambiaformas han procedido en retirada, algunos solos y otros en compañía, con el gusto del disfrute y la diversión, denotando sus extenuados rostros.

Mi Omega, me observa (cada tanto) en lejanía, con un brillo especial destellando de sus luceros. Y me advierto, malditamente afortunado de ser el receptor de sus emociones.

Y aspirando del casi extinguido cigarro, advierto una presencia a mi lado.

—Juntemos las botellas ¿quieres? —consulta mi jefe y amigo con su semblante abatido.

—Dale hoyuelos ¿las dejo en la barra? —cuestiono.

—¡No me digas hoyuelos! Encima que debo soportar tus actitudes, merezco un mínimo de respeto, ¿no lobito? —lo observo seriamente, a lo cual él solo emite risotadas sacudiendo su cabeza.

Recorremos el deshabitado antro entre sus risueños sonidos y mis efímeras muecas que emulan una posible sonrisa.

Solo moran un par de lobos emparejados y melosos que se rehúsan a dar por finalizada la noche. Así que voy con mi mejor porte y me encargo de acompañarlos, guiando su camino hasta la puerta de salida. Y al virar de regreso al interior, me encuentro de frente con mi Omega esbozándome un cálida sonrisa.

—¿Vamos a casa, amor? —consulta con su tierna y dulce voz que podría jurar, perecer justo aquí, con mi rostro significativamente adorador y mi corazón entre sus manos.























HAW🥺TODO UN TEMA.

ESTE PAR, ME TIENEN ENAMORADA😍

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LOS AMITO MUCHO❤




"𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora