🐺CAPÍTULO VEINTIOCHO🐺

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Arribamos a nuestro hogar tomados de la mano... Y se siente tan bien. Se percibe como si los brazos de mi Alfa hubieran sido diseñados para sostenerme, para acunarme y para mecerme.

Nuestros dedos se abrazan en constante sensación de confort, del mismo modo que mi cuerpo reacciona ante el suyo, despertando de un ensueño donde desesperadamente buscaba percibirse así.

Amor… que palabra tan breve pero repleta de impresiones. Ya que al transcurrir de las vivencias durante todos estos años, pensaba que el amor no tenía destino en mí. Y heme aquí…

—¿Cariño? —cuan cursi y romántico me dictamino al escuchar mi llamado desde sus labios —. ¿Te encuentras bien? —consulta llegando a casa.

—La verdad amor, es que tengo un pequeño malestar estomacal, debe ser ese helado tan dulce que consumí más temprano —le confieso observándome descompuesto, acompañado de un leve dolor de cabeza —. También, me siento algo desorientado.

—Ven aquí —jala mi cuerpo contra su firme torso y envolviéndome entre sus fuertes brazos —mi Omega tan glotón, no sé como pudiste terminar ese helado tan empalagoso.

—¡Pero qué dices! Si en el fondo, esa es mi esencia, ser dulce y empalagoso —comento entre pequeñas risas.

—A decir verdad, debo asentir a tu confesión —comenta llamando mi atención de inmediato.

—¿A qué te refieres Alfa? —pregunto desorientado. En mis recuerdos, atisbo lejanas emociones tan expresivas en mí así, de esa manera.

—Yo... debo comentarte algo. Una situación que sucedió anteriormente a que despertaras, cachorro —dice mirándome con algo de duda. Y siento en mi interior que es algo revelador.

—¿Qué paso amor? Aparte de hacer el ridículo por dormirme entre tus brazos —articulo divertido, no quiero ni imaginarme a todos observándome en esa situación.

—Cuando, nos estábamos profesando cuánto nos amamos, tú… cambiaste, por así decirlo —comenta aferrándome a sus brazos —. Pero no es nada malo, al contrario… O eso creo.

—¿Cambié?¿Cómo que cambié? —confundido medito sobre mis sensaciones. Es como si un fragmento de mi mente se esfumara de recuerdos.

—Tu Omega, tomó dominio sobre ti, cachorro —declaró velozmente, dejándome atónito.

—¿D-de verdad? Pero… ¿Cómo es eso posible? ¡Yo no discerni nada! Solo rememoro la emoción del momento y luego… nada más —declaro compungido, entre reproches especulativos a mi mismo.

—Por eso mismo confirmo, que tu esencia es dulce y empalagosa —articula entre gestos risueños —pero, realmente me agrada, eras como un verdadero cachorrito necesitado de contención y cariño —dice mi Alfa tratando de exceptuar mi aparente conmoción, ya que nunca en mis 27 años de edad, me había acontecido semejante conversión —. Pero... no solo eso sucedió, cachorro —lo atisbo con el entrecejo fruncido —Tú aroma se intensificó, provocando turbación a nuestro alrededor, a parte de enfurecer de locura a mi lobo, ya que tu lobo quería que te reclamara allí mismo... —comenta.

Inmediatamente, mis mejillas se tornan carmesí colmándome de vergüenza por la situación. Entonces, inclino mi cabeza huyendo cual ladrón hasta que mi Alfa (acunando mi mentón) eleva mi rostro para conectar con su mirada.

—L-lo siento —avergonzado confieso aunque no estaba dentro de mis facultades.

—Cariño —emite mi Alfa —no debes sentirte mal. Fue hermoso conocer a tu lobo porque eres tú, el Omega más hermoso, malditamente sexi, fuerte e independiente del cual estoy completamente enamorado. Mi Jimin, mi cachorro... ¿Me harías el honor de ser mi novio, pareja o cómo mierda quieras llamarle?

Y errante en un camino del cual me sentí perdido, finalmente, comprendí que mi lobo y yo, acertamos al destino…

—Por supuesto que sí mi amor. Quiero ser todo para ti —manifiesto con los ojos acuosos, el espíritu jubiloso, mis latidos testados de ímpetu gozoso y mi ardiente corazón entre sus manos.

Nos fusionamos en un beso intransigente, cargado de emociones a flor de piel, de promesas por cumplir y del inicio del venidero porvenir.

Luego, nos separamos ante la falta de oxígeno, aferrados uno al otro como si no existiera un mañana. Y distingo su profundo respirar sobre mis labios erizándome la piel… Y como activando algún interruptor, mi cuerpo reclama su presencia.

—¿Alfa?

—Dime, mi hermoso Omega.

—Hazme el amor...

Entonces, se adueña de mis labios anhelantes y fervientes de pasión, demostrándome todo su enamoramiento en este acto.

Y cogiéndome de mis glúteos, me aferra a su cadera. Y sin despegarnos del ansiado beso, ingresamos velozmente.

Enredo entre mis dedos, sus sedosas hebras, empujando nuestras lenguas en una danza armónicamente sensual. Mientras nuestras respiraciones descompasadas auguran la venidera situación.

Entonces, me transporta entre manotazos a oscuras hasta la habitación, depositándome sobre el lecho cual efímera pluma... con total admiración.

—Cariño, déjame amarte lentamente —susurra sobre mis labios acunando delicadamente mi rostro.

Se desliza por mi sensible cuello impartiendo húmedos besos que electrifican cada fibra de mi ser.

Sus cálidas manos detallan un camino con extrema suavidad, desde mis hombros hasta la finalización de mis dedos, para luego entrelazar con firmeza nuestras manos. 

—Te amo —susurro entre imperceptibles jadeos.

—Te amo —reitera adorándome con cada suave roce de labios a mis belfos.

Ardorosos cuerpos entregados al apego y la vehemencia...

En donde cada embiste proclama hacer mella para que el otro ocupe posesión.

Y donde un par de lobos se restriegan anhelantes por discernir su designio...

De ahora en más, permanecerán juntos...













































HAW, ESPERO QUE PUEDAN INTERPRETAR CADA SENTIMIENTO QUE PLASMO DESDE LO PROFUNDO DE MÍ ❤🥺

GRACIAS POR ESTAR AQUÍ 😍

LOS AMITO MUCHO❤









"𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora