Hay personas que vienen al mundo con dones especiales, mismo que son otorgados por los Dioses y Diosas - Sol, Luna y los cuatro elementos -. Muchos de ellos son marginados por el miedo a lo diferente pero la triste realidad es que ninguno pidió nace...
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La desesperación se apodera de mí, por más que corra entre tantas personas puedo revivir aquella noche, puedo ver la furia de aquellos capas rojas, no hay muestra de arrepentimiento en ellos, nos matan sin algún tipo de culpa.
El calor del fuego comienza a consumir las cabañas de aquella aldea, los gritos de terror penetran mis oídos y me siento completamente aterrada de volver a vivir aquello una vez más.
Mis extremidades me hacen correr hasta un punto del cual no soy consciente pero al poco tiempo soy emboscada por uno de ellos, me mira maldiciéndome con aquellas palabras y corre directamente hasta mi dirección, intento escapar pero su peso cae completamente sobre mí.
Forcejeo un par de veces pero sus manos están sobre mi cuello presionando para quitarme el aliento.
Respiro con dificultad y con mi mano toco directamente la tierra recitando aquellas palabras "Potestate Sacris Deorum" inmediatamente la sensación se apodera de mi cuerpo hasta permitirme cegar aquel hombre logrando que este deshaga su agarre de mi piel e inmediatamente parándose.
Me siento buscando a mi alrededor algún objeto con lo que defenderme.
Hasta que veo en su cintura aquella espada, no me cuesta mucho acercarme hasta él y quitar sus manos de allí para lograr arrebatarle aquel mandoble.
Sin pensarlo mucho y envuelta aun por aquella sensación de venganza clavo en su cuerpo el mandoble poniéndole fin a la vida de aquel cazador.
Cuando veo la sangre brotar de aquel momento, mis manos comienzan a temblar, arrebato la espada de su cuerpo y lo veo caer completamente sin vida.
Grito llena de rabia y tristeza.
Corro en el intento de hallar a Chanyeol pero puedo verlo completamente herido mientras uno de ellos se encuentra sobre el cuerpo de mi Sol.
Grito su nombre y en un segundo él voltea, sonríe pese a estar en aquella situación completamente en desventaja.
Él capa roja aprovecha el momento de distracción y clava su espada en el pecho de Chanyeol.
Puedo sentir mi pecho comprimirse y un gran dolor se apodera de mí en ese momento. Impulsada por el choque de aquella imagen y el dolor repentino en mi interior, corro hasta clavar la espada en la espalda de aquel hombre que me había arrebatado a la única persona que me quedaba.
Llorando desconsoladamente de aquel hombre y me agacho hasta el cuerpo de Yeol, mis lágrimas no pueden dejar de salir mientras me encuentro abrazada a él.
- Chan, no me dejes. Dijiste que estarías conmigo, que nos iríamos juntos de este lugar - susurro completamente desbastada.
- T-te a-amo – susurra con dificultad
- Yo también te amo, te amo con mi vida pero no puedes dejarme... - pido besando sus mejillas
- In-clusive más allá de la mu-erte esta-ría dis-pues-toamarte – profesa y yo solo puedo sentir mi mundo desmoronarse al verlo soltar un último suspiro tras aquellas palabras.
