Hey pequitas [DoDam]

7: Asesorías

Como decía la nota, llegó puntual a las 3 a casa del de pecas. Este le abrió la puerta, traía puesto un conjunto deportivo mientras que Yedam fue con un pantalón y un suéter blanco.

— Adelante —dijo el pecoso mientras se hacía a un lado para que Yedam pasara.

— Buenas tardes —saludó al pecoso, este le sonrió tímidamente.

— ¿Traes tus apuntes? —preguntó mientras lo dirigía a su mesa.

— Sí —acomodó su mochila de modo que pudiera sacar sus apuntes. Los sacó y los colocó en la mesa.

Doyoung se sentía seguro, eso era raro, quizás los consejos de su madre al fin estaban dando frutos. Yedam era un total desconocido para él pero tenía algo que no lo ponía como un paranoico como con las demás personas.

En cambio Yedam, estaba de nervios, Doyoung lo lograba poner nervioso sin siquiera hacer algo y la belleza del chico lo ponía a sonreír como bobo enamorado.

— Sonríes mucho, ¿no?

— Eh —Doyoung lo había interrumpido de sus pensamientos.

— Que sonríes mucho —elevó un poco la voz

— Ah.

Mierda, estás sonriendo mucho.

— Hoy me encuentro feliz —tomó un lápiz para ponerse a escribir.

Yedam había puesto una tonta excusa para entablar una conversación con Doyoung, tal vez no resultó como esperaba pero recibió una nota del pecoso. 

Su excusa era que no entendía matemáticas.

— Ok —trató de sonreírle a Yedam pero terminó haciendo una mueca—. El tema es fácil en realidad —mordió su lápiz, Jihoon le decía que no lo hiciera pero como Jihoon no estaba ahí, él podía hacer lo que le plazca.

Empezó a explicarle las funciones trigonométricas a Yedam, se le hacía fácil ya que era bueno en la materia porque su madre lo mandaba a campamentos de matemáticas desde niño hasta los quince años.

Una canción de lo que parecía ser Girl's Day sonó, se trataba de celular de Yedam sonando, rápido el chico lo tomó para tratar de bajarle el sonido, su cara estaba ardiendo y Doyoung solo le miraba serio.

— ¿Ring my bell? —preguntó, pues era un secreto que Doyoung era fan de los girl group.

— ¿Cómo supiste? —estaba enviando un mensaje a su madre donde le decía que estaba bien y que no se preocupara.

— Me gustan los gg —agachó la mirada y rascó su brazo.

— Hey, a mi también —sonrió, tenía algo en común con su amor—. No tiene nada de malo.

— Muchas personas creen que soy gay por eso —siguió sin levantar la mirada.

— ¿Y no lo eres? —se atrevió a preguntar.

— No...no...no soy gay —tartamudeó un poco.

— No tengas miedo de aceptar lo que eres.

— No creo que mi madre acepte eso, soy su único hijo.

— Existen otras alternativas —trató de relajarlo porque se veía algo alterado—. Puedes adoptar, sería algo complicado de realizar, pero no es imposible.

— Gracias Yedam —le agradeció al chico, lo había calmado.

— No tienes nada que agradecer —le sonrió—. Yo soy gay.

— ¿Cómo lo supiste? Digo, nunca he tenido pareja y no sé como descubriría mi sexualidad.

— No es necesario tener pareja para descubrir tu sexualidad, tú solo lo sientes —tocó su pecho señalando su corazón—. El corazón te avisa.

— ¿Entonces mi corazón me avisará?

— Así es, cuando llegue la persona correcta.