Vuelvo para dejarles el octavo capítulo. Este a diferencia de los demás, tiene un trasfondo especial que voy a exponer al final de la lectura. Créanme, toca un punto muy sensible para mi.
Ya libre de sentimentalismos, aclaro las expresiones para ustedes:
- Gil: estúpido.
-Pajero: bobo.
-Franco: Día no laborable.
-Boludo: tonto.
-Viejos: padres
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21: 37 PM
El carruaje arribó al distrito de Sina con pesar. Los adoquines golpearon contra las ruedas, avisándoles a los dos detenidos que ya se encontraban en la Ciudad. Incluso sin tener ventilación, el frío traspasó las maderas para colarse bajo el uniforme de ellos. Putearon al aire por no haberse puesto el blazer verde antes de ser arrestados.
El trote de los caballos desaceleró al igual que el movimiento de la carreta, y a Eren se le cerraron las vías respiratorias por unos segundos. Habían llegado. Los dedos le temblaron del sudor frío que segregaba, y se sintió fuera de contexto.
¿De verdad los habían enjuiciado al Capitán y a él? ¿Después de todo lo que hicieron por proteger esas putas murallas y a la gente dentro de ellas? Si antes estaba indignado con la historia de Marley, ahora se sentía asqueado de la gente dentro de los muros. Podían irse bien a cagar todos los ciudadanos de Sina, Rose y María por desagradecidos, estúpidos, racistas y homofóbicos.
Una arteria resaltó con fuerza en su cuello, y Levi se acercó a tomarlo por ambos lados de la cabeza. El subordinado volvió la vista de sus botas al sentir las manos contrarias, esposadas, agarrarlo con violencia para levantarle el rostro, y se extrañó de encontrarse con el semblante tranquilo y confiado de su Capitán.
¿¡Qué no entendía la situación!? Estaban a punto de ser juzgados por prejuicios ortodoxos y no se inmutaba ni un poco.
El reproche no llegó a dárselo porque la respiración del mayor chocó con la suya, y le desoriento el habla. Mucho menos pudo hacer cuando le devoró la boca en un impulso rápido y de desahogo. Para no sentirse menos, envolvió la lengua del contrario con la suya en un masaje húmedo.
Levi le tiró la mejor frase que pudo articular antes de las compuertas fueran abiertas por los guardias:
-Si no morimos afuera en plena batalla, mucho menos vamos a morir acá – le otorgó el último beso rápido - Confía en mí.
Ya fuera del carruaje, una ola de interrogantes y murmullos les llegó a los oídos mientras caminaban con destino al Tribunal de Justicia. De lejos, escucharon a un ciudadano reclamar:
-¡Ey! ¿¡Por qué se los llevan esposados!? – un hombre no mayor de 30 años con rasgos morenos reprendió a la Tropa Estacionaria en el camino. Levi recordó ese rostro; era uno de los que le aplaudió cuando fueron al bar semanas atrás.
-¿¡Qué hacen con ellos!? Son héroes, tienen que soltarlos – Otro ciudadano apuró a los guardias, y como regaló le dieron una patada en los testículos.
Eso sí que Eren no lo soportó.
Se volvió aún esposado contra sus custodios como producto de la ira que fluyó repentinamente en sus venas. No iba soportar que agredieran físicamente a una persona que intentaba defenderlos.
Un parte del pulso acelerado de su corazón era por rabia, otra parte por el contento de ver civiles enojados debido a la situación suya y del capitán siendo llevados a la corte.
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Media Hora
FanfictionMientras el Capitán Levi se queda de noche en la terraza del cuartel para despejar su mente, el causante de sus dolores de cabeza le hace compañía. Lo que puede comenzar como un simple capricho, crece a medida que las desconocidas emociones se hacen...