Capítulo 11

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09:46 AM

-¡Chicos! ¡Ya llegó la correspondencia! -

Infinitas cartas con distintos destinatarios arribaban al Cuartel de la Legión con frecuencia. Desde familiares dispersos por las 3 murallas, hasta simpatizantes y aficionados con integrantes del escuadrón manifestaban sus deseos de convertirse en soldados.

El calor del verano se acentuó en los últimos días, cambiando la rutina del desayuno para pasarla de té y café, a jugos e infusiones frías. La ubicación del recinto era cercana a la plantación natural de arbustos y árboles con frutos, ayudando así a la tarea de recolección. Cada dos días, un miembro del escuadrón se levantaba más temprano que los demás para traer las naranjas, ciruelas y frutillas para el desayuno. Obviamente, la tarea se turnaba con los compañeros, y en esta ocasión fue el turno de Eren.

Con un Sol enceguecedor y ardiente, el chico situó las frutas dentro del cajón de madera; con algunas más ya sería suficiente para el desayuno. Mientras buscaba las últimas naranjas pequeñas ( siempre tenían más jugo esas) reconoció el sonido del pasto siendo pisado por unos pies, unos pies que reconocía muy bien al escucharlos andar.

-Ya termino capitán, no hace falta que me ayude.

-Buen día para vos también, pendejo de mierda - le dijo cuando llegó a su lado - no te vine ayudar; te llegó una carta.

Reposado en el naranjo de donde Jaeguer recolectaba la última fruta, extensión su mano con la correspondencia. Eren, bastante confundido cabe aclarar, la tomó; ésta no tenía remitente, pero sí destinatario. La caligrafía de aquella letra le era desconocida, confundiendolo aún más.

-¿Porqué esa cara?- preguntó el mayor aún reposado bajo la sombra del arbol.

-Es raro - le contestó - es la primera vez que me llega una carta estando en la Legión - guardó el sobre dentro del ropaje; más tarde lo leería- ¿A usted le llegó alguna?

-Sí, pero no son importantes - le contestó el mayor tomando el cajón de madera; quería ayudarlo.

-¿Algún pedido de los altos mandos?

-No, sólo unas mocosas con las hormonas revolucionadas que dicen querer conocerme. No sé qué mierda les pasa - comentó mientras se encamina al Cuartel ubicado a unos metros.

-Es obvio; vieron el culo que tenés - bramó el menor, aprovechando su ubicación tras Levi para palmear con un poco de fuerza uno de sus glúteos, y luego apretarlo con los dedos.

-¡¿Qué haces enfermo?! - a veces Ackerman no entendía como Eren pasaba de ser un sumiso a un desvergonzado en el plano sexual - no me toques así como si nada, cualquiera te puede ver desde acá.

Eren río y plasmó en su rostro la faceta de la diversión.

-Creo que ya están acostumbrados. Aparte, no es como si no supieran lo que tenemos -

-Eren, ese no es el punto. Una cosa es el ámbito privado, otro muy diferente es el laboral - le dijo, teniendo más todavía para aclarar, pero no pudo al ver a Jaeguer perdido en sus pensamientos - ¿Eren?

-Levi; ¿qué es lo que tenemos? - la duda le surgió desprevenidamente.

Tal interrogante fue inesperada para el mayor.

-Una relación, obviamente ¿Estás queriendo ponerle un nombre?

-...

-Ey, Er-

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