Capítulo 9

314 27 3
                                    


Vengo a dejarles el noveno capítulo! Quienes hayan leído los anteriores capítulos no van a necesitar aclaraciones.

Aviso una cosa: como ya saben, la Navidad es el nacimiento del niño Jesús, así que no tiene mucha lógica el adquirir a la Navidad por lo que es realmente (porque no encaja para nada).

Así que me tomé el atrevimiento de cambiar la historia; y en este capítulo la Navidad es el Nacimiento de Ymir Fritz.

Sin más para decir, disfruten!

***********************************************************************************************

21:35 PM

Tres días; tres largos días duró la expedición en las zonas costeras. Entre recopilación de nuevas muestras de agua, flora y sedimentaciones (ostras, caracoles, etc.) la legión permaneció cerca de la orilla del mar, durmiendo en carpas y comiendo lo justo para preservar las raciones. El clima se apiadó de ellos y no hubo ni lluvias ni vientos gélidos.

Ya terminada la investigación de las nuevas áreas descubiertas, emprendieron la vuelta al Cuartel, arribando al lugar de noche y con el hambre suficiente para cocinar una olla popular. Los encargados de la cocina pusieron manos a la obra, y en menos de dos horas ya tenían preparado el guiso de fideos que reconfortó el hambre de los reclutas.

El comedor desprendía un ambiente familiar y hogareño.

Los ayudantes de la cocina juntaron los platos una vez terminada la cena para lavarlos. Entre éstos se encontraba Eren, secando el último plato para guardarlo en el mueble de madera. Ni bien terminó con sus tareas, calentó la tetera con agua y sirvió dos tazas de té clásico y se enfiló a una habitación que no era la suya.

Tocó la puerta, entró tras la permisiva del Capitán y tomó asiento frente al escritorio donde el mayor leía y redactaba informes. Eran demasiados papeles, tanto que se formó una pila de ellos en el costado izquierdo, impidiendo el descanso de los ojos de Levi.

Dejó de lado los informes por un rato para degustar el té con su... ¿amante, pareja? Daba lo mismo, no le era necesario catalogar ni ponerle nombre a la relación que llevaba con Eren; al final los dos se hacían sentir bien mutuamente (tanto en el ámbito físico como psicológico). Conversaron sobre la expedición en el mar, sobre lo cansados que estaban y lo contentos que se encontraban de poder dormir al fin en una cama y no en las carpas.

Pasadas dos horas y terminado el té, Levi volvió fijar su atención en los informes que dejó acumular y que ahora debía completar a último momento para entregar pasado mañana. Las ojeras se le notaron bajo las pestañas, y el menor se levantó del asiento a consentirlo. Se paró tras el respaldo del capitán y comenzó a masajearle el cuello.

-¿Así estas mejor? – El mocoso sabía que sí, pero le gustaba escucharlo. Aplicó presión con sus dedos en los nudos de la espalda y Levi suspiró.

-La verdad que sí – tronó el cuello y relajó los hombros – dormí demasiado mal en la costa. Quiero terminar con estos papeles de mierda y acostarme.

-¿Es necesario que los termines hoy? Podes dejar algunos para mañana y yo te ayudo a terminarlos – Eren ya hasta había acercado una silla para sentarse a continuar con el masaje. Cuando encontró un nuevo nudo en la nuca, acentuó los movimientos circulares de sus yemas sobre esa porción de piel – Es tarde para que sigas leyendo, te vas arruinar la vista.

-¿Desde cuándo me decís qué hacer o no con tanta confianza?

-Me tomo el atrevimiento de cuidarte un poco ya que vos no lo haces – confesó para reemplazar sus dedos por sus labios; besándole la nuca y acariciándole el pelo.

Media HoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora