Aún estaba adormecido, su cuerpo se sentía como si pesara toneladas y sus párpados apenas se abrieron, volviéndose a cerrar cuando la luz del sol que estrabas por un ventanal alto lo cegaron.
Lo volvió a intentar abriendo lentamente sus ojos, su cabeza dolía un poco, las sogas que lo ataban a la silla en la que estaba sentado no le dejaban mover ni brazos, ni piernas. El cansancio volvió a sucumbirlo, pero por unas voces cerca lo pusieron en alerta.
Un chico entró por la puerta y se acercó a él, vestía uniforme de enfermero, tenía guantes y llevaba una mascarilla. No mediaron palabras, el joven sólo se sentó frente a él y comenzó a darle de comer. Quería negarse, no tragar ni un bocado, resistir lo más que pudiera, pero el instinto de supervivencia y el hambre lo hacían abrir la boca, masticando con cuidado y a pesar de no tener muy buen aspecto la comida no sabía mal.
Después de eso volvió a dormir, perdiendo la consciencia completamente... hasta que la puerta se volvió a abrir para repetir las misma acciones.
¿Había pasado un día más? ¿Cuánto tiempo había estado ahí? ¿Cómo había llegado ahí?. Lo recordaba, había salido del colegio, como cada viernes tomaba el mismo taxi que lo llevaba a casa... pero esta vez el conductor era otro. No le parecio algo extraño ya que siempre llamaba a la misma empresa, supuso que él de siempre estaba lejos de la zona.
Lo malo comenzó cuando el conductor le sonrió y dijo que tomarían un atajo. No recordaba el rostro del sujeto pero se veía muy joven, cabello negro y piel muy blanca, nada más. Al llegar a un callejón lo obligó a bajar y subieron a otro auto en el que habían 2 personas más y desde ahí, no recordaba nada.
Las voces fuera de la pequeña habitación se escucharon como siempre, pero esta vez más ruidosas. Parecían discutir por algo, no podía entender lo que decía pero los gritos eran fuertes y molestos. La puerta se abrió y cerró al segundo, haciendo un ruido fuerte al golpear contra el marco, esto lo alertó, abrió sus ojos y miró a quien entraba.
Hicieron contacto visual al instante, pudo ver esos ojos color miel que no parecian ser reales, enseguida su vista bajo a los labios rojizos del recién llegado cuando este paso su lengua por el inferior de la manera más provocadora posible y sonrió. No llevaba el rostro cubierto, ni los guantes, tampoco el uniforme de enfermero. No era el mismo que había venido a alimentarlo los días anteriores.
Este era más descarado y no tenía miedo de mostrar su hermoso rostro. Porque a pesar de estar secuestrado, Jungkook no pudo negar que el chico era muy atractivo, con su alborotado cabello rubio y esa ropa nada discreta. Llevaba unos pantalones ajustados y una camisa orgada.
-- Hola... Jungkook ¿No?. - La voz era suave pero gruesa, como si estuviera hablándole al oído. Lo vio caminar a la puerta del que suponía era un baño y escuchó como algo se llenaba de agua. -- Definitivamente eres más guapo en persona.
El chico tomó la silla en la que el enfermero siempre se sentaba a darle de comer y la puso con el respaldo frente a él, sentándose a orcadas en ella. Lo miro de pies a cabeza y sonrió nuevamente.
-- ¿Puedes hablar?. Mi nombre es Taehyung y vine para darte un baño. Hueles fatal y no me gusta. Vas a portarte bien, yo no te haré daño ni tu me lo harás a mí, porque sí lo haces... vas a lamentarlo.
Jungkook obedeció, se dejó quitar la ropa y camino como pudo hasta el baño. Después de tantos días encerrado y atado en esa silla, volver a caminar parecía un castigo, todo su cuerpo estaba adolorido y sus músculos tensos. Se metió a la tina en la que pudo estirar sus piernas a gusto y soltó un suspiro, el agua a pesar de estar fría era la mejor sensación que pudo hacer sentido en esos días.
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One Shot- KOOKV.
CasualeAlgo parecido a "30 Días De Smut Challenge" pero no lo mismo 🤔 En Fin... Lean La Nota.