Décimo Segundo

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Me dirigí a la habitación a la que alguna vez había llegado inconsciente, imaginé lo que Serena habría pasado aquí, no me importaba lo que la llevo a esto, si no que había sido engañada, eso fue lo que me llevo a tener empatía por ella.
Las sábanas estaban llenas de polvo, al igual que los muebles, no había ropa dentro de los muebles y tampoco había señal de mi mochila, estaba a punto de rendirme, hasta que noté algo inusual, las tablas del piso, al mover un poco el ropero varias se habían aflojado considerablemente.

"Lo escondiste bien" pensé riendo con ironía.
Aparté las tablas una a una con cuidado de no hacer demasiado ruido; para mí sorpresa no estaba solo mi mochila, apunté bien la linterna que había abandonado antes de bajar al sótano, fotografías , ropa, utensilios de uso personal... Tomé una a una las prendas de ropa, todas de mujer, probablemente todas de Serena... Tenía algo de polvo y se sentía un tanto húmeda, preferí no usar eso y buscar un par de calzado que me pudiera quedar.
Encontré unos tennis de una talla poco mayor, pero eran más ajustados que los que había tomado de Jeff ...
Jeff, el monstruo tenía nombre.

Después de cambiar mis zapatos seguí revisando, encontrándome con cepillos de dientes, cremas depilatorias y cepillos para el cabello con algunos cuantos nudos de pelo atrapados en él.
Un cuaderno que decía al frente "Serena, Universidad Nacional , Facultad de psicología".

Alex y ella iban a clases juntos, en el fondo siempre la envidie, él hablaba siempre de ella, siempre y sin falta, más me preguntó si alguna vez hablo acerca de mi. Lo dudo demasiado; pero no importaba, ellos deberían estar vivos, probablemente juntos, y aunque me doliera lo hubiera preferido así que a no volver a verlo por su muerte.

Entonces ojeando las hojas del cuaderno, encontré sobres, con las siglas JTK, las siglas que estaban en los sobres que alguna vez recibí, el contenido de las cartas era casi el mismo que las que me habían llegado, sentí rabia y quise matar a Jeff en cuanto lo viera, quería hacerle daño de alguna forma, tenía que hacerlo por Alex, por Serena , por Jun... Jun.

Él me había hablado sobre la famosa Jun, su primera chica, la que comenzó con la obsesión de los ojos mieles y cabello corto, seguro ella tampoco tuvo opción, debió hacerle más daño que a cualquiera de nosotras, no tenía dudas, el maldito monstruo hizo esto con más, no solo con las tres, seguro hubo más.

Tomé mi mochila que se encontraba a un costado de todo lo demás , la muda de ropa olía raro más no me importó, al bajar mis pantalones note mis piernas llenas de bello semigrueso, moretones intensos que dolían en el interior de los muslos y sangre seca, y me pregunté si era mi periodo o no, busqué la prenda más limpia que encontré para cortar pedazos y acomodarlos en mi ropa interior, acomodando también algunos en mi mochila por si requeriría un cambio.
Salí con lámpara en mano a los pasillos de la casa buscando una fotografía en específico, tenía que verla por mi misma, y así sucedió, casi la misma cara de Serena y la mía, sin embargo esos ojos eran un tanto felinos, y la sonrisa malvada de lado a lado, sus padres uno al lado del otro, Jun.
La causante de la obsesión de Jeff por las chicas que se parecían a ella, sonreía abiertamente en todas las fotos, a excepción de las pequeñas instantáneas donde aparecía con un niño de ojos mieles pero cabellos claros, tomé la foto entre mis manos, detrás había algo escrito.

Daniel Woods

Era imposible que fuera su hermano, probablemente es el pequeño de Jeff.

¿Dónde estás... Daniel?

La respuesta llegó a mi como un milagro, al voltear estaba ahí el mismo sujeto que me había indicado el camino hacia acá estaba justo frente a mí, reprimí un grito del susto que me había dado y enderecé mi postura por si buscaba atacarme, pero él no se movió ni un centímetro, solo sonreía un tanto divertido.
Era un muchacho joven, era muy guapo, tenía cabello negro y ojos azules profundos, aunque tenía algunas cicatrices en el rostro no se veía como el otro demente, aunque era muy pálido no parecía blanco como papel, sus pupilas no eran tan dilatadas, se veía como un tipo común.

-Me ayudaste hace un rato...- Dije manteniendo distancia de él.

- Si.- Su voz sonaba rasposa y desgastada aunque muy pasiva.- Creo que es lo correcto.

Bajé un poco la guardia para denotar confianza.

- ¿Qué es lo que pretenden conmigo?.

-Solo ... No queremos estar solos .

Había algo en sus ojos que parecía desolado, me hizo recordar a los cuadros que pintaba, a la mirada que tenía en ese momento, a como solo pensaba en todo lo que hubiera podido hacer si no hubiera sido por el accidente.

- Sé de quién es la chaqueta que traes puesta.

Mis ojos se abrieron impresionados.

-¿Si?.

-Serena lo trajo, Jeff no quería a nadie cerca de ella, al principio ella cooperó un poco , lo amarraron ahí.- señaló una silla de la pequeña cocina.- después ella quería escapar con él... Pero no lo lograron, fue torturado... Allá.- señaló la puerta que llevaba a el sótano.- Le cortó la garganta... Justo aquí donde estamos parados tu y yo, también corto su cuerpo en trozos y lo tiro en la parte de atrás...lo ví.

Mis ojos comenzaron a lagrimear , más intenté mantenerme fuerte.

- ¿Por qué me ayudaste? ¿De que lado estas?.
Soltó una carcajada, Me asustó y di unos pasos hacia atrás.

-Estoy harto de está vida, más no puedo acabar con ella, porque encontré a alguien, pero le está pasando lo mismo que con Serena, me acerque a él porque está dañando a mucha gente, le dije que le ayudaría pero no dije que también podría ayudar a otros, sé que es lo que te une con Serena, sé que estás aquí por el parecido, pero Alex siempre estuvo entre las dos... Tal vez por lo que sucedió  ahora quieras matar a Jeff, hacerle daño, y yo sé dónde le duele.
Pero me harás un favor.

Sus ojos brillaron expresivos, ansiosos, el azul cristalino de sus pupilas revoloteo como un diamante.

- Yo no puedo hacerle daño a Ana, pero... Si tú lo haces, si ella se va , yo me iré.

Me estaba proponiendo información a cambio de una vida, no lo haría, pero mentir estaba bien en esta situación.

- Bien, ¿Dónde está Ana?.

-En mi cabaña, abajo ...

Poco a poco mi sentido de cordura se perdía, quería hacerle daño a cualquiera que tuviera que ver con él, solo quería que pagara, que pagara lo que me hizo.

-Lo haré cuando termine mi asunto, lo prometo.

De su bolsillo saco una brújula y un papel.

-Esta en el hospital psiquiátrico, A unos kilómetros de aquí, con suerte llegarás de madrugada, es fácil entrar, lo difícil es salir, en una parte de la hoja está el camino, y en la otra un mapa, hay un agujero donde él y yo nos colábamos, sé astuta.

-¿Porque está ahí?.

-... Heredó la Bipolaridad de Jeff, además el es consciente de lo que pasó, Jeff nunca le ha querido hacer daño, solo lo ve a lo lejos, creo que el está empanizado con él, son casi iguales. 

-Bien...

-Tenemos un trato Louisa.

Comenzaba a gustarme mi nombre.

-De hecho... Hay un secreto, uno importante acerca de ti, pero, lo guardaré hasta que vea que cumples tu parte... Este secreto lo sabe Jeff, pero no te lo dirá.

Caminé hacia la puerta sin despedirme.

-Distráelo.- Dije sonriendo.- Voy por Daniel.

T R U E - L O V E (Jeff the Killer 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora