D O S
Conexión
Anahera
No quería levantar sospechas ante aquellos orbes dorados que me acechaba desde la otra punta de la cafetería, pero necesitaba salir de ahí. Y cuanto antes. Sentía que el aire se estaba acabando. Me ahogaba. Recogí mis cosas con agilidad y salí disparada de la cafetería, conteniendo mis impulsos para no mirar hacia atrás y que nuestras miradas volvieran a unirse. ¿Como era posible que de tantos países y lugares en el mundo el estuviera aquí? Empuje con tanta fuerza la puerta del baño que las miradas curiosas de las chicas que se tomaban fotos ante el espejo cayeron ante mí.
- Perdón - susurre. Necesitaba estar sola así que rápidamente salí de allí y busque alguna clase que se encontrase vacía. Me senté encima de un pupitre soltando todo el aire que había aguantado durante todo este tiempo - Cálmate. Ni siquiera te conoce - Me sentía estupida por armar tanto jaleo, pero es que es el, Jasper. El hombre que jamas me vio. Él hombre de mi vida; al que intente salvar...y ahora estaba ahí sentado mirándome como si supiera el gran secreto que escondía. Pero eso es imposible - Ahora me puede ver - reí con sarcasmo dejando que las pequeñas lagrimas de tristeza y frustración rodaran por mi rostro. En cuanto sepa que por tu culpa el es un monstruo de la noche te odiara - pensé - No lo va a saber - negué secando con fuerza el rastro que habían dejado las lagrimas por mi rostro - No lo puede saber - recalqué.
- ¿Qué no puede saber? - preguntó una voz a mí espalda.
- Oh, Hola Isabella.
- Bella.
- Si perdona, Bella.
- ¿Te encuentras bien? - se notaba realmente incomoda, en cuanto la conocí supe que su ángel guardián debe de ser la persona mas vaga y estupida del mundo si le deja corretear con vampiros. Una humana saliendo con un vampiro, suena a titulo de novela juvenil.
- ¡Oh! Si, si. No te preocupes.
- Has salido casi corriendo de la cafetería. Parecía que habías visto a un fantasma - susurro.
- Algo así... - sus ojos me miraron con intensidad, como si quisiera saber más de todo lo que escondía, pero eso no iba a suceder. Y menos con Isabella Swan la chica vampiro. - No te preocupes esta todo bien - recogí mis cosas y sin poder darle tiempo a decir nada mas salí de aquella incomoda y extraña situación. Sabia a la perfección que no lo dejaría estar. Lo notaba. Pero soy buena persuadiendo a las personas, soy un ángel, pero ahora uno capaz de hacer cualquier cosa.
***
En cuanto las clases terminaron me subí a mi coche y conduje sin mirar atrás. Durante el resto de tiempo compartí clases con Bella y sus amigos vampiros, pero el no estaba ahí. Una parte de mí se sentía decepcionada por no verle, pero otra, estaba totalmente agradecida. No sé que seria de mi si sus ojos volvieran a posar su atención en mi. Mi piel se eriza con solo recordar la intensidad de aquellos orbes dorados. Jamás pensé que Jasper Whitlock pudiera mirarme de aquella forma, y no quería fantasear en un mundo donde toda su atención fuera solo para mí, pero se me hacia difícil no hacerlo. Tanto tiempo deseando que mi comandante me viera y ahora lo tenia, pero aun así, lo nuestro sigue siendo imposible.
***
Jasper
Volví a escuchar aquella voz hermosa pero que detonaba miedo y tristeza. Una y otra vez la escuchaba. "Jasper son peligrosas. Aléjate. Jasper corre. Corre por tu vida." No sé por que aquella voz se intensifico en cuanto la vi. En cuanto aquellos extraños ojos conectaron con los míos. Su rostro también se había quedado perfectamente gravado en mi mente. Su cara era en forma de corazón, tenia una piel muy blanca pero se veía perfecta y suave. Sus ojos eran de un extraño color gris con azul y su melena blanca le daba un toque más misterioso aun. Todo en ella tenia un aura de misterio. Y no sé por que; yo quería descubrir todo lo que escondía aquella chica de la cual aun no sabia su nombre.
![](https://img.wattpad.com/cover/234587976-288-k770564.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El ángel guardián.
FanfictionLas lagrimas caían como cascadas por mi rostro al ver su cuerpo ser consumido por las llamas. Apreté con fuerza entre mis manos aquel colgante. Su cuerpo que poco a poco se convertían en cenizas, se esparcían por la tierra seca. No me arrepentía de...