S E I S
Ángeles caídos.
Me encontraba en mi habitación terminando un par de ejercicios para la clase de Biología -ni siquiera un ángel se libra de los deberes - pero se me estaba haciendo demasiado cuesta arriba acabar los deberes debido a que mi mente solo rondaba un pensamiento, y ese pensamiento tenía que ver con una persona en concreto. Jasper siempre había tenido lugar en mi mente y en mi corazón; pero desde que le explique la verdad aún más. Ojalá fuera tan fácil como decía Edward, ir y plantarme ante él para decirle lo mucho que le quiero.
Ojalá...
Cuando por fin pude terminar la tediosa tarea guarde los apuntes en la mochila y camine hacia la cocina para prepararme algo de comer porque estaba demasiado hambrienta. Me fije en la hora y en aquel instante me percaté de que habían pasado dos horas y media sin moverme ante hojas de cálculo y apuntes. Ahora entiendo por qué los chicos de hoy en día están tan estresados - pensé.
Encendí la televisión, ya que no podía estar en silencio; y mientras escuchaba las noticias de fondo comencé a prepararme un plato enorme de pasta con salsa de pesto. No sabría como explicarlo pero de pronto comencé a sentir que algo no andaba bien. Deje de rayar el queso y observe por la ventana. Mi rostro se reflejaba en la ventana debido a que las luces de la casa estaban encendidas y afuera se encontraba demasiado oscuro. Aún así podía ver a la perfección. Antes de volver a mi tarea eche un último vistazo y pude reconocer un movimiento peculiar a mis espaldas. Al girarme vi a aquel hombre que años atrás se había aparecido ante mí por primera vez.
Flash Back
Era un día muy nublado en Londres, algo típico aquí y aunque no lloviera, afuera hacía muchísimo frío. Durante la noche habían bajado tanto las temperaturas que el suelo se había convertido en una película de hielo haciendo que los humanos resbalen continuamente. Termine de tomar el café en una pequeña, pero muy hermosa cafetería y cuando estuve lista para marchar me despedí de la dueña. Con el periódico bajo el brazo caminé por las calles de Londres. Todo estaba decorado con luces y decoraciones navideñas ya que no quedaba nada para festejar la llegada de la Navidad. Una festividad que cada año que pasa, me gusta más, aunque no tenga con quién compartirla. Al llegar a casa dejé el abrigo en el perchero y las botas de agua en el recibidor ya que no quería manchar el suelo de barro. Lance un par de troncos a la chimenea y la encendí para entrar un poco en calor. Me froté las manos y me dirigí hacía la cocina, allí percibí un olor extraño y todos mis sentidos se pusieron en alerta. Desplegué mis alas y me pasee por todas las estancias, cuando no encontré nada en la planta baja me dirigí hacia arriba y al entrar en mi habitación me encontré con un hombre de traje negro observando a trabes de los grandes ventanales.
- Que hermosa vista - hablo el extraño
- ¿Quién es usted?
- Oh, no hace falta que te pongas a la defensiva - río - Vengo en son de paz - alzó las manos mientras se giraba lentamente
- Ramiel...
- Oh, me conoces - sonrió - Qué honor para mi...
- ¿Qué haces aquí? - volví a preguntar desplegando mis alas del todo para que viera que no me sentía amenaza con su presencia. Ramiel o como muchos humanos le conocen "trueno de dios" era el responsable de guiar los muertos a llegar a Dios durante su ascenso. Pertenece a los 20 líderes de los ángeles caídos y condenado por su lujuria. Sabía perfectamente qué hacía allí y no me gustaba.
- Ya sabes por qué estoy aquí Anahera.
- ¿Por qué me queréis? - pregunté
- Siendo la mano derecha de Haniel y una de las mejores guerreras y guardiana; ¿Cómo íbamos a prescindir de ti? - se mofo
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El ángel guardián.
FanficLas lagrimas caían como cascadas por mi rostro al ver su cuerpo ser consumido por las llamas. Apreté con fuerza entre mis manos aquel colgante. Su cuerpo que poco a poco se convertían en cenizas, se esparcían por la tierra seca. No me arrepentía de...