Los personajes no me pertenecen exclusivamente a sus creadores. Mundo alterno época actual. Contenido Adulto. Sexo explícito. Queda advertido.Gozó total.
Albert llevo en sus brazos a Candy, sin poderlo evitar Albert tomó sus labios, y se perdieron en un beso arrebatador. Candy correspondió, se besaron como si lo hubiesen hecho siempre. Llegaron a una hermosa habitación elegantemente decorada, Albert la puso en pie, sin dejarla de besar, Candy abría su boca permitiendo que Albert la saboreara, a falta de aire rompieron el beso. Candy sonrió, dándose cuenta que tenían química y se estaba dejando llevar.
- Permíteme entrar al sanitario antes, mientras puedes ir preparando el agua, me gusta sumamente caliente y bastantes burbujas. Comentó Candy mientras iba al tocador. - Pero no te quites el traje, quiero hacerlo yo. Completó Candy pícara. Albert asintió como un tonto. -¡Ufff que mujer! Albert entró a la otra ala del sanitario, donde se encontraba el jacuzzi. Abrió las llaves para que se llenara. Se quedó mirando como subía el nivel del agua y el vapor empañada los espejos y ventanas. Sintió como lo abrazaban por detrás. Si cuerpo reaccionó al instante. Se dio vuelta sin dejar que Candy se soltara. Cuando quedó de frente a ella. Quedó maravillado., Candy estaba totalmente desnuda, su cabello suelto, nunca imagino que fuera tan largo, se veía realmente hermosa. No pudo controlar su excitación. La acercó más a él y tomó sus labios desesperadamente. Paladeaban sus lenguas... Candy, comenzó a desanudarle la corbata, deslizó sus manos por los hombros y le quitó el saco, desabotono su camisa, quitó su camiseta, al fin pudo apreciar esos pectorales, abdomen y brazos bien definidos. Y los acariciaba a placer.
- Mmm señor Andrew, se ve divino. Halagó Candy al mismo tiempo que besaba esos músculos perfectamente definidos. Albert sin pensarlo mas, comenzó a tocarla, amaso sus senos, sus nalgas, se arrodilló ante ella, moría por enterrar su rostro en su monte venus. Al verla desnuda no pudo evitar ver su punto de femeneídad, quería lamer y devorar esa parte tan deseada. La sentó en la orilla de del jacuzzi y Candy se abrió para él.
Albert disfrutaba su sabor su olor, de mujer excitada había enloquecido de pasión al probar su néctar amielado de su sexo... le pareció el manjar más exquisito que hubiera probado, se hizo adicto a ella desde este momento; no quería pensar que sólo duraría tan poco.
- ¡Oh! Candy eres tan hermosa. Dijo Albert alucinado. Lamia, bebía de ella, le parecía maravilloso, todo el panorama incitaba al pecado... - Si por esto voy al mismo infierno, que así sea. Albert olvidándose de todo.
- ¡Cómo deseo a esta mujer! Pensó Albert sin dejarla de explorar con labios y lengua recorría su deliciosa vulva.
-Eres exquisita. Dijo Albert sin dejar de chupar, quería grabarse de ella lo más profundo de su ser.Candy siempre marcaba el ritmo del encuentro, le gustaba controlar la situación, pero se dejó hacer, su cuerpo respondía sin pudor, con total confiaza a las atenciones recibidas por este hombre que sabía bien lo que quería y deseaba.
Candy, solo podía emitir jadeos entre cortados, no podía evitarlos por que realmente sentía un placer infinito. Albert al escucharla gozar se encendía al máximo, sentía su sangre hervir, su miembro palpitante, se sentía demasiado excitado que quizás tendría otra descarga sin siquiera haberla penetrado. Pero, ¡Qué diantres! No soy un puberto. Pensó.
- Eres... riquísima, eres toda una mujer. Expresaba Albert viéndo su hermoso rostro sonrojado por el placer, hipnotizado, por esos hermosos ojos verdes... son los ojos más hermosos que he visto en mi vida. .. Pensaba Albert entregado.
Candy no sabía que pensar, todos sus "affaires" sólo la tomaban siguiendo pasos al ritmo que ella indicaba, pero cuando leyó acerca de sus "fantasías" le pareció un poco divertido, que estas fueran predecibles. Pero este bello hombre la hacía subir al cielo con esa boca pecadora le hacía, no podía evitar chorrearse tal cual manantial. Se sentía excitada y caliente... no podía evitar perderse en esto. No duraría mas, vendría su orgasmo.
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LUJURIA
RomanceColección de Relatos Eróticos de un Escocés de Albert y Candy. Albert un hombre viudo, dedicado a sus hijos y a sus negocios, olvidándose que es un hombre de carne y hueso que siente y tiene deseos apasionados. Guardando luto ya por más de cinco a...