Protector

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Sus pies se detienen a un lado del arroyo, sus ojos se esfuerzan por tratar de ver algo en la oscuridad, cualquier cosa que la guiara a la voz de Jack, pero: nada. No había ningún rastro de que él estuviera cerca de ese lugar en donde ambos pasaban el tiempo juntos.

—¡Señor Jack! —gritó con voz aterrada.

Su atención se dirigió detrás de ella al escuchar el sonido de unos pasos acercarse, con un muy evidente temblor en las manos apuntó ese afilado cuchillo hacia el otro lado del arroyo, lista para cualquier cosa que pudiera salir y atacarla en ese preciso instante.

—¿Elsa?

El alivio llegó a su cuerpo al ver que de detrás de los arbustos y árboles salía Jack, vistiendo como siempre de negro con ese cárdigan con capucha. Bajó lentamente el cuchillo dejando que un suspiro saliera de su boca al verlo de pie frente a ella.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó con un evidente enfado en su voz—. Te dije que no...

Sus palabras son interrumpidas cuando de entre los arbustos un licántropo sale de su escondite y se abalanza hacia él, tirándolo al césped. Elsa suelta un grito de sorpresa al ver aquel ser que parecía un lobo con rastros humanoides sobre su señor: Su cuerpo era cubierto por pelo negro, sus patas eran mucho más largas que las de un lobo normal, la cabeza era igual a la del animal, pero sus manos eran una mezcla de manos humanas y las de un lobo, midiendo más de dos metros de altura.

El cuerpo de ese licántropo estaba sobre Jack, quien lo sujetaba con fuerza del cuello para evitar que este lo mordiera y acabara así con su vida. Elsa parece quedarse en shock al ver esa escena frente a ella, viendo como el albino apretaba con fuerza sus dientes al tratar de apartar a esa bestia que era mitad lobo y mitad humano; de sus pálidas manos saltaban las venas al tener que esforzarse por retenerlo y sus ojos volvían a tener ese color negro.

—¡Elsa! ¡Corre! —ordenó en un grito. Con una asombrosa fuerza arroja al licántropo lejos de él—. ¡Ahora!

Elsa parpadea un par de veces antes de parecer reaccionar y darse la media vuelta, logrando solo dar un paso cuando de entre los arbustos otro licántropo salió directo hacia Elsa, tirándola al césped al igual que había sucedido con Jack segundos atrás.

Un grito de terror sale de la boca de Elsa al ver esa bestia encima de ella, su hocico estaba abierto dejándola ver los cientos de filosos dientes que tenía, su nariz la arrugaba como lo hacían los lobos al estar molestos y listos para atacar, las patas delanteras estaban a cada lado de su rostro que solo podía oler el nauseabundo olor que emanaba de su hocico.

Pudo ver como esos filosos dientes se acercaban a ella, pero no llegaron más cerca ya que el albino se había abalanzado hacia esa bestia, quitándosela de encima a Elsa. La pequeña gira su cabeza para ver como Jack estaba sobre el licántropo, lo tomaba con fuerzas del cuello tratando de retenerlo el tiempo suficiente para que Elsa pudiera huir, pero lo que no se esperaba era que por detrás de él llegaría el licántropo que había arrojado hasta hace unos segundos, mordiéndolo de su hombro tan fuerte que involuntariamente un grito de dolor salió de la boca de Jack.

—¡Señor Jack! —gritó aterrada.

—¡Vete!

Su mano libre toma la cabeza del hombre lobo que parecía aferrarse a su hombro, volviendo a arrojarlo con tanta fuerza que la espalda de ese ser torció un tronco al impactar con fuerza contra el, Jack baja su oscura mirada para ver como ese licántropo de pelo café trata de zafarse del agarre tratando inútilmente de alcanzar el rostro del albino para tratar de morderlo.

Elsa se levanta con torpeza del césped y es capaz de mirar como ese licántropo vuelve a toda velocidad hacia Jack, quitándolo de encima del otro lobo. Un grito de sorpresa sale de su boca cuando ve al albino forcejear con ambas bestias que tratan de alcanzar su cuello para matarlo en ese mismo instante.

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