Después de las trágicas muertes de la gente del campamento, Clarke y los demás sobrevivientes buscarán venganza hacia Dante, Mccreary y su ejército. La convivencia del campamento no será bueno, las indiferencias, traiciones y secretos saldrán a la l...
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Glass le mira con furia, el odio en su corazón le invade. Nada será igual después de esto, pero al menos querrá vengar al amor de su vida. En esta vida lo ha perdido todo, su madre, su padre, al hombre que la ayudó a sobrevivir en la tierra y luego se enamoró de él y lo mataron, y ahora a la chica que amo, que la ayudó a superar su pasado, su odio, su venganza, pero ella está bajo tierra. Enfrente está la mujer que le quitó la única persona importante. Clarke, su hermana, también es importante, pero no creció con ella y mucho menos la ayudó en su pasado. Su mejor amigo Wells también lo mataron. Ese odio que una vez había superado ha vuelto.
—¿Sólo me miraras? — pregunta Diyoza con una sonrisa.
—Hoy es tu último día. — Glass se acerca más.
—Tu gente no acató las reglas, por eso murieron personas. Se lo buscaron. — comenta Diyoza.
—¿Crees que una vida vale menos? Has matado a alguien especial para mí, me dejaste sin nadie en este mundo. Me arrebataste a la única persona que me entendía y que quería cómo nunca. — las lágrimas de Glass caen, su impotencia de saber que Luna no está en el mundo.
—Lo lamento, pero ya está hecho. Si vienes a matarme, entonces será otro dolor para tu grupo y tu hermana. — afirma Diyoza.
—No me importan ellos, ya no. Sólo te mataré a ti y todo tu gente. Te lo juro. Has firmado tu muerte. — susurra Glass.
—Veremos, Glass. ¿Pero sabes algo? Diyoza nunca muere. — al decir eso, da la espalda y se va.
—Eso está a punto de verse. Nos veremos en dos días, aprovecha cada segundo, porque te juro que serán los últimos. — Glass se gira y se va.
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Murphy camina por todo el campamento, con linterna en mano. Marcus se acerca confuso.
—¿Pasa algo, Murphy? — pregunta Marcus.
—Octavia no está, un guardia dice que vió a alguien infiltrarse al campamento. — cuenta Murphy.
—¡Mierda! ¡Cuatro guardias vienen conmigo, ahora! — ordena Marcus.
—¿Marcus? ¿Qué pasa? — pregunta Jaha.
—¿Qué está pasando aquí? — pregunta Lexa.
—Un infiltrado, al parecer se ha llevado a Octavia. — cuenta Marcus.
—Indra y yo iremos. — comenta Lexa.
—Heda, podría ser peligroso. — Indra le mira negándose.
—Es una orden. — Lexa camina junto a Marcus, Jaha, dos guardias, Murphy e Indra que decide ir.
Cierran las puertas, los siete caminan por el bosque, iluminan cada parte con las linternas. Siguen cada huella que vean, no podían dejarlos solos, están en peligro.
