Capítulo tres.

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Sentí como mi corazón se encogía. Había roto la promesa. Había roto el nosotros. Fue ahí cuando supe que ese nosotros nunca estuvo. Todo fue una ilusa ilusión. Todo ese mundo de fantasía lo cree yo. Todas esas expectativas de que Calum volvería por mí se fueron. Me sentí una basura, y sobre todo usada. Porque yo podía amarlo más que eso. Me recriminé por unos segundos lo mal que estuve en no poder dar lo mejor de mi para esa relación. Algo me decía que el estúpido era él. ¿Cómo podía? Lo odié en esos mismos momentos. Solo atiné a no soltar ninguna lágrima y levantar mi cabeza en símbolo de "estoy bien" aunque todos allí sabían que no. Pero prefería fingir antes que pasar un ridículo. Pegué media vuelta y me dirigí al lado de Luke y lo abracé. Él me correspondió y lo acompañé al auto. No lo iba a utilizar de nuevo. Simplemente necesitaba a alguien que me diga que me quiera. Necesitaba de alguien que lo haga verdaderamente. 

Calum saludó a su hermana con un abrazo grande, pero Mali se notaba que estaba enojada con él. Será por esa tal Emily quizás. No aguanté más y lágrimas rebeldes salieron. Todavía no entendía como no tenía agallas para hacer eso. Luke lo notó y me abrazó por los hombros. 

—Amy, tranquila—me susurró acariciando mi cabello. 

—Tu lo sabías, ¿verdad?

—Mejor no hablemos de ello.—asentí con la cabeza y me acurruqué en sus brazos. 

—¿Me llevas a tu casa? No quiero ver a absolutamente nadie. 

—Obvio, linda. 

Me subí al auto y el fue a intercambiar palabras con Ashton. Ash solo asentía mientras Luke le hablaba al oído. Se dieron un abrazo amistoso y escuche un "cuídala" Y así Luke entró al auto y comenzó a conducir a su casa. Me comentó que cosas de la gira, de su vida y sus conquistas. Estaba feliz por él, pero no por mí. A veces pensaba que fui muy estúpida al rechazar a Luke. Pero de todas formas nunca me arrepentí de sentir cosas por Calum. Y nunca sentí lo mismo por otra persona que no sea Edwin. Pero prefiero evitar ese tema. La última vez que lo vi fue cuando me pidió que lo espere a la salida de la escuela. No recuerdo mucho lo que me había dicho, solo que estaba arrepentido, a lo que no creí absolutamente nada. Metida en mis pensamientos no me había percatado de que habíamos llegado. 

—Llegamos—dijo para sonreír abiertamente. 

—¿Te ayudo con algo? 

—Con este bolso, por favor. No puedo más. 

Lo ayudé con ese pequeño maletín y abrí la puerta con las llaves que me había dado Luke. Al entrar vimos a Liz bajar y abrazar a Luke como si no hubiera mañana. Se notaba que quería mucho a su hijo. Luego me unió al abrazo al ver que estaba esperando como una idiota al lado y todos reímos. Nos separamos y Luke dijo que estaría en su habitación ordenando su ropa. Lo cual me susurró que era mentira pero sólo quería pasar el rato tranquilo sin interrupciones. Subimos las escaleras con las valijas y demás, y entramos a la habitación para luego cerrar la puerta.

—Y bien, ¿quieres dormir?—pregunté sentándome en la cama. Él imitó mi acto.

—Mm, puede ser. Pero no estando tu. 

—¿Acaso soy un monstruo que te comerá mientras duermes?

—No—rió—pero quiero pasarlo contigo. 

—Ya tendremos tiempo para eso. 

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.—sonreí—Ahora, yo también te acompaño en eso de dormir. 

—Sabía que eras una floja—se sacó su remera y sus pantalones. Yo atiné a sonrojarme.

Luke no tenía ni un poco de vergüenza conmigo.

—Así me quieres—seguí sonrojada. 

—Eres muy tierna sonrojada, ¿sabías?

—No, no lo sabía—seguí su juego y nos fuimos acercando. 

—Pues, deberías saberlo, linda.—me tomó de la cintura y me miró con esos ojos azules que todas aprecian. 

No sabía que hacía en ese momento. Sólo me había dejado llevar. 

¿Nosotros? |Calum Hood| #Book2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora