Capítulo cuatro.

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Nos encontrábamos muy cerca. Demasiado. Pero no me importó. No sabía realmente lo que hacía, pero tampoco quería saberlo. Me sentía destruida y necesitaba quien me construya. No quería parar. Tomé su nuca para luego rosar nuestros labios y besarlo. No hizo falta esperar ser correspondida, él ya tenía posada sus manos en mi cintura. No se sentía igual que con Calum. Millones de veces me recriminé eso. No podía besar a Luke amando a Calum. No podía sacar un clavo con otro clavo. Pero sin embargo lo hacía. Nos separamos, pero quedando a milímetros. Sintiendo la respiración mutuamente. Sin importar el futuro de todo lo que estaba haciendo, abracé el gran torso desnudo. 

—Linda, es mejor que vayamos a dormir.—susurró en mi oído acariciando mi corto cabello. 

—Claro.—sonreí dulcemente.

En eso, nos acostamos y dormí en su pecho. Mierda, me hacía acordar a Calum. Era muy difícil sacármelo de la cabeza. Sentía que traicionaba a la nada. Pero de todas formas él tenía novia. Y nada iba cambiar eso. La noche caía en la ciudad y yo debía ir a mi hogar. Salí sigilosamente de la cama y coloqué mis zapatillas. Salí de la habitación para luego bajar las escaleras y saludar a Liz. Abrí la puerta y ya me encontraba en la vereda caminando a mi casa. Saqué mi encendedor y un cigarrillo para encenderlo. Le dí una calada y comencé a caminar más rápido. Hacía frío. 

Al llegar vi todas las luces prendidas. Supuse que estaba Ashton despierto. Tomé las llaves y abrí la puerta. Ashton y Mali juntos. Calum con la zorr... digo Emily juntos y Mike cantándole a una porción de pizza. Mike, mike, mike... 

—Hola a todos—sonreí forzada.

—¡Amy! Te estábamos esperando para comer—Mali fulminó con la mirada a Michael—pero alguien ya empezó. 

—No importa, no tengo hambre. 

—Pero...—dijo Ashton pero le lancé una fulminante mirada y se calló. 

—Estoy en mi habitación. 

Todos asintieron y subí las escaleras. No me sentía del todo bien. No sabía si era por Calum y esa, o lo de siempre. Tiré las cosas en la cama y me despojé de la ropa. Me miré al espejo y estaba horrorosa.— Y cómo no estarlo—me dije. Sentí la puerta principal cerrarse e hice caso omiso. Tomé mi pijama y me lo coloqué. Me tiré en la cama y sentí la puerta abrirse. Ashton entró con un pote de helado y sonrió sentándose a mi lado. Lo abrió y comenzamos a comer. 

—¿Cómo estás, enana?

—No tengo respuesta a eso, ¿y tu?

—Más que bien.—sonrió de una manera estúpida. 

—Que bien.—dije en tono burlón.

—Cuéntame, ¿que sucede?

—Nada. 

—Es por Calum, ¿verdad?—entrecerró los ojos. 

¿Y por quién puede ser sino?

—No.—mentí. 

—Dime la verdad o no te doy helado. 

Mierda

—Esta bien, es por Calum.

—Sé que te afectó mucho eso de que tenga novia, pero vamos. Arriba ese ánimo. 

—¿Estás hablando en serio? ¿Quieres que tenga ánimos cuando ya me han defraudado dos veces en la misma situación? ¿Quieres que esté alegre porque tropecé con la misma piedra?—Elevé la voz—No, no estoy feliz. Si vienes para estar de su lado mejor vete. 

—Amy, yo...—pausó.—No me quise referir a eso. 

—¿Entonces a qué? 

—Sólo quiero que estés bien.—suspiró bajando la mirada. 

—Me sorprende que no le hayas querido pegar. 

—¿No viste la ceja?

—No...—dije dudando.

—Lo hice antes de venir. Nos presentó esa chica un día antes de venir. Dudo que se amen. Pensé que iba a cumplir su promesa. Y no lo hizo.—pausó—estaba peor, pero me regañaron y tuvieron que curarlo. 

—Lo siento Ash, yo te quiero.—alejé el pote de helado y lo abracé. 

—Yo también te quiero enana. Y quiero lo mejor para ti.

¿Nosotros? |Calum Hood| #Book2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora