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–Ah, ya estoy viejo para estas cosas.– Se quejó NamJoon intentando seguir la hiperactividad del pequeño.

–¡Vamos, hyung!¡No está viejo, papi si!–

Ambos rieron un poco, NamJoon hizo una nota mental de que tenía que hacer un poco más de ejercicio, esto era agotador. ¿Cuando fue que se le ocurrió hacer una casa del árbol? Ah, sí, cuando el pequeño Kook le dijo que quería una.

–Tomemos un descanso.–

–¡Ah, hyung!¡Ya llevamos muchos descansos!–

–Bien, por lo menos déjame recuperar el aliento, eres muy rápido.–

NamJoon se sentó un momento y JungKook camino hacia el para sentarse a la par de su mayor.

–¿Cuando crees que la terminemos?– Habló el mayor refiriéndose a la casa.

–¿Puede ser hoy?–

–Lo dudo mucho.–

NamJoon recibió una llamada, saco su teléfono y contesto.

–Hola.– Suspiró.

Hola, Joonie, ¿Como estás?¿Que tal te va con el niño?–

–Muy bien, es un pequeño encantador.– Revolvió gentilmente el cabello de su menor.

Que bien.–

–¿Porque llamas?¿Pasa algo?–

Pues, es que ayer no me llamaste y quería preguntarte si podíamos vernos este fin de semana.–

–Sabes que no puedo. Tengo trabajo y cosas por hacer.–

–Si, lo se, ¿Pero no te puedes tomar un descanso? Cielos, ¿Cuando fue que aceptaste el trabajo? No lo necesitas.–

–Si estas de mal humor, mejor te llamaré luego.–

No, espera, lo siento, ¿Si? Te extraño.–

–Hyung, ¿Continuamos?– Habló el menor.

–Si, pequeño.– Le sonrió. –Me tengo que ir, te llamo después.– Colgó la llamada.

–¿Quien era, hyung?–

–Era mi novia.– Kook hizo una cara de asco y el mayor río un poco por eso. –¿Que?¿Porque esa cara?–

–¿Usted tiene novia?– Asintió. –Las niñas son malas, hyung.–

–¿Porque lo dices?–

–Mami dice que no puedo tener novia y papi dice que puedo esperar, pero las niñas de mi salón son malas conmigo, hyung.–

–¿Que te hacen?¿Te lastiman?–

–Papi dice que solo juegan conmigo y que a pesar de todo, no debo lastimar a ninguna niña, ya que son muy bonitas.–

–¿Y que piensas tú?–

–Las niñas son feas y malas.– Se cruzó de brazos e intentó parecer molesto.

Kim no pudo evitar reír un poco nuevamente. –Cuando estés grande, verás a las niñas muy bonitas, se de lo que hablo.–

–No, no importa que sea grande, las niñas siempre son feas.– Afirmo.

–Si, claro, las niñas son muy lindas, algún día entenderás.–

–¡¿Quien quiere a las niñas cuando lo tengo a usted?!– Lo abrazó. –Usted es mucho, muy lindo, más que las niñas.– Alegó.

–Oh, pequeño, que tierno eres.– Sonrió.

NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora