Episodio 8

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Un mensajero llamó a la puerta de Bullet, esté traía unas cajas y documentos importantes para Bentley, Luz las recibió ya que ninguno de sus nuevos amigos se había levantado aún, luego de una tarde de emociones mortales y cena de sushi con un par de copas de vino, todos cayeron vencidos, hasta esa mañana, dónde Luz se despertó con el molesto timbre.

Al ver los documentos de Bentley, pensó en poner ahí, entre esas carpetas llenas de papeles el sobre que tenía en su poder, era lo más sensato, era su deber hacérselo llegar, dudó por un instante, meditó que no habría tenido sentido ser la intermediaria en aquella transacción, entonces, se preparó un té de flores rojas con un poco de miel, salió a la terraza de la cocina que daba a un pequeño jardín, cerró la puerta corrediza tras de sí, se sentó en el pasto que le hizo cosquillas en la parte trasera de las piernas, abrió el sobre con cuidado y se dispuso leer aquella carta.

Cuando terminó, abrió la boca de asombro, tenía las mejillas húmedas, el corazón le palpitaba dolorosamente

-¡Joder! Joder!....-

Supo más de lo que debía, estaba sumamente conmovida por la lectura que procesada en su mente, era extraño no entender mucho de lo que ahí se decía, pero comprendió lo suficiente para sonreír con los pómulos tan elevados que le dolió la cara de felicidad, que más doloroso que leer verdades irrefutables de alguien que no conociste jamás, pero sabes de sobra que no estaba mintiendo cuando escribió aquellas lineas.

Se levantó con pesadez, se guardó nuevamente la carta, fue de nuevo a su habitación para darse una ducha, sumergida en el agua, meditaba sobre los últimos hechos

->>Bombas, cartas, cadáveres, autos de lujo... Más lo que me esperaba.... ¡La lista! No he terminado la lista de cosas que debo hacer... ¡Qué tonta! La había olvidado por completo! <<

Salió de el agua, se envolvió con una bata, anotó un par de cosas más en el pergamino de su calavera y la pluma que le dio la cabra, cosas qué se le ocurrieron en soledad, sin sentirse presionada, aquella carta le removió cuestiones de su pasado a las que debía hacer frente, ahora que su tiempo estaba contado, por absurda que pareciera en su breve realidad, tenía amigos, que eran increíblemente convenientes, se mordía la uña de el pulgar deleitándose con el olor a café árabe tostado que despedía la tinta de la pluma, llamaron a la puerta antes de entrar, un Bentley de cabello revuelto y camisa arrugada entró empujando la puerta, llevaba consigo la carga de el mensajero

-Cómo sé que eres una necia de lo peor, te mandé a traer ésto, no es un regalo, es un préstamo ¿Ok? Debes regresarlo intacto ó te demandaré.. - puso sobre la cama las cajas que llevaba, Luz se imaginó una espantosa cantidad de dinero en efectivo, que está vez sí estaba dispuesta a aceptar, total, era como quitarle un pelo a un tigre que le debía la una de sus felinas vidas

-Te vemos abajo, tengo algunas cosas que hacer y ustedes vienen conmigo- dijo Bentley mientras revisaba las carpetas negras entre sus varoniles manos entintadas de arte y algunos anillos toscos de oro, muy masculinos, antes de salir de la habitación, Luz había salido de sus últimas voluntades para abrir las cajas, nuevamente abrió la boca para atragantarse de sorpresa

-Ay no... ¡¡No puede ser..!! ...- Luz dio un grito agudo, mientras se cubría la boca con sorpresa, rato después bajó la escalera a toda prisa, buscando a sus amigos, quería abrazar a alguien, los tacones que llevaba anunciaba la carrera de una bella mujer

- ¡¡Bullet, Bullet!! ¿Dónde estás?- gritaba Luz con exigencia, Bullet se asomó por el marco de la puerta de un baño, con el cepillo de dientes en la mano, Bentley que estaba en la cocina bebiendo café, fue a ver porqué gritaba, entonces la vió envolverlo por el cuello con sus brazos, sin saber que lo había hecho sentirse más incómodo, sí lo hermosa que lucía ó que abrazará a su amigo de esa manera

Luz & Calavera    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora