Sentía dedos desenredar con delicadeza su cabello, haciéndola querer acurrucarse aún más entre las sabanas de seda que envolvían su cuerpo.
Hundió la cabeza en la almohada y suspiró, contenta. Se sentía tan a gusto allí, en paz, tranquila, cómoda y sin ninguna preocupación. Sentía que flotaba, como si el lado racional de su cerebro se hubiese tomado unas bien merecidas vacaciones y la hubiese dejado allí, en un estado de completa felicidad.
— ¿Despertará pronto? —oyó una voz masculina preguntar cerca de ella, la mano que acariciaba su cabello deteniéndose un momento— ¿Estará bien, verdad?
— Lo estará —aseguró una segunda voz, esta también de un hombre y escuchándose aún más cerca de ella— Jafar jugó con su mente por más de doce horas, le llevará un rato reponerse y ordenar no solo sus pensamientos, pero también sus sentimientos —añadió, explicando a más detalle la lógica detrás de todo— Debemos dejarla descansar, solo así volverá a ser la misma.
Alguien dejó un beso sobre su cabeza, el peso que había a su lado en la cómoda cama dejando de existir cuando ese alguien se levantó. Pronto sintió a alguien más darle un cariñoso apretón en el hombro y, segundos más tarde, silencio.
Volvió a sumergirse en su propio subconsciente.
♡ ♡ ♡
— Príncipe Ali, le debo una disculpa.
Luego de asegurarse de que Hazel estaba segura en su habitación —y de persuadir al genio para que la dejase sola y lo acompañara— regresaron al salón en el que había ocurrido todo, desde el encarcelamiento de Jafar hasta la perdida de consciencia de su mejor amiga, a quien estaba aliviado de haber podido salvar.
Sentados frente a él y el genio estaban el sultán, Jasmine y Dalia, los tres mirándolos con una sonrisa orgullosa que lo hacía sentir aún más culpable. Sí, había sido capaz de detener a Jafar, pero no merecía el reconocimiento y afecto que le estaban entregando, así que decidió decir algo al respecto.
— Bueno, su alteza, hay algo que me gustaría explicar... —suspiró, mirando al frente de forma solemne, listo para decir la verdad, la verdad de todos los acontecimientos que lo habían llevado a estar ahí en ese instante, pero el sultán lo interrumpió.
— Tu honor e integridad no volverán a ser cuestionados aquí en Agrabah —dijo, Jasmine sentada a su lado con orgullo plasmado en su sonrisa— Un joven así de noble y sincero nunca había caminado por los pasillos de este palacio.
Bien, eso pintaba muy bien. Había, por fin, hecho algo bien. Quizá decir la verdad no era la mejor idea en esos momentos.
— Me sentiría honrado de llamarte mi hijo —soltó entonces el sultán, los demás presentes mirándolo sorprendidos— Si eso fuera algo que alguien quisiera... —añadió, girándose para mirar directamente a su hija, que se sonrojó ligeramente bajo la atenta mirada de los demás.
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arabian nights ○ aladdin
FanficHazel ha vivido toda su vida en Agrabah, no conoce más que sus calles, sus mercados y su gente pero quizá no de la mejor manera. Sabe las calles como la palma de su mano; las recorre todos los días cuando escapa de los policías y guardias. Conoce to...