NUDES. [Emiliaco━omegaverse]

16.

Joaquín se dio la vuelta para ir a abrazar a su hermana con efusividad, sentía que tenía años sin verla, aunque solo habían pasado algunos meses.

—¿Cuando llegaste?— preguntó.

—Esta tarde, pero creo que estabas demasiado ocupado como para venir a casa ¿no?— insinuó alzando las cejas, el chico se rió.

—Oh, cállate— la tomo de la mano para arrastrarla hacia su habitación— mejor cuéntame como te ha ido en la universidad.

—Todo va bien— respondió mientras subían las escaleras— en realidad sería más interesante si tu me contaras como te ha ido con ese chico.

—¿Quien? ¿Emilio?— preguntó de manera inocente.

—¿Pues con cuantos chicos sales?

—Ufff, si te contara— cuando entraron a su habitación cerró la puerta tras de si.

—No me hagas la vida imposible y cuéntamelo todo— demandó autoritaria.

—Pareces desesperada— se burló.

—Es que si estoy desesperada, no sirve de nada fingir— se puso cómoda en la cama.

—¿Mamá y papá ya se fueron a dormir?— preguntó desde el baño, si le iba a contar todo a Renata sería una noche larga, y tendría que ponerse una cómoda pijama.

—Desde hace rato, por eso yo te estaba esperando, y vaya que fue buena idea— sonrió.

—Lo que viste no es para tanto— salió del baño y se acomodo junto a su hermana.

—A mi me pareció demasiada miel, era como ver una película— Joaquín rodó los ojos al tiempo que su hermana se reía— no me voy a hacer joven esperando a que me cuentes— lo apresuró a hablar.

—¿Por donde empiezo?— preguntó mas para si mismo, pero aun así la chica le contesto.

—Empecemos por las marcas que tienes en la cara, ¿Qué rayos te paso?

—Una chica y yo nos peleamos hace rato, gane yo en caso de que te lo estuvieras preguntando— sonrió victorioso— y antes de que me mires de la manera en que siempre haces, déjame decirte que lo tenia bien merecido.

—Déjame preguntar por qué.

—En primer lugar, porque ella lanzo el primer golpe, en segundo lugar porque me insulto, y en tercer lugar, y lo que considero es mas importante, no podía descuidarme un rato porque ya estaba saltando sobre Emilio apretó los dientes.

—¿Estas celoso?— preguntó con incredulidad Renata, su hermano nunca había sido de esas personas que sentían celos de alguien.

—¡Claro que no!— exclamó, ladeo la cabeza y se quedo mirando la pared— bueno, quizá un poco.

—Estas celoso— canturreó en burla— el pequeño Joaquín esta enamorado y se puso celoso— apretó ambas mejillas del chico con sus manos, este se sacudió para quitársela de encima.

—Ya basta, Reno, no te contare nada si sigues molestándome— amenazó.

—Continua— dijo sin borrar la sonrisa burlona de su cara.

—Una cosa llevo a la otra y terminamos dentro de una alberca intentándonos ahogar mutuamente, Emilio llego para separarnos y la hecho de la fiesta— rió recordando el momento y la cara que Camille había hecho— después me llevo dentro de la casa, limpió las heridas, bla bla bla...

—Te dije que quiero los detalles— le reprochó— no quiero escuchar tus bla, bla, bla.

—Lo siento— dijo sarcástico— es que no fue nada interesante cuando limpio las heridas, creí que seria bueno omitirlo, como sea— se encogió de hombros— después de eso nos besamos, las cosas pintaban para ir mas allá, pero no se como fue que dije algo que estaba pensando.