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Narrador omnisciente.

Las horas para el comienzo se fueron acortando mientras los invitados entraban a esa capilla adornada de blanco, y muchas flores como margaritas y cosas así. Eran tontos detalles por parte de los padres, los cuales se encontraban muy felices.

A cada nueva persona que aparecía por la puerta se le ofrecía unos aperitivos antes de comenzar el acto, pues los "novios" se debían preparar.

Y entre toda esa gente, el mejor amigo de Wonwoo, Soonyoung, se adentró a la fiesta. Mayoritariamente ese lugar estaba compuesto por gente de bastante edad. Tal vez de 40 para arriba. Suponía que eran invitados de ambas familias, o incluso esas típicas personas que encuentras y te saludan como si te conocieran de toda la vida, y tú no logras reconocer su rostro.

Para el acomplejado de tigre, este lugar carecía de diversión. Para su suerte, no tuvo que esperar mucho tiempo al comienzo de la ceremonia.

Al estar casi todos los invitados sentados, una canción aburrida empezó a sonar. Parecía chatarra en los oídos del chico, mas no podía hacer nada.

Y la primera en aparecer fue la mujer, caminando del brazo del alcalde, su padre, con un vestido que probablemente llevaría por debajo más hierba que blanco. Ella se dirigió a la derecha del lugar, mientras el padre se posicionaba en medio, y ella rió angélicamente destapando su velo y provocando un "oh" entre la audiencia.

A Soonyoung le entraron ganas de abuchear.

Y no tardó en aparecer el que faltaba de los dos. Su mejor amigo, ahí estaba, con un esmoquin el cual le quedaba de perlas, con su cabello marrón oscuro peinado hacia atrás, usando lentillas para no llevar sus grandes gafas, y con un brazo entrelazado al de su horrible padre. Andaban hacia donde la novia se encontraba, con una sonrisa y fingiendo lágrimas. Los mejores amigos lograron contactar miradas por unos segundos, y el invitado sólo rezó que lo planeado terminase bien.

El alcalde procedió a hablar. Fue un discurso bastante largo que aburrió a mitad de las personas sentadas. Lo siguiente eran los votos de ambos.

— Yo, Kim Sohye, me nombro hoy como tu esposa y como tu otra mitad. Te ayudaré en cualquier problema que pueda pasar, te daré cobijo esos días donde haga frío. Te querré más de lo que me podría querer a mí misma. Me entregaré al completo a ti y me declararé todos los días como tu fan número 1. Y así será hasta el día que mis pulmones dejen de funcionar y mi corazón empiece a envejecer.

Todos aplaudieron ante tal discurso, pues era simplemente hermoso, Soon lo afirmaba. Sabía desde el fondo que esas palabras bonitas eran eso, palabras, y en ningún momento eran promesas del futuro.

Mientras la novia reía orgullosa de sus falsas oraciones, Wonwoo bajaba su cabeza, terriblemente nervioso. Él no quería casarse tan pronto, no quería su vida junto a Sohye... El problema era el niño. Este no merecía una mala vida por sus caprichos. Si así lo había hecho, así debía cumplirlo. Era su hijo y por eso, su responsabilidad. Ahora le tocaba a él hablar de unas promesas que no serían cumplidas.

— Yo, Je...

— Jeon Wonwoo.

Se escuchó una voz fuerte que interrumpió al llamado, y este notó como rápidamente las lágrimas cubrían sus ojos al ver de quien se trataba.

— Tú, Jeon Wonwoo, no quieres hacer esto... — empezó a hablar Mingyu, mientras caminaba con lentitud hacia los casi recién casados, causando un asombro en el público. — Tú quieres aprobación de tu familia, y no estás siguiendo tu verdadero sueño.

Hizo una pequeña pausa cuando los ojos llorosos de Wonwoo se clavaron en él. Pero no iba a parar hasta hacerlo.

— Yo, Kim Mingyu, estoy enamorado de ti, Jeon Wonwoo.

— ¿Qué...? — Se atrevió a contestar el chico.

— Estoy enamorado de ti, Wonwoo...

Fuck you!! - ∆ м e a n ι e ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora