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Narrador omnisciente.

Kim Mingyu estaba enamorado de él, y en su mente era totalmente imposible creerle.

— Estoy enamorado desde hace mucho tiempo, y no puedo soportar esto. No puedo soportar esta boda sin sentido.

A los lados, el público no paraba de susurrar lo asqueados que estaban. ¡Era una pareja gay! Eso era un pecado con sólo decirlo.

Todo parecía irreal. Debía estar soñando.

— Pero Mingyu... Por favor, tengo una respon-

— No la tienes.

— Joder, voy a tener un hijo, ¿por qué no lo entiendes...?

— No es tu hijo, Wonwoo...

— ¿Y tú qué sabes?

— Si no me crees, pregúntale a ella quién es el padre...

El menor de los chicos se giró a su "futura" esposa, extrañado por esa orden. Ella contemplaba la escena con terror, el chico lo podía notar en sus ojos. Aquí estaba pasando algo malo.

— ¿Sohye?

— ¿Cómo... Cómo le vas a creer? ¡Se ha colado en nuestra boda! ¡No puede estar aquí! — formulaba frases con dificultad, por el asombro que estaba teniendo.

— Sohye... ¿De quién es el bebé?

— ¡Obviamente es tuyo Wonnie! ¡Esto es una pérdida de tiempo!

— ¡Si lo fuera no estarías temblando! — sentenció el novio, provocando una reacción de confusión en los espectadores.

Se había descubierto por fin la verdad. Y Wonwoo no quería creerla. Había tenido que renunciar a su amor, a sus amigos, a su futuro mucho mejor por un engaño mezquino.

— Wonwoo... — volvió a hablar el alto, fijando su mirada en el iris del llamado. — Por favor, no puedo vivir sin ti, te necesito en mi vida. Necesito verte cada mañana, darte besos, repetirte lo mucho que te amo... Necesito eso para el resto de mis días. Por favor, ven conmigo, hagamos nuestra historia.

Esta vez fue el padre del menor quien interrumpió. Se levantó furioso y se acercó.

— Tú no tienes ningún derecho a hacer esto. No tenemos razones para creerte. Wonwoo quiere esto, no te quiere a ti.

— ¡Es cierto! — Se metió en la pelea el padre de la novia. — Sólo eres un maricón enfermo, después de todo lo que hemos sacrificado para un día así, ¿cómo puedes inculpar a mi pobre hija por tus estupideces?

— No es por meter mierda, pero... — habló una voz joven, era Soonyoung quien interrumpía. — Tengo conversaciones con mi prima Sohye, donde afirma que el bebé no es de Wonwoo. Y vosotros sí que no tenéis derecho. Esta es una decisión entre ellos dos.

— Por favor sobrino, ¿cómo apruebas una asquerosidad así? — replicó el alcalde con el ceño fruncido.

— Porque también soy gay, tío Kim.

Los invitados se sorprendieron mucho y comenzaron a mirarlo mal, mientras la mirada de Mingyu expresaba orgullo y felicidad porque lo había hecho. Era muy valiente.

— Papá, tenemos que pararle, no sabe de lo que está hablando... — volvió al tema principal la chica, con las manos temblando aún más que antes.

— ¿Hay pruebas...? Sohye, ¿de quién es el bebé...? — preguntó el alcalde que estaba más confundido que enfadado en esos momentos. Iba en contra de sus principios creer las palabras de un homosexual, pero quien hablaba era su dulce y divertido sobrino. Por primera vez olvidaría el dato que tanto repugnaba. Como alcalde, una enfermedad así no debía ser aceptada ni en el pueblo ni en su vida personal. Pero si su sobrino afirmaba algo, sabía que debía ser verdad.

Ella no fue capaz de responder, trataba de no soltar lágrimas porque no quería arruinar su maquillaje. Se veía preciosa ese día, ¿por qué un chico que no conocía lo debía destrozar todo en un día tan feliz para ella?

— De él. El señor Chwe. — afirmó Mingyu, puntuando al señor que se encontraba sentado en primera fila, pues era un viejo amigo de la familia Kim, casado, con 2 preciosos niños.

El llamado trató de negarse rápidamente mientras la novia tuvo que agarrarse a su padre para no caerse del shock. Estaban descubriendo todo y los invitados ya no podían más.

El hijo del señor Chwe sólo tenía una cara de decepción, mientras la mujer le estaba gritando las cosas en cara.

— Dime que no es cierto... — preguntó el alcalde a Soonyoung.

— Lo siento, tío.

En estos momentos había gritos por todas partes, abucheos de los invitados, ¡era un extremo caos! Pero algo que la gente tenía claro es que esta boda no podría salir bien a estas alturas.

— ¡Basta!

La voz sonando ahora era femenina, un poco vieja. Todos se giraron a ver y resultaba ser la madre de la familia Jeon. Ella tuvo que acercarse hacia donde se encontraban los no casados, Mingyu y el alcalde.

— ¡Ya es suficiente! He estado soportando cómo te ha tratado tu padre por años, por mucho tiempo. Pero ya es suficiente. Wonwoo, ¿tú estás enamorado de este chico? — preguntó furiosa la mujer a su hijo, el cual no entendía ese respeto repentino de su madre.

Su madre nunca le había dañado físicamente. Sin embargo no paraba los tratos de su padre. Porque claro, ella no aceptaba ese tipo de conducta.

— Sí, lo amo.

— ¡Pues no hay más que hablar! ¡No podemos obligarte a sentir algo que no sientes! ¡No nos incumbe más tu vida! Si lo amas y él te ama adelante, ve a vivir tu vida. Yo no voy a seguir impidiendo esto, sólo sal de aquí ya.

Wonwoo agradeció rápidamente a la mujer y dio una sonrisa radiante a Mingyu. Se tomaron de la mano invitando a Soonyoung a que fuera con ellos, y así fue.

Salieron de ese lugar caótico, y Seungcheol los estaba esperando en la puerta. Se sorprendió del tercero, pero no le dio mucha importancia.

El coche era de 7 asientos, lo que benefició a la pareja. Seungcheol y Jeonghan eran copiloto y conductor, mientras Soon estaba en el asiento detrás de Seungcheol. Y por lo lejano estaban los confesados, sin dejar de reír y abrazarse.

Wonwoo añoraba esa felicidad, sin duda lo hacía. Y ahora que la tenía, no podía procesar la decepción que habría causado a su padre. ¡Le daba igual! ¡Mingyu le amaba!

— Te amo, te amo tanto... — susurraba el moreno de piel, apretando su cuerpo y queriendo repetir sus palabras hasta quedarse mudo. Tanto tiempo había esperado para decírselo.

— Te amo también, te amo muchísimo.

Nada más el coche arrancó, los dos chicos besaron los labios del contrario con ese deseo que habían tenido que guardar desde la primera vez que se conocieron.

Eran por fin novios, eran un sólo corazón.

— Oye, ¿y ahora dónde vamos? — preguntó el hermano del más alto, saliendo de ese pueblo que tanto dolor había causado a la pareja. Y quien le contestó no fue nadie más que el de colmillos largos. Aquel que había arruinado una boda que nunca debió ocurrir en primer lugar. Aquel que por fin había encontrado el amor de su vida.

— ¡Rumbo a la felicidad!

— Ay qué cliché que eres... Que te jodan, Mingyu.

(Fuck you, Mingyu.)

F I N.

Fuck you!! - ∆ м e a n ι e ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora