''ᴄᴜʀᴛ ᴡɪʟᴅ''// Ewan McGregor // COMPLETA

3.

10:40h

Es viernes, la semana ha ido pasando poco a poco. Mi rutina semanal siempre es la misma; levantarme con mucho sueño, desayunar, ducharme, darle un beso a mi madre, irme a trabajar hasta las tres de la tarde, comer, volver a trabajar hasta las ocho, irme a casa, cenar, e irme a dormir.

Los fines de semana suelen ser más tranquilos, me los dedico a mí misma, a lo que me gusta, a estudiar maquillaje y de vez en cuando ir a la peluquería de una compañera de trabajo a hacer varios maquillajes, poco a poco voy cogiéndole el tranquillo a esto.

Mi sueño es tener una casa propia, con mi gato, adoptado por supuesto, y trabajar de maquilladora toda la semana, y si puedo viajar, el ser reconocida, famosa me da bastante igual.

Durante toda la semana he hablado con Curt una vez, el miércoles, me contaba que iba a volver a tocar en el Roxy Rocker hoy, viernes, y le haría mucha ilusión que fuera a verlo. Y tengo muchas ganas, la verdad. Pero mi inseguridad me impide darle una respuesta, al menos por ahora, tengo todo el día todavía para confirmarle mi asistencia.

23:50h

Hoy he salido un poquito más tarde del supermercado ya que el capullo de los congelados ha venido a última hora, y he tenido que hacerlo todo rápido y hacer caja, arreglar el almacén... estoy bastante cansada, pero en lo más profundo de mi ser deseo volver a verlo. Volver a ver sus ojos azules, su sonrisa...

Si me doy prisa todavía seguirá en el bar, corro y en pocos minutos llego. No voy vestida con el atuendo del trabajo por suerte, no quiero que descubra donde trabajo aún. Y entro, lo veo a lo lejos. Está hablando con Bill.

Venga, un saludo y me vuelvo a casa, ni tanteos, ni sexo salvaje en los baños. Entro, Curt me ve, su mirada parece iluminarse, no sabe qué hacer si venir hacia mi o quedarse en el sitio. Opto por ir yo, mirarlo con una sonrisa tímida y abrazarlo, cordialmente.

– Pensaba que no vendrías hoy. ¿Mucho trabajo? -Bill.

– Mucho. No me aguanto derecha.

– ¿Te quedas a tomar algo? Yo te invito -Curt moviéndose el pelo.

Hoy incluso lo veo más atractivo que el viernes pasado.

– Gracias, de verdad, pero solo me he pasado un momento. Siento llegar tarde.

– No pasa nada... aunque... ya hemos acabado, de hecho, mis compañeros ya se han ido. ¿Puedo... acompañarte a casa? -pregunta juntando los labios.

Asiento, joder que bien le queda esa chaqueta negra de cuero. Nos despedimos de Bill, en pocos segundos salimos del local. No sé qué decirle, no me salen las palabras. ¿Hablo del tamaño de su nepe? ¿O de lo cachonda que me ponía mientras gemía? No conozco nada de él.

Con la mano le señalo el camino hacia casa, estamos en silencio durante más de la mitad del trayecto hasta que se digna a hablar.

– ¿Todo bien... en el trabajo? -con las manos en los bolsillos.

– Cansada... y.... tu? ¿Trabajas?

– Si -asiente. En un taller por el momento, y de vez en cuando gano algo de dinero en los conciertos

Lo escucho, no puedo dejar de mirarle el lunar debajo de su mejilla, y a sus ojos.

– Hemos llegado -digo parada en mi portal.

– ¿Te ha molestado que te haya acompañado a casa?

– No -niego. De hecho, me... -trago saliva. Me has hecho un gran favor, este barrio es muy malo.

Tímida miro hacia abajo.

– Cuando quieras te acompaño, aunque yo esté en la otra punta

Lo miro, sonríe, sus mofletes se hinchan. No sé porque, pero me lo quedo mirando varios segundos y lo abrazo de golpe, él rodea mis extremidades con sus brazos, fuerte. Cierro los ojos, necesitaba abrazar a alguien. Paso todo el día sola, y aunque no lo parezca me gustan los mimos.

– Lo siento -me aparto mirando la puerta., recuperando algo de dignidad. Gracias por acompañarme y... -trago saliva.

– Quiero volver a verte -dice cogiéndome la mano. Pero verte de verdad, charlar contigo... conocerte

Mordiéndome el labio pienso y pienso.

– Subiré a casa, me duchare y te daré una contestación, lo prometo

Debe de estar hasta los cojones de esperar, pero si de verdad quiere conocerme valdrá la pena la espera. Asiente conforme con mi decisión, y poco a poco se aleja de mi portal hasta perderlo de vista.

***

Subo a casa, me ducho, y estirada en la cama lista para irme a dormir le respondo.

Quiere invitarme a cenar, y es un plan con lo que estoy de acuerdo. Pero no en un restaurante ni en un local, sino en el pequeño apartamento que el sueldo del taller le permite.

Lo sé, es un poco kamikaze aceptar ir a su casa, así como así, pero deseo tanto ir, la verdad es que me cansa mucho hacerme la estrecha, pero tengo que tener cuidado, bueno, mira quien habla, la que se tira a un chaval en un baño la primera noche que lo ve. Suspiro mentalmente. Hemos quedado para mañana, sábado. Hemos quedado en el Roxy Rocker a las nueve, veremos a ver qué ocurre...

Nos despedimos, apagando el telefono me imagino el tipo de apartamento que puede tener. Los lujos no son algo que me impresionen, en absoluto. Cierro los ojos, y hoy si que meto la mano debajo de las sabanas y calmo mis hormonas, consigo tener un orgasmo al momento, me conozco mi punto a la perfecion, y me duermo.