Los últimos días, los alumnos de la secundaria Trost notaron a su profesor de Filosofía más alegre de lo normal.
_Louise _Llamó el docente, pues estaba recogiendo la tarea que había dejado la semana pasada mientras llamaba por orden alfabético a sus alumnos.
_Amm, verá usted profesor _La chica se acercó a la mesa con los nervios marcados en su rostro_ Estuve muy ocupada ésta semana y no pude hacer la tarea _Se excusó.
Ella esperaba que el profesor Arlert la mirara con desaprobación y le quitara los puntos de la lección cómo normalmente haría, pero contra todo pronóstico sólo sonrió y respondió:
_¡No hay problema!, entrégamelo la próxima semana sin falta.
Todos estaban sorprendidos, ya que apesar de que Arlert era conocido cómo un profesor paciente, respetuoso y amable con sus alumnos, no solía dar segundas oportunidades ya que deseaba que se tomaran sus órdenes en serio.
Miraron asombrados la manera en la que su profesor salía con una deslumbrante sonrisa boba del aula cuándo su clase terminó, parecía un niño en navidad.
_¿Qué crees que le pase al profesor? _Preguntó una de las alumnas a Louise.
_No lo sé, seguro se consiguió una novia _Se encogió de hombros la ya mencionada.
Para los alumnos era sencillo saber sobre la vida personal de los docentes: si estos hablaban constantemente de su pareja o hijos cómo ejemplificación de su clase era obvio, en cambio si no lo hacían simplemente no tenían pareja o hijos, bastante simple.
_Eso sería muy triste, es de nuestros profesores más atractivos _Se lamentó.
_¡Yamila, te pasa casi diez años! _Exclamó a lo que la otra sólo soltó una risita.
Armin por su parte fue a la dirección a entregar la planilla con los datos de asistencia del día.
_¡Señorita Hange, buenos días!, ¡Qué bien se ve hoy!, ¿Acaso se bañó? _Extendió la carpeta colocándolo en su escritorio.
_¡Lo hice!, ¡Qué bueno que lo hayas notado! _Devolvió la sonrisa la mujer.
_Yo la obligué _Añadió el conserje, quién estaba sacudiendo los muebles.
_El lugar se ve mucho más limpio, qué agradable contar con usted _Armin salió casi saltando de la oficina.
_¡Al fin alguien nota mi trabajo! _Apesar de su tono complacido, su rostro seguía con la misma mueca seria de siempre.
Armin subió a su auto y prendió la radio a máximo volumen apesar de que las canciones que pasaban no eran de su estilo.
Se encontraba feliz, muy feliz. El miedo que tenía hace unos días de que Annie se alejara fue en vano, puesto que su relación incluso se hizo más cercana que antes.
Comenzaron a almorzar juntos y sus conversaciones se volvieron incluso más personales que antes, cualquiera que los viera convivir asumiría que se conocen desde hace años.
Armin no tenía en claro si el hecho de que Annie le pareciera cada vez más asombrosa era bueno o malo, pero estaba dispuesto a vivir con ese hecho.
El realmente estaba emocionado, especialmente porque nuevamente era sábado y habían vuelto a quedar en ver películas, a pedido de Armin nuevamente en su casa.
Esta vez pasó primero al supermercado y luego a su hogar, compró todo lo necesario y fue a su departamento con rapidez.
Al terminar la limpieza, decidió hacer el reto más grande de su vida:
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La comida que nos unió |Aruannie|
FanfictionAl preparar su almuerzo Annie termina desperdiciando comida, ya que siempre prepara demás. Armin siempre termina pidiendo comida rápida ya que no tiene tiempo para cocinar. -»Fanfic terminado. -»Creado el 30 de septiembre de 2020 -»Concluído el 13 d...