Las miradas entre yo y Roman no pararon en toda la noche.
Intenté evitarle, huír, y no acercarme, cosa que conseguí y que a él le hirió en lo más profundo de su hombría.
Estuvo pegado a mi toda la noche, besándome, tocándome, y sobre todo, incitándome a quedarnos solos en alguna parte para poder tener sexo.
Yo me contuve bien, me negué reitaradas veces, y lo conseguí, hasta que pude salir de allí huyendo con alguna excusa barata .
Aunque el quisiera llevarme.
-¿No me das un beso?
-Que meloso estás...-Me reí.-...lo mejor es que me vaya.
-No...venga deja de rechazarme. Vamos a hacer algo tú y yo...-Dijo acariciándome la pierna.
-Mañana te digo algo, ¿Vale?
Hizo un puchero y nos acercamos a besarnos. Él alargó el beso mientras tocaba mis pechos, pero yo me alejé y sonreí saliendo del coche.
-Me debes una eh.-Dijo mirándome desafiante.
(...)
Paula me acechó un día más en la facultad. Yo intenté evitarla pero ella estuvo día tras día preguntándome todo el día sobre Roman, y sobre mi relación con él.
-¿Entonces?
-Le conocí en Ibiza y ya está. Nos gustamos y poco más.
-Se nota que os gustáis.
-Me ha hecho daño. Solo intento ser amable, la última vez que lo hice con él salió mal.
Ella y ho salíamos de la facultad en dirección al centro para comprar libros y cosas que necesitamos para la universidad.
-Tal vez deberías darle una oportunidad...
-No sé...
De repente al bajar las escaleras. Vimos como un hombre con un ramo de flores esperaba a las afueras del aparcamiento.
Al distinguir quien era Paula y yo nos quedamos boquiabiertas.
Ella me miró pretenciosa y yo me acerqué a Roman sorprendida.
-¿Qué haces tú aquí?
Sonrió y se acercó a besarme.
-Venir a por ti, ¿Te apetece ir a comer?
Miré a Paula y ella me sonrió ilusionada.
-Claro...vamos.-Dije sonriente.
Él me agarró de la cintura y me besó la sien.