El Último Día Con Papá

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Dazai, 18 años.
Odasaku, 23 años.
Atsushi, 4 años.

La joven pareja se había mantenido unida desde antes del nacimiento de su pequeño Atsushi, hace más de cuatro años.
Aunque Odasaku se sentía culpable de estar con Dazai, por ser éste menor de edad, no podía dejarlo, ni mucho menos si tienen un hijo en común.
Eran una familia que se amaban, pese a las dificultades que tenían en ocasiones al verse por el trabajo en la Port Mafia. En ningún momento dejaban a Atsushi solo, en ocasiones, Odasaku lo llevaba a jugar con sus niños huérfanos mientras él y Dazai trabajaban para la mafia.

Todo iba bien hasta que el mayor de la familia murió. Dazai no podía soportar más dolor del que sentía al no saber su razón de vivir. Pudo aguantar una semana sin la persona que tanto amaba, pero este sería el último día, el día en que abandonaría todo su dolor y buscaría a Odasaku en el otro mundo.

Se encontraba en un supermercado, comprando cosas para su pequeño hijo, pues si lo iba a dejar solo y con la única compañía de Chuuya, debía al menos comprarle algunas cosas para pasar los primeros días.
Chuuya ni siquiera imaginaba lo que pasaba por la mente de su compañero suicida, ni mucho menos, que se convertiría en padre de un niño de cuatro años a sus 18.

— Atsushi-kun, te faltan muchas cosas por tomar. Debes llevar todo lo que quieras para una semana, recuérdalo—. Decía el vendado, surtiendo el carrito de las compras.

Atsushi seguía pensando en qué más debería llevar para comer. Tomó un par de onigiris y los echó en el carrito.

— Papá, ¿puedo llevar galletas?—. Preguntó con timidez, tenía sus mejillas ruborizadas.

— Claro. Lleva las que quieras, Atsushi-kun—. Respondió sonriendo.

— ¿De cuáles te gustan, papá?—. Preguntó de nuevo, Dazai fingió elegir un paquete de la galletas de su preferencia, que en realidad no iba a comerse nunca.

— Estas son mis favoritas. Pero, no creo que pueda comerlas. Sólo elige cosas para tí y le compartes a Chuuya.

— ¿Iremos a visitar al tío Chuuya?—. Se emocionó. Le agradaba Chuuya, aunque sabía de la relación de rivalidad y odio que éste tenía con su padre.

— No. Chuuya irá por tí al río.

— Oh... ¡Vayamos al río!—. Las idas al río siempre eran para disfrutar un día tranquilo en familia, y de esa manera lo relacionaba Atsushi, sin saber que esta vez sería diferente.

Una vez estando en el río, la situación se tornó extraña para el pequeño peligris. Tenía una sensación de miedo, y a la vez, sentía más que nunca el amor de parte de su padre hacia él.

— Atsushi-kun, hijo mío, ven aquí—. Llamó el joven, poniéndose a la altura del menor.

— Te ves raro, papá, ¿estás enfermo?—. Comenzaba a preocuparse, mirando fijamente al castaño.

— No lo estoy. Atsushi-kun. Papá no encontró nunca el sentido de la vida, y sé que soy un idiota por pensar así, pero no puedo seguir viviendo de esta manera...

Sujetaba de los hombros al niño, teniendo una conversación con él. Atsushi le prestaba atención, y evitaba llorar para no preocupar al único padre que le quedaba.

— ¿Te vas a ir como papá Odasaku?—. Preguntó con tristeza, bajando la mirada. Dazai lo acercó a él para abrazarlo, y acariciar sus cabellos.

— No estarás solo, Atsushi. Creí que podía lidiar con esta maldita depresión teniéndote a mi lado, pero sólo te lastimo con mis estupideces suicidas—. Sus lágrimas empezaban a salir, al igual que las de Atsushi.

— No, papá, no me lastimas, porque eres mi papá—. Sollozaba, aferrándose al abrazo.

— Eso es porque eres un niño fuerte y valiente. Un hijo que cualquiera quisiera tener—. Animaba, separándolo del abrazo y besando su frente y una de sus mejillas por última vez. — Tienes que ser valiente a lo que venga, Atsushi. Siempre estaré contigo, me veas o no. Papá puede hacerse invisible, y te cuidaré desde donde esté. Además, tendrás al tío Chuuya, que será tu papá Chuuya—. Atsushi sonrió, y regresó el beso, besando una de las mejillas de su padre.

Dazai se levantó, caminando hacia el río, sonriendo de finalmente ir a su reencuentro con Odasaku, mientras Atsushi se mantenía junto a las bolsas de las compras, llorando. El vendado se detuvo, dando media vuelta.

— ¡Atsushi-kun! ¡Sonríe! ¡Papá sólo irá a nadar un rato!—. Mintió, pero sus gestos eran mejor que antes, brindando tranquilidad y alegría al niño, quien dejó de llorar y limpió sus lágrimas. — Dale la carta que te dí a Chuuya, él está viniendo en este momento. Y por favor, encuentra esa razón para vivir y lucha por mantenerte vivo, pequeño tigre. ¡Te amo!

Continuó su camino, adentrándose al río. El peligris miraba que cada vez más, su padre se hundía hasta desaparecer y nunca salir del agua.

— ¿Papá?—. Se preocupó, de nuevo. Dejó las bolsas y corrió hasta la orilla del río, con intenciones de entrar al agua.
— ¡¡Papá!! ¡¡Sal ya del agua, papi!! ¡¡¿Dónde estás?!! ¡¡No me dejes solo, papá!!—. Cayó de rodillas, soltando el llanto.

— ¡¡Maldito Dazai ¿Pero qué hiciste frente a tu hijo?!!—. Chuuya llegaba, corriendo hasta llegar y estar con Atsushi.
— ¿Y tu papá?

— ¡En el río!—. Señaló.

Desafortunadamente, por más que el pelirrojo intentaba rescatar a Dazai luego de sacarlo del agua, éste no despertaba. Estaba muerto y sonriendo.

— ¡No mires, mocoso! ¡¡Ven conmigo y esperemos a que vengan por él!!—. Ordenaba Chuuya nervioso. Tomó al niño en brazos y se alejó unos metros con él del cuerpo de Dazai.

Atsushi no paraba de llorar, estaba aterrado. Chuuya no sabía cómo controlar a un niño tan asustado, y mucho menos si él también lo estaba. Sólo le quedaba abrazarlo con fuerza y cubriendo su rostro, para evitar que volteara hacia Dazai.

— Tra-Tranquilo, Atsushi-kun, todo estará bien, no te dejaré solo—. Intentaba consolarlo y consolarse a sí mismo. Miró una hoja tirada sobre el suelo con el escrito de "Para Chuuya".

"Lo lamento mucho, Chuuya, y Atsushi. Puede que no haya hecho lo correcto, pero no puedo seguir viviendo en este mundo tan vacío... Por favor, cuida a Atsushi-kun como tu propio hijo, Chuuya. Eres la única persona en la que puedo confiar algo tan importante para mí... Conviértete en el papá de Atsushi-kun"

Dazai.

EL HIJO DE CHUUYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora