La noticia de ayer no me tiene brincando de alegría, mucho menos al enterarme de que mis padres se van hoy al mediodía, por lo menos tenía la esperanza de que fuera la próxima semana y que Alex se negara en rotundo, pero no fue así, él se enteró antes que yo y según mamá acepto encantado. Si claro como si eso fuera posible. Seguro que acabo en el hospital más de tres veces, pero da igual ¿No? después de todo ha sido mi madre quien ha traído al demonio a casa.— ¿Al menos podré invitar a las chicas? — pregunto mientras observo cómo meten las maletas al auto.
— Claro que podrás invitarlas cariño — responde mamá con una sonrisa dulce, pero aún no se me olvida que fue a ella a quien se le ocurrió dejarme aquí con Alex por dos semanas.
— ¿Segura que no hay problema con que nos vayamos de vacaciones? — pregunta papá, sé que se siente culpable de que me quedé con Alex sola — por qué si quieres podemos quedarnos y hacer algo en familia.
─ Vayan y diviértanse ─ después de todo no quiero estropear las vacaciones que tienen tan merecidas ─ puede que este exagerando con lo del hospital ─ < o puede que no > pienso pero no tiene que saberlo, prefiero que papá se vaya tranquilo.
─ Está bien cariño, pero no dudes en llamarme si necesitas algo ─ dice y ambos vemos como mamá entra a casa para recoger una cosas ─ aquí entre nos tampoco estoy muy de acuerdo con que te quedes con Alex ─ dice casi en un susurro para no ser escuchado por mamá, aunque dudo que pudiera escucharlo desde aquí, es solo que no le gusta que le llevemos la contraria.
─ Cuando a mamá se le mete algo en la cabeza no hay forma de sacárselo ─ suspiro al recordar la vez que me obligo a ir a una fiesta a la cual no estaba invitada pero eso a mí muy querida madre no le importó en absoluto.
─ Ni que lo digas ─ responde papá sonriendo y negando con la cabeza cuando mama sale con su bolso y una maleta más. La mira con tanta admiración, amor y ternura que sé que mi padre ama a mamá a pesar de que ella no sea perfecta, y lo único en lo que pienso es que me gustaría encontrar a alguien que me ame de verdad tal y como soy, encontrar a la persona que sea mi alma gemela y con quien comparta el resto de mis días y todos los momentos felices de nuestras vidas al igual que nuestros fracasos, porque eso hacen las personas que se aman de verdad, están juntos en la buenas y en las malas.
─ El equipaje está listo ─ dice mamá y se acerca a nosotros a un lado del césped ─ ahora solo hay que esperar a que llegue Alex ─ añade y no puedo evitar la mueca de disgusto que adorna mi cara, y mamá se da cuenta.
─ Helen quiero que seas amable con él ─ pienso que sería mucho más fácil tirarme por un acantilado a hacer eso, pero mejor me quedo callada ─ Alex solo estará aquí para hacerte compañía y cuidar de ti mientras no estemos aquí.
< Si, seguro > estoy a punto de decir pero me veo interrumpida antes de decir nada porque justo frente a nuestra casa aparca una camioneta negra. Una camioneta que desgraciadamente se a quien le pertenece.
Esperamos a que Alex baje de la camioneta, pero parece pensárselo un poco, puede que al final se arrepienta y diga que tiene algo mejor que hacer que quedarse en casa de alguien a quien no soporta. No podría estar más que equivocada, porque baja del coche con la sonrisa más arrogante y saluda a mamá con un beso en la mejilla y a papá le estrecha la mano.
─ Hola Helen ─ me saluda y esboza lo que él cree es una sonrisa pero parece más una mueca, así que yo le dedico una sonrisa tan falsa como el tatuaje de quince días que me hice hace tiempo.
─ Hola Alex.
─ Gracias por venir Alex, estaré más tranquila si Helen no tiene que quedarse sola ─ dice mama.
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La distancia nos separa
Fiksi Remaja¿Se puede amar a alguien a quien no puedes ver? ¿Alguien que se encuentra a miles de kilómetros de ti? ¿Alguien a quien no puedes tocar? Helen es una chica de 17 años que jamás en su vida se a enamorado, sin embargo, ella cree en el amor de verdad y...