Darkness

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"I don't know if I will survive, as the darkness falls..."


—Kayn... —

Esa última semana había estado actuando de la peor manera posible. Ignoraba totalmente a Lian luego de su "incómodo" encuentro, y de paso a su maestro también, solo porque era demasiado vergonzoso verle a los ojos cuando había aparecido en sus deseosos sueños adolescentes. Qué patético.

—Kayn. —

¿Zed iría a darse cuenta de que lo evitaba? No, tenía cosas más importantes que hacer y más acólitos de los cuales ocuparse. Era ridículo pensar que estaría al tanto de su ausencia, ¿O sí? Ya ni siquiera iba a verlo a su habitación o trataba de destacar en los entrenamientos, todo para no llamar su atención.

—¡Kayn, despierta! —El nombrado parpadeó seguidas veces, viendo a un angustiado Nakuri a su lado en la fila que solían hacer siempre que despedían a su maestro después de cada entrenamiento en las mañanas, pero él había sido el único que no había seguido al resto. Los demás acólitos le juzgaban sin decir nada, mirando después a su maestro que negaba con su cabeza varias veces hacia él, para luego regresar la vista al frente. Mierda...

—Ahora que tengo la atención de todos, quiero anunciar finalmente quién de ustedes recibirá las sombras. He pensado bastante, así que los que no sean elegidos espero que la próxima vez se esfuercen más. —Zed miró a cada uno de sus alumnos en silencio, para luego dirigirse a su elegido que hoy parecía estar curiosamente distraído.— Shieda Kayn, felicidades. Serás el acólito más joven hasta ahora en recibir las sombras. —

—¿E-En serio? —El Kayn de hace dos semanas no se habría sorprendido, pero el de ahora se sentía profundamente inseguro al respecto. ¿Por qué? No tenía idea.

—¿Qué? ¿En serio Kayn es el elegido? —Todos se esperaban la reacción de Lei. Siempre había sido celoso de Kayn y más por la clara preferencia que Zed tenía hacía él, era obvio que iba a protestar si él no era el elegido.

—Kayn es el más apto de todos. Ha destacado desde un inicio en sus entrenamientos, solo le faltaba la edad suficiente para poder recibir las sombras. —Explicó Zed con un semblante calmado, pero eso no cambiaba el pensamiento de Lei en absoluto.

—¡¿Y qué hay de los que llevamos más años aquí?! ¿No estamos a la altura? ¿Qué hago mal, maestro? —Esta vez Zed cambió su expresión a una más seria, haciendo que todos los alumnos apartaran instintivamente la mirada, porque se notaba que la respuesta de Lei le había molestado.

—Perdón, creo que he escuchado mal. ¿Acaso estás dudando de mi decisión, Jyan Lei? ¿Tienes alguna objeción? —

—Lei... —La voz de su hermano mellizo junto a él hizo que el nombrado cediera, dándose cuenta de que estaba cometiendo un grave error, así que acabó por bajar la cabeza en una señal de disculpa. Se iba a tragar el orgullo por ahora.

—No, maestro. —

—Eso pensé, descansen por ahora. Kayn, quiero que estés listo para esta noche. Te espero en el santuario de reuniones. —Dijo su maestro antes de retirarse, y Lei fue el primero en apartarse de los acólitos para ir a quién sabe dónde.

—¡Felicidades, Kayn! —Dijo Nakuri alegremente a su lado, al igual que los demás que se acercaban a darle sinceros ánimos. El chico solo sonreía, pero en el fondo se sentía algo ansioso por el procedimiento por el que debía pasar esa noche. Varios acólitos de la orden habían muerto al recibir las sombras, por lo menos cuatro desde que él había llegado, y eso le ponía nervioso más que sentirse feliz.

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