Taza de Té - Especial

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Aunque no se trate de un arte oficial, estaba en mis planes el agregar un capítulo así. (¡Especial por los 800k!) Espero les guste ♡. Advertencia para quienes no lo saben: lemon, o algo así .🌹

🌹⚜🌹.

Levi:

La miré corretear por los pasillos y pensé que había arrancado alguna parte del bosque al llevar consigo: flores, ramas y no me imagino que otra mugre más. Bajé de la azotea y recogí algunos papeles suyos olvidados en el camino, no me tomé la molestia de leerlos. ¿Qué estaba haciendo esa mujer? Su vehemente actitud en ciertas ocasiones es un peligro para los que la rodean.

Al entrar en su laboratorio ella estuvo cerca de la chimenea en donde había una olla en hervor.

—Gracias por traerlos, déjalos ahí. Cualquier cosa la haré después... Veamos, si dosifico esto... —dijo sin despegar su atención de lo que quien sabe estaba haciendo.

—¿Dónde quieres que los deje? Este lugar es un desastre —exclamé a su inexistente presencia. Pasé esquivando las ramas y flores de todo tipo del suelo—. Pero que creativa al traer toda esta tierra. No me invites a participar en tu desastre. Oye.

—Dónde sea está bien —pasó con prisa por mi delante y tomó de las flores acumuladas del suelo esparciendo granos de tierra en mis botas. Miró los papeles arrugados en mi mano, los tomó y volvió a su mesa donde no estuvo quieta.

Sacudí los pies con molestia y antes de marcharme abrí las ventanas por el cúmulo de olores herbales. Volteé y su atención no se arrancaba del recipiente que empañó momentáneamente sus lentes al abrirlo para colocar los pétalos.

No me despedí de ella, no me escucharía de todos modos.

Regresé por la tarde y ella no se encontraba. El laboratorio estaba limpio y, aún con las ventanas abiertas, despedía un olor herbal medio dulzón. Bajé la mirada al sofá donde una tetera emitía vapor, suspiré ante su descuido de dejarla a tientas de caerse y la tomé. Moví la cabeza en busca de la taza y la encontré encima del escritorio. Me serví un poco, ¿cómo negarme? El líquido pasó resbalando caliente por mi garganta, degusté del té negro, pero en los últimos sorbos algo me pareció amargo, apenas se notaba. Apoyé el trasero en el filo del escritorio y alcé la cabeza hacia la entrada donde una Hange boquiabierta dejó caer las cajas en mano.

—¿Me devuelves la taza? —preguntó acercándose y sus ojos se ampliaron cuando vio su contenido—. ¡Te lo has bebido todo! ¿Pero cómo has podido? —me reclamó exaltada con las manos en alto.

—¿Qué tenía el té? Ahora por tu sorpresa me haces pensar que había un tipo de veneno... Dime que no lo era —comencé a preocuparme.

Había cierto disgusto en su expresión.

—¡Pero que tonterías dices! Ahora, ¡dame eso! —Me arrebató la taza y tomó de la tetera para juntarlos en su pecho. La miré aguantar el hervor del fierro.

Me quedé con la mano extendida por su arrebato y con sus ojos brillantes que no dejaban de ser penetrantes.

—¿Por qué esa actitud? Dime que traía el té que lo defiendes a vida.

Me crucé de brazos y comencé a analizar cada rasgo de su tranquilo rostro y ella no pestañeó ni mostró algún gesto que diera la sospecha de que algo andaba mal.

—Solo es té. Deja de mirarme como si fueras a degollar mi cuello que no te has envenenado —frunció el ceño y dobló sus labios en reproche—. Este té me lo trajo Nifa, para MI. Deberías pedirlo antes de tomarlo, por eso mi actitud.

Levihan-HistoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora