2015.

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Hay personas con colillas en el corazón

más difíciles de apagar que cualquier incendio

coches que no arrancan porque se niegan a abandonar

los callejones en los que iluminar secretos

caricias que son gatos ronroneando por los tejados

capaces de despertar a todo un vecindario

tristezas envueltas en chicas delgadas

que no tienen beso que llevarse a la boca

viajes en agencias mordiéndose las uñas, impacientes

por llenar maletas de alcohol y ganas

camareros que han servido el tiempo entre hielos

y se han quedado sin existencias

hay drogadictos con pinchazos en el recuerdo

y agujeros negros en el alma

hay niños subastando abrazos

quitándote el caparazón a cambio

pintores haciendo retratos de manos

que cuentan mucho más que otras palabras

hay espejos sobornados que no dicen la verdad

ni siquiera a las peores madres

un domador de circo que ha encontrado

un amor que no deambula

pero él no sabe lo que es quedarse

hay parejas subiendo al séptimo cielo

por las escaleras, de dos en dos,

y otros deteniendo la gravedad en ascensores

especialistas en confesiones y reencuentros

hay canciones urdiendo traiciones con el pasado

con licencia de armas concedida, y van cargadas

y la puta de la lengua que se hace la tímida

hasta que número a número le salgan las cuentas

hay barreras de seguridad incompatibles con ciertos labios

y portales atrevidos que siempre invitan a entrar

hay rincones cómplices con cualquier deseo

pasos apurados que siempre llegan tarde

oleadas lejos del mar

hay barrotes que no son jaula, sino espera

persianas en noche de viernes sin bajar

hay melenas firmando acuerdos con el viento

silencios ahorcados en manifestaciones

hay pensamientos desesperados tirándose a la vía del metro

y cabezas que se vuelven al infinito del andén para pensar.

Hay fórmulas hechas pregunta

diciendo que desde cuándo hablamos tan bonito al besarnos

y sí, hay camas que sólo son emboscadas

y amaneceres que no son más que oscuridad

si en medio de todo este caos desmemoriado

nos ponemos a compararlos con vernos despertar aquí dentro.

CartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora