—Bienvenidos a Haechan Cam, su programa más fiel de curiosidades con 37.5% de ranking. —exclamó Donghyuck hacia él, mientras colocaba en el asiento en medio de ambos una bolsa negra de plástico, sus manos delicadas abriéndola para dejar a la vista varios sándwiches que eran obvio, habían salido de la máquina de la cafetería—. En el capítulo de hoy, averiguaremos cuál de todos estos alimentos empacados al vacío tendrá el peor sabor y más probabilidad de provocarnos un dolor estomacal, corte. —exclamó el menor con una sonrisa cansada.
Taeyong lo miraba en silencio, un tiempo atrás detestaba todo lo que saliera de su boca, su voz era fuerte y su presencia era demasiado efusiva y feliz, si alguien alguna vez le hubiera dicho que terminaría locamente enamorado de un bajito moreno con voz de nube llamado Donghyuck se hubiera soltado a reír y jurado por su apellido que era pura mierda falsa.
Pero oh, el destino era astuto, el corazón una perra que sabia lo que quería y ahora estaba aquí, queriendo besar cada lunar del rostro del chico frente a él mientras le pedía que le hablara de cualquier cosa durante cada día de su vida y con tal de escuchar esa dulce voz que hacía a su corazón latir descontrolado.
—¿Seguro que no quieres dormir? —murmuró hacia él, rozando su mano, sus ojos preocupados escaneando el rostro cansado del menor que se negaba a descansar hasta saber noticias—. Te juro que voy a despertarte en cuanto Johnny salga de ahí.
—No me parece justo... —negó el menor, su mirada perdida en los largos y pálidos dedos que jugaban con los suyos, Taeyong debería sentirse frío a juzgar por su piel, pero era todo lo contrario, el tacto se sentía arder por donde pasara—. Además, es preocupante... no sé, llevan mucho tiempo ahí dentro...
Taeyong sonrió, soltando su mano y tomando un sándwich cualquiera, destapó una parte, mordiendo con ganas la comida mientras veía a Haechan hacer lo mismo, ambos tenían hambre, eran las diez de la noche cuando Yuta fue llevado al fin a la sala de partos, Johnny pasó gritándoles que estaba cerca y los doctores creían que ya estaba listo.
Sin embargo, una hora y cuarenta y cinco minutos después ellos seguían en el pasillo frío solos, sin noticias de Xiaojun, Yuta o al menos la sombra de John cerca... les consolaba la idea de que si algo malo hubiera pasado ya les hubieran dicho... pero en realidad ninguno de los dos estaba tranquilo.
—Y... ¿qué se siente saber que serás padre? —murmuró Donghyuck, sosteniendo su comida y evitando su mirada, sus mejillas se sonrojaron ligeramente.
—No me siento así... es complicado, una parte esta nervioso, esa donde sé que biológicamente es mi hijo, pero otra, la que me recuerda que firmé un acuerdo con John de desaparecer de su vida en ese aspecto y ser solo "un amigo" de la familia me mantiene sereno. —dijo, viendo únicamente el sándwich en su mano mientras se imaginaba todas las escenas familiares que vería desde afuera—. Es una mezcla de emociones.
Donghyuck asintió, tratando de comprender como se sentía el mayor mientras sus ojos se cerraban con cansancio, su teléfono había muerto hace un tiempo y lo agradecía porque al menos ya no recibiría las llamadas de Mark, sentía su corazón salírsele del pecho cada vez que miraba su foto en la pantalla.
Taeyong se había visto claramente preocupado cada vez que lo veía temblar por una nueva llamada, como si cada una fuera una cadena perpetua.
—Debes descansar. —susurró el mayor, pasando un mechón rebelde de su cabello hacia atrás en su oreja— te despertaré, pero es por gusto que ambos estemos despiertos, por favor. —pidió y aunque notó la preocupación en la mirada de Haechan este asintió.
Ambos comieron en silencio, dando pequeñas mordidas a un sándwich y tomando unos pocos sorbos de té, recogieron la basura y Taeyong dejó que el contrario recostara su cabeza en sus piernas y cerrara los ojos, extendió su chaqueta sobre él, tratando de cubrirlo del frío de la noche.
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¡Bebé a bordo! | 95 Line | NCT
Fanfic-Es mío. -No. -Taeyong bufó.- Es mío. -¿Quieres pelear enano? -una sonrisa ladina apareció por el rostro de Johnny. -Pelear es para los que no tienen cerebro. -Pequeña mierda. -¡Basta! -Yuta cubrió sus ojos con sus manos.- ¡Son tan infantiles! ...