Donghyuck se atragantó con la soda cuando escuchó la puerta ser tocada con fuerza, sus manos se congelaron alrededor de la lata cuando tocaron de nuevo y un sentimiento de pánico recorrió todo su cuerpo.
¿Mark había descubierto la pequeña mentira, estaba tanteando a ver si había alguien en casa? Joder, por los golpes en la puerta puede saber que está furioso.
Caminó despacio, sus pies casi deslizándose por el suelo para llegar a la puerta con la intención de ver por la mirilla quién era el que estaba del otro lado... definitivamente pagaría de su propia bolsa un timbre con cámara para poder ver la cara de quien esté afuera sin acercarse tanto a las garras de la muerte.
Escuchó un forcejeo en la chapa y un quejido desesperado del otro lado de la puerta—. Mierda, debí imaginar que iba a cambiar las malditas chapas. —siseo una voz que le hizo el corazón saltar y que un escalofrío recorrer todo el cuerpo.
Escuchó las macetas ser levantadas con nada de gentileza y aunque él hubiera querido irse y encerrarse en su cuarto, llamar a la policía o al menos esconderse... una parte de él quería ver si era en serio era él o ya se había vuelto loco y soñaba con su voz despierto.
Pero no era un sueño, Taeyong apareció frente a sus ojos, un poco cansado y con su cabello un poco más rosa que rojo, toda su ropa era negra lo que lo hacía ver más delgado, sus ojos se conectaron por un momento y Donghyuck sintió como su mirada atravesó cada capa de su ser, sin embargo, no espero que sus primeras palabras después de no verse por meses fueran esas...
—¿Por qué mierda no contestas el teléfono Donghyuck? —siseo, pasando a su lado y olvidándose de su existencia mientras corría escaleras arriba.
El menor tardó un momento en reaccionar, sus pulmones soltando el oxígeno que sin querer estaban reteniendo mientras sus neuronas intentaban conectarse.
—Hey, espera ¿quienes mierda te crees? ¿Qué haces? —siseo molesto, gritando y corriendo hacia las escaleras para encontrarse a Taeyong ya de vuelta con un bolso negro.
El bolso de Yuta.
—Tienes como veinte segundos para decidir si esperas aquí o te vas conmigo al hospital. —exclamó el mayor, viéndolo fijamente antes de pasar a su lado nuevamente y dejarlo a mitad de las escaleras.
—¿Algo malo le pasó a Yuta? —gritó, corriendo a su habitación para tomar su teléfono y notar las diez llamadas perdidas de Johnny y las dos llamas de Taeyong hace una media hora, joder.
Corrió escaleras abajo lo más rápido que pudo pero para su suerte Taeyong pareció saber que él querría ir porque estaba esperándolo impaciente en la puerta de la sala, al verlo, salió corriendo hacia su auto y Donghyuck le siguió rápidamente, subiéndose al auto del mayor.
El inicio del viaje fue silencioso, Donghyuck podía sentir el corazón latirle en la cabeza, se sentía ansioso y preocupado mientras pensaba qué es lo que le pudo pasar a Yuta para que mandaran a Taeyong por el bolso de emergencia... joder ¿qué podía ser tan malo para que Johnny no quisiera dejarlo solo?
No se dio cuenta de su pierna moviéndose nerviosamente hasta que la mano de Taeyong se colocó en su rodilla, entonces el frío de su cuerpo cambió a calor cuando el contrario movió su pulgar de arriba a abajo tratando de confortarlo mientras manejaba rápidamente, había tratado de olvidar el tacto del mayor pero su cuerpo parecía recordar perfectamente lo que causaba en él.
—Yuta está bien... Xiaojun también. —murmuró, relamiendo sus labios con nerviosísimo y maldiciendo entre dientes cuando apareció un semáforo en rojo, su mirada se dirigió a él, que seguramente se veía pálido porque el mayor acercó una mano a su mejilla y repitió el movimiento con su pulgar—. No te pongas mal, cariño... solo perdió líquido, le inducirían el parto y si creen que es necesario lo trasladarán para cesárea... pero ellos están bien.
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¡Bebé a bordo! | 95 Line | NCT
Fiksi Penggemar-Es mío. -No. -Taeyong bufó.- Es mío. -¿Quieres pelear enano? -una sonrisa ladina apareció por el rostro de Johnny. -Pelear es para los que no tienen cerebro. -Pequeña mierda. -¡Basta! -Yuta cubrió sus ojos con sus manos.- ¡Son tan infantiles! ...