El Cuarto y El Thermo

390 17 3
                                    


Mi hermano se arranco y rompió la camisa salvajemente, se quito los pantalones y los tenis de manera apresura y desesperada, después ya desnudo, se tumbo en su cama y comenzó a sobarse y tocarse sus gordos senos, mientras gemía en voz baja, luego procedió a masturbarse el ombligo con mucha fuerza, los dos dedos ya no parecían ser suficientes, fue entonces que metió su puño entero y parte de su antebrazo en su ombligo, este lanzo un fuerte gemido de excitación, saco el puño de su ombligo, se levanto rápidamente de la cama y fue a uno de sus cajones del ropero y comenzó a buscar algo desesperadamente, tiro camisas, libros y demás objetos dejando un desastre en la habitación, hasta que finalmente encontró lo que aparente mente buscaba: un termo, era un termo cilíndrico grande, cromado y ovalado, el entonces lamió y babeo la punta del termo, se sentó en la orilla de la cama, se acerco la punta babeada del thermo al ombligo, y lentamente lo introdujo en su ombligo, soltó un ''¡ooohh!'' muy intenso mientras cada centímetro del termo se introducía en su ombligo, que ahora que lo notaba era ahora anormalmente profundo, pues el termo era de unos treinta centímetros de largo lo metió casi todo hasta llegar a su mano que sostenía el thermo. cada metida y sacada, el gemía mientras que con la otra mano se pellizcaba y sobaba el pezon izquierdo, entonces intensifico el movimiento, el improvisado dildo era metido y sacado mas rápido, intensificando sus gemidos y alaridos, al principio no lo note, pero el sonido que hacia el Thermo al salir y entrar en su ombligo comenzó a sonar cada ves mas viscoso, al principio pensé que era la saliva que utilizo para lubricar la punta del thermo, pero por lógica y por la fricción del movimiento la saliva debió haberse secado, inclusive pese a estar mirando relativamente alejado note que algo parecía estarle escurriéndole del ombligo, así siguió masturbándose intensamente, hasta que finalmente paro en seco, puso una cara atónita, soltó el thermo que quedo insertado ala mitad en su ombligo, vi como su barriga se inflo levemente, y entonces inesperadamente de su ombligo salió a presión un chorro de liquido rosáceo...¡Como el cerdo y la señora Conny¡ el thermo salió volando junto con el chorro de liquido que impacto contra al pared del cuarto salpicándolo todo, Mike soltó un fuerte gemido de excitación, el liquido salía de su barriga de manera intermitente (como si se estuviese corriendo) el primer chorro el cual impacto contra la pared fue el mas fuerte, el segundo ya no tanto y el tercero solo se escurrió fuera de la barriga mi hermano, mi hermano se recostó de espaldas a la cama, sumido aun en el extasis, entre alaridos y jadeos de cansancio se acaricio suavemente los senos y comenzó a chuparse uno de ellos y siguió masturbándose el ombligo mas despacio con sus dedos, siguió así hasta quedarse sin fuerza, (aquella corrida pareció haberlo dejado muy exhausto) hasta que ya solo se oyeron ronquidos, entonces cerré la puerta, me fui a mi cuarto y sintiéndome el ser mas enfermo sobre la faz de la tierra me masturbe, me masturbe unas cinco veces, aquella escena me había excitado, tanto como con la señora Conny y el cerdo, pero el problema es que....¡Él es mi hermano!

después de masturbarme, sentí nauseas de mi mismo, me di una ducha y me fui a dormir, en la mañana intentaría averiguar mas sobre esa granja, y encontrar la manera de ayudar a mi hermano.

EL Extraño Caso De La Señora ConnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora