Capítulo 04

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—Feliz cumpleaños, Wei Ying— expresó con serenidad mientras extendía un obsequio.

Wei Wuxian quedó maravillado.

Delante de él se encontraban dos bolas de carne peludas y regordetas, boqueo un poco antes de lograr salir del trance, el regalo que nunca imaginó era absolutamente...

—Perfecto— habló en voz alta —. Es increíblemente perfecto— luego soltó un sonrisa nerviosa —. ¡Oh, Lan Zhan, es perfecto! Son tan adorables y tan gordos, es un dúo muy especial— rió al notar como el conejo oscuro brincaba alrededor del blanco usualmente serio.

Recordó que días atrás, en una de las clases de música él vociferó sin vergüenza alguna acerca de su gusto por los conejos y lo triste que se sentía porque Jiang Cheng no quería comprarle uno como regalo de cumpleaños, lo que nunca imaginó fue que precisamente él le obsequiara esos espécimenes llenos de dulzura.

—Eres increíble, lo sabes ¿Cierto?— murmuró con una sonrisa sincera y libre del tinte arrogante tan característico, Lan Wangi no respondió pero sus orejas rosadas lo delataban: era tímido. Y como no serlo si alrededor de ellos se encontraba toda la familia y conocidos cercanos de Wei Ying.

Lan Wangi decidió asistir junto a su gemelo al festejo privado de Wei Wuxian quien celebraba sus 20 años de vida con la alegría impregnada en él, aunque sospechaba que esto ultimo podría ser un antifaz de protección. Ahora con la atención de todos sobre él no sabía como sentirse y es que aunque estuviera acostumbrado a causar buena impresión a todos y recibir halagos, esta vez era diferente; la familia adoptiva del Wei Ying, la familia Jiang era un tanto especial, sobre todo Madam Yu quien se caracterizaba por un carácter fuerte, exigente y que muchas veces terminaba guiándose por arrebatos de impulsos, algo que heredó a su hijo Jiang Cheng y que la convertía en una mujer aterradora.

—Esos conejos morirán en manos de Wei Ying— siseo su madre adoptiva mientras su mirada fría se alineaba entre ambos, un destello de arrepentimiento surcó su mirada electrizante —. Disculpe mis palabras joven Lan pero conozco a mi hijo y sé que siempre está en problemas y nunca toma nada enserio, entenderá mi preocupación por las mascotas.

Lan Zhan no respondió.

En su lugar lo hizo la hija mayor de Madam Yu: Jiang YanLi.

—Madre, creo que A-Xian tiene la edad suficiente para velar por el cuidado de dos mascotas, él es muy capaz y no dudo en que podrá lograrlo— apoyó a su hermano con dulzura.

Yu Ziyuan estaba a punto de callar a su hija como lo hacía en el pasado cuando una caricia por parte de su esposo la detuvo.

—Mi señora— habló Jiang Fenmiang con voz tranquila —. Es el obsequio de Wei Wuxian y él decidirá que es lo mejor para los pequeños animales.

Finalmente Wei Wuxian decidió cuidarlos y colocando el nombre de Wang al conejo blanco y Xian al oscuro, porque según él concordaban con sus personalidades.

Lan Wangi aprobó los nombres en silencio.

Más tarde conoció a todos los invitados comenzando por la familia cercana —incluidos el esposo e hijo de YanLi— y terminando por el joven Wen Ning y su hermana mayor Wen Qing; con esta ultima obtuvo un mal sabor de boca y no sabía exactamente el por qué, era consciente de que la joven resultaba extremadamente atrayente para cualquier hombre —inteligente, educada y belleza cautivadora, de personalidad altiva y corazón bondadoso— y no ignoraba la posibilidad de que Wei Ying podría estar interesado en ella, aunque esto fuera característico de él había algo en su forma de mirarla —con extremo cariño y admiracion— que le hacía saber que ella era especial y no podía entender en que termino, ¿Acaso ella era su amor platónico, su amor inalcanzable o su alma gemela? Se le envenenaba el alma de solo pensarlo.

Ignoró sus pensamientos tormentosos cuando el mismo Wei Ying le suplicó ayuda con uno de los conejos —el oscuro revoltoso— para llevarlo a su habitación dónde permanecerían por el momento.

Al entrar a la habitación oscura de Wei Ying fue consiente de su gran desastre, todo lo contrario a su ordenada habitación y entendió que ambos siempre serían completamente opuestos, al dejar a los conejos en un lugar seguro Wei Ying lo arrastró al balcón para mostrarle el cielo que comenzaba a oscurecerse al igual que su corazón.

Suspiró.

La sonrisa jovial y alegre, incluso socarrona que mantenía en su rostro se borró en aquel instante y un brillo de tristeza cruzó por su rostro.

Él lo notó.

—¿Qué sucede?

Una ligera risa amarga brotó de sus labios.

—¿Sabes, Wangi? Mi vida no siempre fue buena, no siempre tuve un hogar donde vivir y una familia en la cual confiar, no, sufrí un tormento en las calles dónde sólo era un niño indefenso frente a la crueldad de la vida— sonrió con melancolía —. Muchos creen que soy una persona despiadada y arrogante, otros que me escondo en una máscara de sonrisas y actitud desvergonzada. Ninguno tiene razón. Sufrí en las calles y quedé marcado, el resentimiento lucha constantemente con la bondad que aún habita en mi, pero, ¿Por qué detenerme en lo bueno o en lo malo? ¿Por qué juzgar mis actos y arrepentirme de ellos? Prefiero sonreír, vivir en alegría y recordar todo el pasado turbio como un aprendizaje— finalmente una sonrisa genuina y llena de vitalidad apareció en sus labios —. Y beber varias copas de vino fino.

Lan Zhan quien con rostro inexpresivo escuchaba su voz, giró el rostro y con sus ojos claros impregnados de la enseñanza recién adquirida, habló:

—No tienes nada de que arrepentirte, solo necesitas un corazón puro para vivir en armonía, aún lo tienes y estaré ahí para protegerlo.

Wei Ying sonrió al escuchar tantas palabras brotar de sus labios. Mirándolo así de cerca no pudo ignorar la extraña sensación que cruzaba en su pecho, algo que lo hacía latir con fuerza y al mismo tiempo provocarle una agradable tranquilidad a causa de sus palabras.

—¿Protegerías a este pobre hombre indefenso?— murmuró con burla, las orejas de Lan Zhan se tiñeron de rosa.

—Desvergonzado.

Carcajeó con humor.

—Las mismas palabras de siempre, en fin, tienes que quedarte a mi lado y ayudarme, es lo único que pido.

—Permaneceré a tu lado— y sabía que no rompería su promesa.

¿Qué importaba que una pequeña estrella alumbrara sus oscuras noches? Es más, sería completamente agradable.

Wei Ying lo miró con fascinación. Lan Wangi poseía una belleza angelical, incluso parecía una deidad caída del cielo con ese porte elegante, rasgos puros y piel similar al jade y bajo la luz de la luna sus ojos claros deslumbraban aún más.

Lan Wangi descubrió aquella mirada y su corazón se aceleró, tragó con fuerza y por un momento perdió la razón. Miró a Wei Ying quien sin entender el motivo se encontraba nervioso, aún así no desvió la mirada, se acercó a él y se permitió divagar.

¿Y qué si lo besaba?

¿Y qué si el puro Lan Wangi, el joven siempre correcto y tranquilo se dejaba guiar por su corazón que latía solo por él?

¿Y qué si él decidía ir por la tormenta que significaba Wei Ying?

Los labios rojos de Wei Ying se abrieron para murmurar algo pero todo fue callado por los labios suaves de Wangi que se posaron sobre los suyos en un acto de amor sincero.

Noches Y Estrellas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora